Arquivos - Página 15
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v. 3 n. 1 (1926)
LA CÁTEDRA IMAGINARIA. La sala iba llenándose lentamente. Nunca se había visto tanta concurrencia. Algunas señoras entraban envueltas en sus pieles, como en una toga, y tomaban asiento con aire digno y judicial; otras sonreían curiosas, dirigíanse preguntas a media voz, examinaban al profesor con sus impertinentes y demostraban la intranquilidad del que espera oir afirmaciones atrevidas, tal vez un tanto escandalosas.
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v. 2 n. 10 (1925)
Si no como en su obra principal, de la que no sería posible aislar algunas páginas sin perder en mucho el sentido que cada frase toma como elemento de un conjunto indivisible, a lo menos este capítulo de Pastiches et Mélanges, aún no traducido al castellano, ofrece un singular valor, pues nos muestra a Proust hablando directamente en la primera persona, y revela esa fina tendencia al aspecto extraordinario, patológico, del espíritu, en que el autor de A la recherche du temps perdu ha penetrado con más novedad, con mayor profundidad y certeza que novelista alguno.
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v. 2 n. 9 (1925)
JOSÉ INGENIEROS. Al señor D. Luis W. Gómez, Presidente de la Asociación General de Profesores de Chile. Me ha hecho usted el honor de pedirme que le envié un artículo para insertarlo en la publicación que la Asociación General de Profesores de Chile prepara en homenaje a la memoria de José Ingenieros, fallecido hace poco casi repentinamente en Buenos Aires. ¡Qué merecido homenaje y qué noble actitud de la Asociación, digna de toda loa!
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v. 2 n. 8 (1925)
FRENTE AL MAR. El sol, que ya secaba la yerba, penetraba aún de calor el aire inmóvil. Por la tarde, los tres habían hecho el camino que va del Pireo a la ciudad «en donde a la razón le es grato habitar» .
Marco Emilio juntaba a la orgullosa austeridad de su ascendencia patricia, cierta ligereza y libertad de inteligencia, que trascendía ya de su espíritu desde los años de su educación en las escuelas griegas. Sus antiguos amigos decían que recitaba a Anacreonte con los ademanes de un centurión; en Roma se temía encontrar en el descendiente de los generales de la República, un filósofo que conduciría la administración con vanas sutilezas de pensamiento, y no con la rígida conciencia que impone la obediencia de las leyes. -
v. 2 n. 7 (1925)
EL HUÉSPED SECRETO. Un raro collar de barba rojiza rodeab a la cara del capitán de la Séphora y su tez correspondía a los que tienen pelos de este mismo color; en los ojos había un matíz azul quemado. No era, precisamente, un tipo sobresaliente; talla mediana, altos hombros, una pierna más curva que la otra. Me dió la mano con una mirada vaga. Una testarudez limitada me pareció su rasgo característico. Me comporté con una cortesía tal que pareció desconcertarlo.
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v. 2 n. 6 (1925)
EL HUÉSPED SECRETO. A mi derecha, filas de estacas semejaban un misterioso enredo de palizadas bambú medio sumergidas, dejando ver prodigiosamente el dominio de los países tropicales; y su aspecto deteriorado hacía creer en alguna tribu nómade de pescadores que los hubiese abandonado para siempre, pues hasta perderse de vista no se veía ninguna habitación. A mi izquierda un grupo de islotes desnudos, semejantes a murallas, a torres, a fortines en ruinas, hundían sus cimientos en un mar azul, que daba la impresión de ser sólido, tanta calma y estabilidad reinaba en toda su extensión: el mismo trazo de luz que proyectaba el sol poniente brillaba, dulce, sin ese centelleo que provoca en la superficie del agua arrugas inperceptibles.
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v. 2 n. 5 (1925)
AL PASAR POR LA SERENA. Entre las pocas ciudades de alguna importancia que hay en Chile, figura La Serena, aureolada de un nimbo de idealidad, de ensueño, de reliquia colonial. Hace pensar en el encanto de las petrificaciones de las edades muertas.
Fue una de las primeras fundaciones de la conquista española y goza de la justa fama de ser patria de poetas, tierra de bellas flores y de rica fruta. De ahí salió en los últimos decenios del siglo pasado el poeta Pablo Garriga y de nuestros contemporáneos, de ahí han venido Gabriela Mistral, Manuel Magallanes M., Carlos Mondaca, Víctor Domingo Silva, Julio Vicuña Cifuentes, Julio Munizaga Osandón. Pero La Serena es sólo el semillero o vivero de los poetas. Para que fructifique la semilla tiene que ser lanzada fuera, a lugares donde soplen más intensamente los vientos de las inquietudes espirituales. -
v. 2 n. 4 (1925)
EL DERECHO DE PROPIEDAD. Casi no hay manifestación de la vida individual y social de cuyas modalidades no se deje sentir la influencia de la propiedad. La organización de la familia se ha mostrado siempre ligada a alguna forma de propiedad que la ha determinado en gran parte. Las instituciones políticas tienen como un estrato básico constituído por las maneras que presiden a la distribución de la riqueza. No ha sido posible el desarrollo de una verdadera democracia antes de la consolidación de una clase media asentada en el florecimiento de la industria y el comercio. Los regímenes aristocráticos han coincidido con la existencia de latifundios concentrados en el dominio de relativamente pocos magnates y grandes propietarios.
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v. 2 n. 3 (1925)
LA NUEVA LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL. Durante noventa años hemos arrastrado en Chile una vergüenza. una vergüenza larga, desconsolada, irritante, exasperante. Bajo una ley de propiedad literaria dictada el año 1834 los hombre de pensamiento han debido soportar que se les englobara en el calificativo de pirafas que el extranjero nos daba; porque bajo esa ley, cuyo fin único fué el de proteger por privilegio la entonces incipiente industria de la imprenta nos mantuvo obstinadamente el legislador, ese mismo legislador que enarbolaba la enseña de la cultura cuando allegaba garantías para el derecho de la propiedad material.
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v. 2 n. 2 (1925)
EL NACIONALISMO Y LA SOLIDARIDAD AMERICANA. Entre los temas sugeridos para esta Conferencia Internacional sobre educación, figura el de <<Cómo las fuerzas educacionales pueden promover la amistad y la buena inteligencia mundiales>>. Para poder abordar este amplísimo problema, es menester empezar por ver y considerar los factores que se oponen al establecimiento e imperio de esa amistad y buena inteligencia. En términos generales no son otros que las seculares rivalidades de los hombres, variables en sus aspectos y terribles como el mar.
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v. 2 n. 1 (1925)
¿HA SONADO LA HORA DE LA ESPADA?. El poeta, el verdedero poeta es el vidente, es el privilegiado del espíritu para traducir en verbo humano lo que avizora en vuelos suprasensibles y de difícil acceso al común de los mortales: es el portador de las cuerdas divinas que vibran con el dolor de los demás . Los demás se encuentran expresados en él y se dicen : esto es lo que he sentido, esto es lo que siento, y le agradecen al poeta la iluminación de esperanza producida, el alivio al pesar traído con su ahondar en las complejidades del corazón. El poeta es el creador de belleza, es el pontífice del amor en todas sus formas. Vuela por esto en planos superiores a las miserias ordinarias de la vida o les aplica el cauterio de su fuego de profeta indignado cuando provienen de la mezquindad y maldad de los hombres.
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v. 1 n. 10 (1924)
LA RELIGIÓN SEGÚN GUYAU. La obra dedicada por Guyau al estudio del problema religioso se halla animada de una tendencia práctica. Quiere probar que la disolución de las religiones positivas, ya iniciada desde el siglo XVIII, se consumaría en un futuro próximo. Esa tendencia se indica desde el título del libro: «La Irreligión del Porvenir» .
Sin embargo la primera parte está consagrada a teorías generales, al estudio del origen de las religiones en las sociedades primitivas.
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v. 1 n. 9 (1924)
BASES DEL FACISMO. Para darnos cuenta clara de la actual situación de Italia, es conveniente distinguir el facismo, partido político, que tiene señalada una misión con fines inmediatos definidos, del facismo entendido como convemovimiento revolucionario y que representa un cierto orden de ideas. El facismo, partido político tuvo la suerte de encontrar,—en el momento psicológico,— un jefe de extraordinaria energía y actividad política. Los facistas llegaron a restaurar en Italia la autoridad y eficiencia del gobierno y a contrarrestar las fuerzas anti-nacionalistas que obraban en el país, representadas por el socialismo, la democracia cristiana y la masonería, que se habían desarrollado libremente a la sombra de gobiernos anteriores. Estas fuerzas arrancan su inspiración de un ideal intenacionalista, en oposición al nacionalismo o imperialismo. El socialismo, v. gr., predica la solidaridad de los intereses de la clase proletaria, desentendiéndose del interés nacional, y se funda en una concepción materialista del universo.
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v. 1 n. 8 (1924)
LA MORAL DE GUYAU. En este campo de su especulación, Guyau se muestra de un valor moral inflexible para atacar el error y defender lo que estima verdadero. Hay algo de heroico en su acometividad espiritual. Es el caballero del ideal que, sin pensar en los peligros que puedan amargar su vida, se lanza revestido de las mejores armas del verbo contra los dragones del temor del prejuicio y de la hipocresía. Nada le arredra, como amante apasionado, para llegar a la posesión de la verdad desnuda.
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v. 1 n. 7 (1924)
EL MOVIMIENTO DEL 5 DE SEPTIEMBRE. El 5 de Septiembre fué sorprendido el país con la noticia de haber estallado en la capital un movimiento militar encaminado a modificar profundamente la vida política de la nación.
Encabezada por una Junta Militar, en representación del Ejército y de la Marina unidos, se inició ese día una gran revolución pacífica que.— aunque no ha carecido de episodios trágicos como es imposible que deje de ocurrir en acontecimientos semejantes,—ha seguido hasta ahora su desarrollo dentro de líneas admirables sin violencias, sin derramamiento de sangre, mérito que corresponde repartir en verdad por iguales partes entre la prudencia de los militares y la cordura de los civiles.
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v. 1 n. 6 (1924)
LA MUJER CIENCIA. Las alumnas estudiantes de Medicina han querido formar un Centro con el laudable propósito de apoyarse mutuamente, de conocerse entre sí y de progresar en sus estudios; han deseado ser auspiciadas por su Alma Mater, la Universidad, y por el apoyo moral de sus Directores Honorarios entre los cuales se honra el que habla; han pedido que uno de nosotros dé a conocer, ante la opinión, la creación de este Centro y esa es la razón de esta Conferencia. La Facultad de Medicina, que se ha inspirado en crear una extensión universitaria también me autoriza para dirigiros la palabra.
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v. 1 n. 5 (1924)
ALGO SOBRE CAMOENS. SEÑOR Presidente, señoras, señores:Al alborear el siglo diez y seis, dos tendencias bien definidas, y en cierta manera antagónicas, se diseñaban en la poesía portuguesa: la tendencia medioeval, preponderante en los siglos anteriores, y la tendencia clásica, caracterizada por la imitación de las obras de la antigüedad greco-latina.
Durante los siglos doce, trece y catorce, dió vida y explendor a la primera, la influencia, en la lírica portuguesa, de la poesía provenzal, y en la épica, la de las gestas del norte de Francia: al par que la segunda, latente, si se quiere, no fenecida, en aquel largo período, tuvo pocas ocasiones de manifestarse, y sólo vino a dar testimonio de su existencia en la segunda mitad del siglo quince, y mejor aún, en los primeros años del siglo diez y seis, en que se alzó omnipotente, amenazando concluir con su ya entonces desairada rival.
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v. 1 n. 4 (1924)
J. M. GUYAU EL FILÓSOFO-POETA. Después de haber convivido durante algún tiempo con el espíritu de Guyau, que desprende de sus obras, me pongo a escribir este ensayo lleno de veneración hacia él. Es una veneración simpática, cariñosa y dulce la que inspira ese filósofo-poeta, alma atormentada y noble, esforzada, infatigalbe yk doliente, que realizó en su corazón la armonía suprema de la ciencia, de la poesía y el amor. Guyau pertenece por su temperamento a esa escuela llamada por Michelet "humana y sentimental" que principia con Abelardo en el siglo XII y tiene más tarde como representantes a Fenelón y Rousseau.
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v. 1 n. 3 (1924)
MEDITACIONES. Cuando se reflexiona sobre la maravillosa arquitectura del pensamiento griego, célula de donde se ha desarrollado el pensamiento europeo de veinticinco siglos y se pregunta uno por qué sucumbió esa raza en plena juventud, se inclina a buscar la respuesta en su falta de sentido místico.
El pueblo heleno vivió lo que sus dioses. A Sócrates, Platón, Aristóteles, a los poetas como Esquilo, a los artistas como Fidias, la Filosofía y el Arte les salvaron de la Muerte. Mas, la gran masa de los atridas que no pudo elevarse a la visión de un ideal nuevo, superior a las divinidades tradicionales, fué incapaz de impregnar de inmortalidad la arcilla de su carne que se deshizo en polvo en las luchas fratricidas.
No hay conciencia sin tragedia. No hay hombre inteligente que no se haya cerciorado con lágrimas que la dicha es engañosa, que a mayor capacidad para gozar corresponde una mayor potencia para sufrir, que hasta la copa de miel que nos brinda sonriente el amor ilusionado es un lazo que nos tiende el Dolor.
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v. 1 n. 2 (1924)
NOTAS SOBRE MONTAIGE. La Francia del siglo XVI ofrece a los estudiosos un notable conjunto de escritores de raro talento, cuyas obras, apreciadas hoy en todo su valor, constituyen un tesoro precioso para la cultura humana. Al lado de poetas exquisitos como Pedro RONSARD y Francisco MALHERBE florecieron prosistas tan eminentes como Santiago AMYOT, cuya traducción de Plutarco constituye un monumento de erudición y de lenguaje, y Juan CALVINO no menos célebre por su "Institución de la Religión Cristiana", RABELAIS el fraile aventurero, el de la sonora carcajada, el más genial de los satíricos de Europa, es también de esta época. También lo son Clemente MAROT, el poeta de las baladas y traductor de los Salmos, y Pedro LEROI, canónigo de Rouen, autor de la sátira Menipea, que tan honda repercusión política en los tiempos de Enrique IV.
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v. 1 n. 1 (1924)
ATENEA. Después de cinco años de labor, la Universidad de Concepción ha podido realizar el anhelo de dar a la publicidad por lo menos una revista. Hasta este momento, han debido concretarse sus esfuerzos a la enorme tarea de atender al mantenimiento de sus escuelas.
Puede ser que, andando el tiempo, al lado de esta revista de carácter general, nos sea permitido ofrecer otras consagradas a dominios particulares de la ciencia, como es propio de toda verdadera Universidad.
Esta revista, como la Universidad que la sostiene, tratará de servir los intereses de la cultura en todas sus dimensiones. Desde los fundamentales de la industria y de la producción material, hasta los superiores del espíritu y de los valores morales. Desde los de la región, hasta los de la patria toda. Será en este sentido nacionalista; pero nó de un nacionalismo estrecho, sino entendido: <<1.°, como amor al suelo del país y a sus ´pobladores, considerados en cuanto núcleos de fuerzas en potencia, capaces de inmenso desarrollo, y 2.°, como amor a la nación en cuanto unidad de vigor dentro de la solidaridad de la raza y de la humanidad.>>