Vol. 2 Núm. 6 (1925)

EL HUÉSPED SECRETO. A mi derecha, filas de estacas semejaban un misterioso enredo de palizadas bambú medio sumergidas, dejando ver prodigiosamente el dominio de los países tropicales; y su aspecto deteriorado hacía creer en alguna tribu nómade de pescadores que los hubiese abandonado para siempre, pues hasta perderse de vista no se veía ninguna habitación. A mi izquierda un grupo de islotes desnudos, semejantes a murallas, a torres, a fortines en ruinas, hundían sus cimientos en un mar azul, que daba la impresión de ser sólido, tanta calma y estabilidad reinaba en toda su extensión: el mismo trazo de luz que proyectaba el sol poniente brillaba, dulce, sin ese centelleo que provoca en la superficie del agua arrugas inperceptibles.