Vol. 2 Núm. 10 (1925)
Si no como en su obra principal, de la que no sería posible aislar algunas páginas sin perder en mucho el sentido que cada frase toma como elemento de un conjunto indivisible, a lo menos este capítulo de Pastiches et Mélanges, aún no traducido al castellano, ofrece un singular valor, pues nos muestra a Proust hablando directamente en la primera persona, y revela esa fina tendencia al aspecto extraordinario, patológico, del espíritu, en que el autor de A la recherche du temps perdu ha penetrado con más novedad, con mayor profundidad y certeza que novelista alguno.