Archivos - Página 2

  • Vol. 33 Núm. 371 (1956)

    MAX JARA, PREMIO NACIONAL DE LITERATURA. Los escritores no se extrañaron por el otorgamiento del Premio Nacional de Literatura, correspondiente a 1956. Max Jara es un poeta de calidad indiscutible, el artífice de una producción escasa; pero selecta, sustentada en la exigencia de una rigurosa emoción. Su poesía aristosa, tierna, rítmica, impregnada de humildad, es el contraste de una naturaleza retraída, olímpica, con dos fuerzas en continua pugna: la inteligencia y la sensibilidad. ¿Dónde habría que buscar las causas de esta posición algo enfática ante la vida y el arte? Además de los factores temperamentales que influyen la conducta de un hombre, es preciso inquirir la raíz ambiental que malogra o estimula sus apasionadas inclinaciones. 

  • EN HOMENAJE A MARIANO LATORRE
    Vol. 33 Núm. 370 (1956)

    Despedida. Este día frio en medio del verano es como su partida, como su desaparición repentina en medio del regocijo multiplicado de su obra.
    No voy a hacer un discurso funerario para Mariano Latorre. Quiero dedicarle un vuelo de queltehues junto al agua, sus gritos agoreros y su plumaje blanco y negro levantándose de pronto como un abanico enlutado.

    Voy a dedicarle una queja de pidenes y la mancha mojada, como sangre en el pecho, de todas lasloicas de Chile.

    Voy a dedicarle una espuela de guaso, con rocío matutino, de algún jinete que sale de viaje en la madrugada por las riberas del Maule y su fragancia. Voy a dedicarle, levantándola en su honor, la copa de vino de la patria, colmada por las esencias que él describió y gozó.

  • Vol. 33 Núm. 369 (1956)

    Don Enrique Molina. Desde su fundación, hace treinta y siete años, Don Enrique Molina rigió los destinos de la Universidad de Concepción. En tan largo lapso su espíritu creador y su voluntad sin quebrantos, estuvo constante y fervorosamente al servicio de este plantel universitario. El nombre de don Enrique Molina a quedado unido al nacimiento, formación y madurez de la Universidad penquista. Puede él, desde el lugar de su descanso, que tan bien ganado se tiene, comprobar con gozosa satisfacción que los esfuerzos de su inteligencia y dinamismo fructificaron magníficamente. 

  • HOMENAJE A ORTEGA Y GASSET
    Vol. 33 Núm. 367-368 (1956)

    Misión de la Universidad. La reforma universitaria no puede reducirse a ni siquiera consistir principalmente en la corrección de abusos. Reforma es siempre creación de usos nuevos. Los abusos tienen siempre escasa importancia. ´Porque, una de dos: o son abusos en el sentido más natural de la palabra, es decir, casos aislados, pocos frecuentes, consuetudinarios, pertinaces y tolerados, que no ha lugar llamarlos abusos. En el primer caso es seguro que serán corregidos automáticamente; en el segundo fuera vano corregirlos, porque su frecuencia y naturalidad indican que no son anomalías, sino resultado inevitable de los usos que son malos. Contra éstos habrá que ir y no contra los abusos.   
  • Vol. 27 Núm. 300 (1950)

    EN agosto de 1933 la revista «Atenea»publicaba un editorial dedicado a señalar un hecho cargado de honda significación: los cien primeros números que marcaban, además de una fecunda y fervorosa labor en pro de la cultura, una continuidad, un hecho depersistencia, todo un periodo nutrido de fecundas urgencias literarias. Era ese número cien la síntesis apretada y densa del pensamiento intelectual chileno.

  • Vol. 27 Núm. 297 (1950)

    LA Sociedad de Escritores de Chile ha consolidado su prestigio al organizar un Concurso Literario de una magnitud tal como no se había visto anteriormente en Chile. Por la cuantía de los premios—cincuenta mil pesos para la mejor novela, cincuenta mil pesos para el mejor libro de poemas y diez mil pesos para el mejor ensayo—este concurso despertó, desde que se publicaron las bases, una expectación extraordinaria que se reflejó en la cantidad de obras presentadas. En realidad, ciento cinco novelas, ciento veinticuatro libros de poemas y ocho ensayos, o sea un total de doscientos treinta y siete trabajos, forman un conjunto impresionante.

  • Vol. 27 Núm. 295-296 (1950)

    CREO que este balance de medio siglo, que han puesto de moda en diarios y revistas, es más una fecha, un límite temporal que un hecho literario de verdadera importancia. Pertenece, por esto mismo, más a los periodistas que a los críticos y a los historiadores de nuestra literatura.

  • Vol. 26 Núm. 293-294 (1949)

    LAS hondas disensiones provocadas en el seno de la sociabilidad chilena con motivo de la revolución del año de 1891, terminaron con las actividades literario-científicas del viejo Ateneo que funcionaba como una sección del célebre Club del Progreso. Ambas instituciones habían alcanzado gran auge después de la Guerra del Pacífico y eran la manifestación más señalada del espíritu de Chile, surgida tras de aquel conflicto bélico, en que una buena parte de la juventud chilena había rendido la vida en defensa de la patria.

  • Vol. 26 Núm. 289-290 (1949)

    ATENEA, defensora de los valores del espíritu y de libertad del hombre,se asocia a los homenajes que en el país y en el mundo entero se rinden a dos gran­des escritores de genio, que compendian y expresan altos atributos del pensamiento europeo occidental: Goethe y Balzac.

  • Vol. 26 Núm. 288 (1949)

    DENTRO del conjunto latinoamericano, Chile se ha hecho notar por su ordenada evolución política y por la temprana madurez de su organización institucional. Los elogios que ha merecido su desenvolvimiento social e histórico han sido unánimes. Este concepto se afirma si se estudia su estructura básica a través de su abundante y avanzada legislación, una de las más completas del Continente. De acuerdo con ella nuestro país ha establecido organismos de previsión social, del trabajo, asistenciales y educacionales, desde hace muchos años, mientras que en otras naciones, de gran desarrollo económico, sólo recientemente se incorporan a su organización jurídica.

  • Vol. 26 Núm. 287 (1949)

    Un anhelo generoso que se hizo carne en un grupo de hombres de buena voluntad, poseídos por noble ambición, concretó en un hecho efectivo el nacimiento de la Universidad de Concepción. Una serie de tropiezos de carácter económico, de dificultades de orden administrativo para aunar voluntades que no era fácil hacer confluir, amenazaron en un comienzo la existencia de la institución que, andando el tiempo, había de derramar desde sus aulas la cultura que un país necesita para formar el pensamiento de un pueblo y afinar su espíritu dentro de la con­ciencia colectiva.

  • Vol. 26 Núm. 285 (1949)

    DESDE que se produce el movimiento intelectual de 1842 hasta el presente, a lo largo de un siglo, el desarrollo experimentado por la literatura nacional es de extraordinarias proporciones, a pesar de las duras realidades en las que ha debido desenvolverse. La indiferencia de muchos sectores sociales, la ignorancia de grandes masas de población y el atraso del país en varios aspectos, han constituído factores que han obstaculizado nuestro proceso literario. No obstante, a pesar de tales factores negativos, el avance experimentado es enorme y la influencia que derrama es de singular trascendencia.

  • Vol. 17 Núm. 179 (1940)

    El drama de Europa, definido ya tantas veces, ha vuelto a adquirir ahora una violencia inusitada.  Este drama tiene ya casi medio siglo, pues desde 1900, más o menos, se inició la trayectoria desenfrenada que le está conduciendo a extremos cada vez más dolorosos. En estos cuarenta años el mundo ha visto quebrarse los principios más elevados del derecho internacional y del derecho de gentes.

  • Vol. 17 Núm. 178 (1940)

    Se ha planteado en la república del Plata una situación curiosa con motivo de las declaraciones de fascistas argentinos publicadas en un diario italiano. Las declaraciones de estos elementos que residen desde hace tiempo en la vecina república, pero que son afectos en forma muy ceñida al totalitarismo italiano, representan un verdadero atentado a la democracia.

  • Vol. 17 Núm. 177 (1940)

    La democracia ha tenido en Europa una nueva y más ceñida crisis: Finlandia. Toda la defensa del pequeño y heroico pueblo resultó a la postre, inútil. Europa, si bien se conmovió con el espectáculo de un pueblo de tres millones acorralado por uno de ciento veinte millones, no demostró en forma alguna elocuente, el verdadero dolor que el duelo le causaba. Días mástarde de la rendición, el ministro inglés aseguró en la cámara en un ambiente de calma que se habían enviado al pequeño y heroico pueblo, muchos instrumentos de guerra para su defensa, La verdad es que el pequeño pueblo había tenido en jaque a un gigante y lo que es peor se había comprometido en forma decisiva, la fe del proletariado universal. Esto era después de todo, el más positivo de los resultados de esa guerra.

  • Vol. 17 Núm. 176 (1940)

    Se ha planteado en la prensa por algunos escritores el problema de la ayuda ejecutiva al escritor nacional. Hemos debatido muchas veces este mismo tópico, cargado de sugestiones. Nunca, que sepamos, se ha podido resolver, porque no es fácil para el Estado realizar la obra práctica de la ayuda a los hombres de letras.

  • Vol. 17 Núm. 175 (1940)

    En los últimos meses del año que ha terminado y en los pri­meros días del nuevo, han fallecido algunos hombres de letras que habian logrado merecida fama por su saber y por la obra literaria que desarrollaron. Eran hombres que habían pasado con mu­cho el medio siglo de vida pertenecían a una generación de la que quedan ya muy pocos sobrevivientes. Uno solo de ellos, el señor Silva Vildósola, en razón misma de la función periodística que desem­peñaba, persistió en la tarea de escribir. Los señores Pedro N. Cruz y Juan Agustín Barriga, guardaban silencio desde hacía muchos años y nada se sabía de sus actividades literarias.

  • Vol. 15 Núm. 155 (1938)

    EL regreso de Gabriela Mistral a Chile, después de largos años de ausencia ha permitido a sus admiradores la oportunidad para manifestarle el hondo afecto que ella supo conquistar, no sólo con su labor poética, acendrada y renovadora, sino con la útilísima labor de propaganda desarrollada en Europa y América hispana.

  • Vol. 15 Núm. 154 (1938)

    NO es muy aventurado afirmar que en esta época de tanta resonancia en materia de doctrinas sociales, haya comenzado a llover ceniza sobre las letras hispanoamericanas.

  • Vol. 15 Núm. 153 (1938)

    EN su villa del Vittoriale se extinguió, a los 74 años, la vida agitada de Gabriel D'Annunzio. Vida de creación y de batalla en el sentido pánico, en el más profundo sentido vital.

  • Vol. 15 Núm. 152 (1938)

    EN los estudios que se realizan a menudo acerca de la literatura hispanoamericana, pueden advertirse fácilmente las lagunas y olvidos en que incurren los analistas. O citan mal a los autores más importantes o no los citan. A veces pasan por alto, las etapas más importantes del desenvolvimiento de la literatura criolla o nativista de un país determinado. Revelan con ello, no sólo ignorancia, sino la escasez de fuentes documentales de que echar mano. El autor que desee abordar el estudio crítico de las literaturas de América hispana, debe andarse con cuidado para no caer en las vulgaridades en que ya han tropezado otros. América es hoy una región de publicidad torrencial. Se edita sin orden ni medida, a destajo, con febrilidad que desconcierta. Parece ser que hay la desfrenación de la letra de molde, como para resarcirse de los tiempos de lenta producción. No es posible, sin embargo, encajarlo todo en un estudio, primeramente porque el estudio se convertiría en un simple catálogo de nombre y título sin interés alguno y luego, porque la mayoría de los libros son mediocres, imitados de otros y no responden a las exigencias exactas del problema o los problemas que se trata de dilucidar.

  • Vol. 15 Núm. 151 (1938)

    CON el número que ahora entregamos a nuestros lectores, primero de un nuevo año, sentimos que el impulso de una voluntad nos impele a seguir adelante por la ruta ya trazada en catorce años de labor constante en beneficio de las letras chilenas. Sin vanidad de nuestra parte, podemos afirmar aquí que hemos cumplido el programa que se trazaron sus fundadores, al entregar a la vida de la cultura, un órgano que fuera la concreción de las inquietudes y del pensamiento de los escritores nacionales. No nos corresponde en verdad a nosotros, hacer el elogio de la revista. Lo han hecho ya muchas plumas chilenas y americanas y sólo queremos en esta oportunidad, al iniciar una nueva etapa, renovar los propósitos de solidaridad y comprensión entre hombres de letras, que Atenea representa en el desenvolvimiento intelectual chileno.

  • Vol. 13 Núm. 138 (1936)

    Pirandello comenzó su carrera cuando otros la terminan. A los cuarenta años, había exprimido todo el zumo de la vida vivida en profundidad y este fenómeno debe ser para los escritores de estos países una advertencia de suma importancia. Por lo general, en América el escritor escribe antes de conocer, improvisa con espantable petulancia y suele hacer creer que ha vivido ya lo suficiente para describir o para crear. Pirandello anduvo ausente de sí mismo durante varios años. Era un personaje más de los infinitos que vagan en busca de autor.

  • Vol. 13 Núm. 137 (1936)

    En el Congreso de Escritores de Buenos Aires, celebrado en septiembre, los escritores de todo el mundo aprobaron mociones bien claras de paz. El escritor debe estar al servicio de la paz, tanto como al servicio de la libertad y de la justicia. «Queremos la paz entre los hombres—expresó Romains en su magistral discurso en la sesión de apertura—porque así nos lo han enseñado exactamente las más grandes voces que han hablado sobre la tierra, desde su origen, sin desmentirse jamás; y porque aun faltándonos esa enseñanza, sería suficiente la experiencia para probarnos que todas las guerras entre los hombres dejan en el suelo, además de las víctimas de carne un gran herido que es el espíritu». Había dicho, además Romains que cuando la literatura, por una desviación pasajera se pronuncia contra la libertad, se pronuncia en realidad contra sí misma y no tarda en purgar su falta.

  • Vol. 13 Núm. 136 (1936)

    La muerte de don Julio Vicuña Cifuentes cerró el ciclo de una existencia noble y laboriosa. Cuando dió a la estampa su célebre libro "Cosecha de otoño", en 1920, la crítica de ese tiempo dijo con razón, que el poeta había unido en un admirable consorcio lírico, las graves modulaciones del alma clásica con la inquietud de los renuevos modernistas.

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