Núm. 456 (1987)

FANTASÍA E INGENUIDAD EN DOS ARTISTAS CHILENOS. Esta breve presentación que nos ha solicitado ATENEA nos permite recordar nuestros inicios en la dura tarea del juicio estético, hacia 1955, cuando un grupo de amigos nos juntábamos en torno a la sala de exposiciones del Ministerio de Educación, en conversaciones interminables sobre arte y literatura. Allí concurrían Ludwig Zeller, Reinaldo Villaseñor, Fernando Marcos, Luis Sánchez Latorre, Nicomedes Guzmán, en un compañerismo ejemplar, que siempre quedará en mi memoria. Con motivo del Salón de Aficionados, que patrocinaba esta sala, llegaba Julio Aciares, el simpático hombre-niño de Copiapó, quien nos deslumbra con sus fantasías inocentes, sus narraciones de ardientes colores.