Archivos - Página 8

  • Vol. 3 Núm. 8 (1926)

    Me ha hecho usted el honor de formularme una consulta en una bella carta. Fundamenta en ella su estado de ánimo diciéndome la intensidad de su gusto por las letras y como su principal ambición va por este camino. Interesante momento de su vida. Es el alba. La flor de la ilusión se ha esponjado en su espíritu. Ancho ventanal se ha abierto ante usted y en el resplandor total de la mañana se le ofrece el mundo como un hermoso campo que conquistar y enriquecer. Tal vez ha sentido usted ya en su pecho el esbozo de la suprema regla de la vida: darse a algo.

  • Vol. 3 Núm. 7 (1926)

    LEYENDA.—Nací en la trastienda de un negocio de menestras... Mis progenitores vivían entonces en Alicura, pequeño y viejo pueblo del sur, fundado durante el coloniaje por algunos franciscanos.

  • Vol. 3 Núm. 6 (1926)

    Es el potro forastero que en la última invernada con la rústica manada de las hembras se juntó. Nadie sabe cómo vino este inquieto peregrino a las tierras del copihue y del piñón.

  • Vol. 3 Núm. 5 (1926)

    CON el titulo de «Estudios sobre literatura chilena», don Pedro N. Cruz ha reunido en un volumen algunos de artículos, que había publicado, en diarios y revistas, veinte. en ün volumen sus sus treinta y treinta y cinco años ha. Al prohijar en un volumen sus ya anejas opiniones literarias, el señor Cruz nos ofrece el caso singular de persistir en ellas, a pesar del transcurso de los años y la indudable evolución de sus gustos, con indestructible contumacia. El volumen ha tenido para la generación actual todo el valor de lo inédito, ya que los estudios en él contenidos se hallan publicados en diarios y revistas de hace un cuarto de siglo, que yacen olvidados en los anaqueles de las bibliotecas, sirviendo sólo a la curiosidad de investigadores y eruditos.

  • Vol. 3 Núm. 4 (1926)

    EL Título II del Decreto-ley N.° 425 de 20 de Marzo de 1925 (Diario Oficial de 27 de Marzo del mismo año) establece por primera vez en nuestra legislación el derecho de respuesta otorgado a toda persona ofendida o aludida en un diario o periódico, o, en términos más precisos, el derecho de exigir que se publique gratuitamente su respuesta en la misma publicación que la motiva y en la misma página y con los mismos caracteres del artículo que la ha provocado.

  • Vol. 3 Núm. 3 (1926)

    Hay un ramo de la cultura nacional que es casi completamente desconocido de los chilenos y es el de los Archivos. No es raro que en una nación joven, de toda juventud, como la nuestra, existan estos olvidos.

  • Vol. 3 Núm. 2 (1926)

    TRES hombres tristes han aparecido en el cono verduzco, que esparce sobre mi mesa esta amable pantalla en que se van enfocando los acontecimientos trascendentales o pueriles en fidelísima historia retrospectiva.

  • Vol. 3 Núm. 1 (1926)

    La sala iba llenándose lentamente. Nunca se había visto tanta concurrencia. Algunas señoras entraban envueltas en sus pieles, como en una toga, y tomaban asiento con aire digno y judicial; otras sonreían curiosas, dirigíanse preguntas a media voz, examinaban al profesor con sus impertinentes y demostraban la intranquilidad del que espera oir afirmaciones atrevidas, tal vez un tanto escandalosas.

  • Vol. 2 Núm. 3 (1925)

    La nueva ley de propiedad intelectual. Durante noventa años hemos arrastrado en Chile una vergüenza. una vergüenza larga, desconsolada, irritante, exasperante. Bajo una ley de propiedad literaria dictada el año 1834 los hombre de pensamiento han debido soportar que se les englobara en el calificativo de pirafas que el extranjero nos daba; porque bajo esa ley, cuyo fin único fué el de proteger por privilegio la entonces incipiente industria de la imprenta nos mantuvo obstinadamente el legislador, ese mismo legislador que enarbolaba la enseña de la cultura cuando allegaba garantías para el derecho de la propiedad material.

  • Vol. 2 Núm. 2 (1925)

    Entre los temas sugeridos para esta Conferencia Internacional sobre educación, figura el de <<Cómo las fuerzas educacionales pueden promover la amistad y la buena inteligencia mundiales>>. Para poder abordar este amplísimo problema, es menester empezar por ver y considerar los factores que se oponen al establecimiento e imperio de esa amistad y buena inteligencia. En términos generales no son otros que las seculares rivalidades de los hombres, variables en sus aspectos y terribles como el mar.

  • Vol. 2 Núm. 1 (1925)

    El poeta, el verdedero poeta es el vidente, es el privilegiado del espíritu para traducir en verbo humano lo que avizora en vuelos suprasensibles y de difícil acceso al común de los mortales: es el portador de las cuerdas divinas que vibran con el dolor de los demás . Los demás se encuentran expresados en él y se dicen : esto es lo que he sentido, esto es lo que siento, y le agradecen al poeta la iluminación de esperanza producida, el alivio al pesar traído con su ahondar en las complejidades del corazón. El poeta es el creador de belleza, es el pontífice del amor en todas sus formas. Vuela por esto en planos superiores a las miserias ordinarias de la vida o les aplica el cauterio de su fuego de profeta indignado cuando provienen de la mezquindad y maldad de los hombres.

  • Vol. 1 Núm. 10 (1924)

    La obra dedicada por Guyau al estudio del problema religioso se halla animada de una tendencia práctica. Quiere probar que la disolución de las religiones positivas, ya iniciada desde el siglo XVIII, se consumaría en un futuro próximo. Esa tendencia se indica desde el título del libro: «La Irreligión del Porvenir» .

    Sin embargo la primera parte está consagrada a teorías generales, al estudio del origen de las religiones en las sociedades primitivas.

  • Vol. 1 Núm. 9 (1924)

    Para darnos cuenta clara de la actual situación de Italia, es conveniente distinguir el facismo, partido político, que tiene señalada una misión con fines inmediatos definidos, del facismo entendido como convemovimiento revolucionario y que representa un cierto orden de ideas. El facismo, partido político tuvo la suerte de encontrar,—en el momento psicológico,— un jefe de extraordinaria energía y actividad política. Los facistas llegaron a restaurar en Italia la autoridad y eficiencia del gobierno y a contrarrestar las fuerzas anti-nacionalistas que obraban en el país, representadas por el socialismo, la democracia cristiana y la masonería, que se habían desarrollado libremente a la sombra de gobiernos anteriores. Estas fuerzas arrancan su inspiración de un ideal intenacionalista, en oposición al nacionalismo o imperialismo. El socialismo, v. gr., predica la solidaridad de los intereses de la clase proletaria, desentendiéndose del interés nacional, y se funda en una concepción materialista del universo.

  • Vol. 1 Núm. 8 (1924)

    En este campo de su especulación, Guyau se muestra de un valor moral inflexible para atacar el error y defender lo que estima verdadero. Hay algo de heroico en su acometividad espiritual. Es el caballero del ideal que, sin pensar en los peligros que puedan amargar su vida, se lanza revestido de las mejores armas del verbo contra los dragones del temor del prejuicio y de la hipocresía. Nada le arredra, como amante apasionado, para llegar a la posesión de la verdad desnuda.

  • Vol. 1 Núm. 7 (1924)

    El 5 de Septiembre fué sorprendido el país con la noticia de haber estallado en la capital un movimiento militar encaminado a modificar profundamente la vida política de la nación.

    Encabezada por una Junta Militar, en representación del Ejército y de la Marina unidos, se inició ese día una gran revolución pacífica que.— aunque no ha carecido de episodios trágicos como es imposible que deje de ocurrir en acontecimientos semejantes,—ha seguido hasta ahora su desarrollo dentro de líneas admirables sin violencias, sin derramamiento de sangre, mérito que corresponde repartir en verdad por iguales partes entre la prudencia de los militares y la cordura de los civiles.

  • Vol. 1 Núm. 6 (1924)

    Las alumnas estudiantes de Medicina han querido formar un Centro con el laudable propósito de apoyarse mutuamente, de conocerse entre sí y de progresar en sus estudios; han deseado ser auspiciadas por su Alma Mater—la Universidad—y por el apoyo moral de sus Directores Honorarios entre los cuales se honra el que habla; han pedido que uno de nosotros dé a conocer, ante la opinión, la creación de este Centro y esa es la razón de esta Conferencia. La Facultad de Medicina, que se ha inspirado en crear una extensión universitaria también me autoriza para dirigiros la palabra.

  • Vol. 1 Núm. 5 (1924)

    SEÑOR Presidente, señoras, señores:

    Al alborear el siglo diez y seis, dos tendencias bien definidas, y en cierta manera antagónicas, se diseñaban en la poesía portuguesa: la tendencia medioeval, preponderante en los siglos anteriores, y la tendencia clásica, caracterizada por la imitación de las obras de la antigüedad greco-latina.

    Durante los siglos doce, trece y catorce, dió vida y explendor a la primera, la influencia, en la lírica portuguesa, de la poesía provenzal, y en la épica, la de las gestas del norte de Francia: al par que la segunda, latente, si se quiere, no fenecida, en aquel largo período, tuvo pocas ocasiones de manifestarse, y sólo vino a dar testimonio de su existencia en la segunda mitad del siglo quince, y mejor aún, en los primeros años del siglo diez y seis, en que se alzó omnipotente, amenazando concluir con su ya entonces desairada rival. 

     

  • Vol. 1 Núm. 4 (1924)

    DESPUÉS de haber convivido durante algún tiempo con el espíritu de Guyau, que se desprende de sus obras, me pongo a escribir este ensayo lleno de veneración hacia él. Es una veneración simpática, cariñosa y dulce la que inspira ese filósofo-poeta, alma atormentada y noble, esforzada, infatigable y doliente, que realizó en su corazón la armonía suprema de la ciencia, de la poesía y del amor.

    Guyau pertenece por su temperamento a esa escuela llamada por Michelet «humana y sentimental» que principia con Abelardo en el siglo XII y tiene más tarde como representantes a Fenelón y Rousseau.

    En la segunda mitad del siglo XIX ( 1854-1888) señala Guyau un momento de la evolución filosófica entre el positivismo de mediados de la centuria y el idealismo trascendental de nuestro época. Se encuentra ligado al positivismo austero y seco de Comte, al positivismo sonriente, amargo y travieso de Renán y a la macicez erudita y seria hermoseada por el arte del pensamiento de Taine. Pero no es tan exclusivamente positivista y es más idealista que ellos. Por esta característica suya debe figurar Guyau como precursor de Bergson, Boutroux, James y Eucken; más su idealismo es ante todo sentimental y humano y no toma las formas metafísicas trascendentales que reviste en las ideas de estos filósofos. Su mente no se siente atraída por los problemas del ser y de la sustancia, del origen de la vida, del sujelo y del objeto, u otros análogos sino que busca todos aquellos tópicos que tengan algo de calor cordial. Parece que Guyau hubiera previsto que sus años iban a ser brevemente contados y dispuesto que su alma fuera en ese corto lapso lo más útil y radiante posible. Así aplica su genio a los asuntos de interés social, como ser el arte, la moral, la educación y la religión.

  • Vol. 1 Núm. 3 (1924)

    CUANDO se reflexiona sobre la maravillosa arquitectura del pensamiento griego, célula de donde se ha desarrollado el pensamiento europeo de veinticinco siglos y se pregunta uno por qué sucumbió esa raza en plena juventud, se inclina a buscar la respuesta en su falta de sentido místico.

    El pueblo heleno vivió lo que sus dioses. A Sócrates, Platón, Aristóteles, a los poetas como Esquilo, a los artistas como Fidias, la Filosofía y el Arte les salvaron de la Muerte. Mas, la gran masa de los atridas que no pudo elevarse a la visión de un ideal nuevo, superior a las divinidades tradicionales, fué incapaz de impregnar de inmortalidad la arcilla de su carne que se deshizo en polvo en las luchas fratricidas.

    No hay conciencia sin tragedia. No hay hombre inteligente que no se haya cerciorado con lágrimas que la dicha es engañosa, que a mayor capacidad para gozar corresponde una mayor potencia para sufrir, que hasta la copa de miel que nos brinda sonriente el amor ilusionado es un lazo que nos tiende el Dolor.

  • Vol. 1 Núm. 2 (1924)

    La Francia del siglo XVI ofrece a los estudiosos un notable conjunto de escritores de raro talento, cuyas obras, apreciadas hoy en todo su valor, constituyen un tesoro precioso para la cultura humana.

    Al lado de poetas exquisitos como Pedro RONSARD y Francisco MALHERBE. florecieron prosistas tan eminentes como Santiago AMYOT. cuya traducción de Plutarco constituye un monumento de erudición y de lenguaje, y Juan CALVINO. no menos célebre por su «Institución de la Religión Cristiana» .

    RABELAIS. el fraile aventurero, el de la sonora carcajada, el más genial de los satíricos de Europa, es también de esta época.
    También lo son Clemente MAROT, el poeta de las baladas y traductor de los Salmos, y Pedro LEROI, canónigo de Rouen, autor de la sátira Menipea. que tan honda repercusión política tuvo en los tiempos de Enrique IV.

  • Vol. 1 Núm. 1 (1924)

    Después de cinco años de labor, la Universidad de Concepción ha podido realizar el anhelo de dar a la publicidad por lo menos una revista. Hasta este momento, han debido concretarse sus esfuerzos a la enorme tarea de atender al mantenimiento de sus escuelas.

    Puede ser que, andando el tiempo, al lado de esta revista de carácter general, nos sea permitido ofrecer otras consagradas a dominios particulares de la ciencia, como es propio de toda verdadera Universidad.

    Esta revista, como la Universidad que la sostiene, tratará de servir los intereses de la cultura en todas sus dimensiones. Desde los fundamentales de la industria y de la producción material, hasta los superiores del espíritu y de los valores morales. Desde los de la región, hasta los de la patria toda. Será en este sentido nacionalista; pero nó de un nacionalismo estrecho, sino entendido: <<1.°, como amor al suelo del país y a sus ´pobladores, considerados en cuanto núcleos de fuerzas en potencia, capaces de inmenso desarrollo, y 2.°, como amor a la nación en cuanto unidad de vigor dentro de la solidaridad de la raza y de la humanidad.>>

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