Archivos - Página 2

  • Vol. 34 Núm. 375 (1957)

    DEMOCRACIA, DICTADURA, DEMAGOGIA.  Tres términos que corresponden a conceptos políticos disímiles sin ninguna relación aparente en sus enunciados como que en teoría no hay entre ellos puntos de contacto. Mas la vida pública de ciertos países de Oriente, también de Europa y sobre todo de América, se manifiesta en gobiernos en que so capa de democráticos encubren dictaduras de tipo demagógico para ganarse el favor popular.

    Los ejemplos de naciones americanas que discurren en constantes alternativas políticas se multiplican cada día. De pronto la prensa anuncia la elección de presidente de una república por la casi unanimidad del sufragio de la ciudadanía. La noticia es recibida con alborozo por las conciencias libres del mundo. Se habla de la madurez política de aquel país, de cómo ya en nuestro continente ha prendido la democracia comparable con la de aquellos pueblos europeos considerados rectores del pensamiento occidental.

  • Vol. 34 Núm. 374 (1957)

    GABRIELA MISTRAL. Al eternizarse su espíritu con su muerte, su nombre se exalta en el alma nacional que, plena y recogida, se inclina ante su cuerpo exánime., palpitantes los corazones en un mismo ritmo de congoja. Las palabras agotaron su sentido de dolor profundo y de admiración por lo que fue y dejó. Al espontáneo sentimiento colectivo., el gobierno se sumó con esa solemnidad oficial señalada para quienes dieron a la patria las excelencias de su espíritu y de su acción.

  • Vol. 33 Núm. 373 (1956)

    JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, PREMIO NOBEL. El Premio Nobel, otorgado a Juan Ramón Jiménez , exalta la culminación de un concierto de voces líricas españolas, de un lirismo iniciado toscamente por el Arcipreste de Hita, convertido en doloroso lamento en la églogas de Garcilaso, tejido más tarde en la frondas del misticismo peninsular, para ser disparado muy cerca de nosotros, por innumerables senderos. Entre sus adalides están los nombres de Salvador Rueda, Antonio Machado, García Lorca y Vicente Aleixandre.

  • Vol. 33 Núm. 372 (1956)

    No sólo tiene valor histórico el aniversario del descubrimiento de América. Implica también una significación simbólica doblemente trascendental: se incorporan a la humanidad tierras vírgenes en las cuales España irradiará su espíritu, tan pronto dominado de idealismo como objetivamente realista. Como consecuencia de tal condición humana superior, rebrotará el alma hispánica vivificada con los elenentos raciales y geográficos del Nuevo Mundo, formándose pueblos ganosos de emularla.

  • Vol. 33 Núm. 371 (1956)

    MAX JARA, PREMIO NACIONAL DE LITERATURA. Los escritores no se extrañaron por el otorgamiento del Premio Nacional de Literatura, correspondiente a 1956. Max Jara es un poeta de calidad indiscutible, el artífice de una producción escasa; pero selecta, sustentada en la exigencia de una rigurosa emoción. Su poesía aristosa, tierna, rítmica, impregnada de humildad, es el contraste de una naturaleza retraída, olímpica, con dos fuerzas en continua pugna: la inteligencia y la sensibilidad. ¿Dónde habría que buscar las causas de esta posición algo enfática ante la vida y el arte? Además de los factores temperamentales que influyen la conducta de un hombre, es preciso inquirir la raíz ambiental que malogra o estimula sus apasionadas inclinaciones. 

  • EN HOMENAJE A MARIANO LATORRE
    Vol. 33 Núm. 370 (1956)

    DESPEDIDA.  Este día frio en medio del verano es como su partida, como su desaparición repentina en medio del regocijo multiplicado de su obra. No voy a hacer un discurso funerario para Mariano Latorre. Quiero dedicarle un vuelo de queltehues junto al agua, sus gritos agoreros y su plumaje blanco y negro levantándose de pronto como un abanico enlutado. Voy a dedicarle una queja de pidenes y la mancha mojada, como sangre en el pecho, de todas lasloicas de Chile. Voy a dedicarle una espuela de guaso, con rocío matutino, de algún jinete que sale de viaje en la madrugada por las riberas del Maule y su fragancia. Voy a dedicarle, levantándola en su honor, la copa de vino de la patria, colmada por las esencias que él describió y gozó.

  • Vol. 33 Núm. 369 (1956)

    DON ENRIQUE MOLINA.  Desde su fundación, hace treinta y siete años, Don Enrique Molina rigió los destinos de la Universidad de Concepción. En tan largo lapso su espíritu creador y su voluntad sin quebrantos, estuvo constante y fervorosamente al servicio de este plantel universitario. El nombre de don Enrique Molina a quedado unido al nacimiento, formación y madurez de la Universidad penquista. Puede él, desde el lugar de su descanso, que tan bien ganado se tiene, comprobar con gozosa satisfacción que los esfuerzos de su inteligencia y dinamismo fructificaron magníficamente. 

  • HOMENAJE A ORTEGA Y GASSET
    Vol. 33 Núm. 367-368 (1956)

    MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD.  La reforma universitaria no puede reducirse a ni siquiera consistir principalmente en la corrección de abusos. Reforma es siempre creación de usos nuevos. Los abusos tienen siempre escasa importancia. ´Porque, una de dos: o son abusos en el sentido más natural de la palabra, es decir, casos aislados, pocos frecuentes, consuetudinarios, pertinaces y tolerados, que no ha lugar llamarlos abusos. En el primer caso es seguro que serán corregidos automáticamente; en el segundo fuera vano corregirlos, porque su frecuencia y naturalidad indican que no son anomalías, sino resultado inevitable de los usos que son malos. Contra éstos habrá que ir y no contra los abusos.   
  • Vol. 27 Núm. 300 (1950)

    EN agosto de 1933 la revista «Atenea»publicaba un editorial dedicado a señalar un hecho cargado de honda significación: los cien primeros números que marcaban, además de una fecunda y fervorosa labor en pro de la cultura, una continuidad, un hecho depersistencia, todo un periodo nutrido de fecundas urgencias literarias. Era ese número cien la síntesis apretada y densa del pensamiento intelectual chileno.

  • Vol. 27 Núm. 297 (1950)

    LA Sociedad de Escritores de Chile ha consolidado su prestigio al organizar un Concurso Literario de una magnitud tal como no se había visto anteriormente en Chile. Por la cuantía de los premios—cincuenta mil pesos para la mejor novela, cincuenta mil pesos para el mejor libro de poemas y diez mil pesos para el mejor ensayo—este concurso despertó, desde que se publicaron las bases, una expectación extraordinaria que se reflejó en la cantidad de obras presentadas. En realidad, ciento cinco novelas, ciento veinticuatro libros de poemas y ocho ensayos, o sea un total de doscientos treinta y siete trabajos, forman un conjunto impresionante.

  • Vol. 27 Núm. 295-296 (1950)

    CREO que este balance de medio siglo, que han puesto de moda en diarios y revistas, es más una fecha, un límite temporal que un hecho literario de verdadera importancia. Pertenece, por esto mismo, más a los periodistas que a los críticos y a los historiadores de nuestra literatura.

  • Vol. 26 Núm. 293-294 (1949)

    Las hondas disensiones provocadas en el seno de la sociabilidad chilena con motivo de la revolución del año de 1891, terminaron con las actividades literario-científicas del viejo Ateneo que funcionaba como una sección del célebre Club del Progreso. Ambas instituciones habían alcanzado gran auge después de la Guerra del Pacífico y eran la manifestación más señalada del espíritu de Chile, surgida tras de aquel conflicto bélico, en que una buena parte de la juventud chilena había rendido la vida en defensa de la patria.

  • Vol. 26 Núm. 289-290 (1949)

    ATENEA, defensora de los valores del espíritu y de libertad del hombre,se asocia a los homenajes que en el país y en el mundo entero se rinden a dos gran­des escritores de genio, que compendian y expresan altos atributos del pensamiento europeo occidental: Goethe y Balzac.

  • Vol. 26 Núm. 288 (1949)

    DENTRO del conjunto latinoamericano, Chile se ha hecho notar por su ordenada evolución política y por la temprana madurez de su organización institucional. Los elogios que ha merecido su desenvolvimiento social e histórico han sido unánimes. Este concepto se afirma si se estudia su estructura básica a través de su abundante y avanzada legislación, una de las más completas del Continente. De acuerdo con ella nuestro país ha establecido organismos de previsión social, del trabajo, asistenciales y educacionales, desde hace muchos años, mientras que en otras naciones, de gran desarrollo económico, sólo recientemente se incorporan a su organización jurídica.

  • Vol. 26 Núm. 287 (1949)

    Un anhelo generoso que se hizo carne en un grupo de hombres de buena voluntad, poseídos por noble ambición, concretó en un hecho efectivo el nacimiento de la Universidad de Concepción. Una serie de tropiezos de carácter económico, de dificultades de orden administrativo para aunar voluntades que no era fácil hacer confluir, amenazaron en un comienzo la existencia de la institución que, andando el tiempo, había de derramar desde sus aulas la cultura que un país necesita para formar el pensamiento de un pueblo y afinar su espíritu dentro de la con­ciencia colectiva.

  • Vol. 26 Núm. 285 (1949)

    DESDE que se produce el movimiento intelectual de 1842 hasta el presente, a lo largo de un siglo, el desarrollo experimentado por la literatura nacional es de extraordinarias proporciones, a pesar de las duras realidades en las que ha debido desenvolverse. La indiferencia de muchos sectores sociales, la ignorancia de grandes masas de población y el atraso del país en varios aspectos, han constituído factores que han obstaculizado nuestro proceso literario. No obstante, a pesar de tales factores negativos, el avance experimentado es enorme y la influencia que derrama es de singular trascendencia.

  • Vol. 19 Núm. 203 (1942)

    El discurso pronunciado por Lastarria en la inauguración de la Sociedad Literaria el 3 de Mayo de 1942, tuvo una gran resonancia y un largo dominio sobre el pensamiento nacional. Este dominio continúa porque no han sido modificadas aquellas ideas ni se ha desvirtuado el fondo de la enseñanza que Lastarria dió a la juventud de 1942.

  • Vol. 19 Núm. 202 (1942)

    Con motivo del Premio Nacional de Literatura otorgado al escritor August D'Halmar se ha planteado en los círculos literarios lo que podría llamarse la defensa del escritor en cuanto este representa una gran dignidad en la vida de un país. Está ya asegurado en cierto modo, el futuro económico de un hombre de letras. El premio es una cantidad apreciable y lo será doblemente en el curso del año.

  • Vol. 19 Núm. 201 (1942)

    Augusto d'Halmar ha obtenido el premio Nacional de Literatura instituído por el Gobierno de Chile y por la primera vez en el curso de su historia. La brega de los escritores fué larga y difícil. Premios menores en cantidad hay varios, pero nunca uno de la cuantía del que ha sido otorgado al autor de "Juana Lucero".

  • Vol. 19 Núm. 200 (1942)

    La cercanía del ambiente bélico, plantea en nuestra país una situación en extremo delicada. Nuestra larga costa y los intereses que se mueven a lo largo de ella, complican aún más la situación en que vivimos. No constituímos ni con mucho, un país de sólida preparación guerrera. Queremos decir que nuestros recursos en armamentos son escasos porque no hemos sido una nación que ha vivido sólo para aumentar sus efectivos de guerra o para practicar un orgulloso imperialismo continental. Pero del interior del Pacífico, las ráfagas quemantes de la guerra, echan sobre nosotros sus emanaciones calientes y obscuras y si no hay un alto sentido de la sabiduría política, es posible que algún día nos encontremos envueltos en situaciones de hecho, irreparables y decisivas. 

  • Vol. 19 Núm. 199 (1942)

    Sin duda, la conferencia de Río ha sido de las más importantes celebradas por las naciones de Hispano América, en estos últimos años. El continente está amenazado por la agresión de los países totalitarios y su destino, o su futuro digamos mejor, depende de la unidad con que estos países deben afrontar cualquiera de las contingencias que se produzcan.

  • Vol. 17 Núm. 186 (1940)

    Preocupa a algunos escritores norteamericanos el problema de expandir la cultura de aquel país en la América Hispana. En oposición, por cierto, a la cultura de carácter totalitario, si así pudiéramos expresarnos. Porque es también efectivo que la propaganda secreta ha tratado de desvirtuar la acción cultural norteamericana proclamándola como el triunfo de la mediocridad.

  • Vol. 17 Núm. 185 (1940)

    La muerte inesperada de Hernández Catá ha producido entre nosotros un hondo sentimiento de pesar. Las razones son muchas. No sólo le conocíamos a través de sus libros sino como persona humana. Vivió algunos años en Chile en el cargo de Ministro de Cuba. Más que todo en el papel de amigo cordial y de hombre de generosos pensamientos. Dejó aquí un núcleo grande y selecto de amigos. Hernández Catá fué un embajador - si hemos de usar la expresión tan traída y llevada - del verdadero espíritu. Se le quería y se le buscaba. En todas las reuniones de escritores y artistas estaba siempre presente animando con su charla el tono de la reunión. No había sitio en el cual se rindiera de algún modo homenaje al espíritu en el cual no fuera necesaria la presencia del autor de «Frutos Acidos».

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