PRESAGIO, VENGANZA Y JUSTICIA: TRATADO SOBRE LOS BUITRES DE NIALL BINNS
Resumen
Gilbert Durand señala en sus Estructuras antropológicas del imaginario (2004) que los símbolos de terror frente a la muerte o al cambio son en su gran mayoría animales que devoran: serpientes, monstruos híbridos, lobos, hienas, todos ellos encarnaciones demoníacas de lo negativo, de las tinieblas. Dentro de esta fauna nefasta, nos dice Durand, el pájaro suele ser un “mensajero benéfico” y solo en unos pocos y contados casos se le asocia a las fauces mutilantes. Los pájaros se movilizan dentro de nuestro imaginario ya sea por la gracia de su vuelo o por la atracción de su plumaje. La cinesis del vuelo hace del ave una especie mediadora entre lo humano (terreno) y lo divino (celestial); el espectáculo de su plumaje se entrega a los ojos humanos como un regalo de los dioses para apreciar la plenitud del mundo.
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