v. 28 n. 311 (1951)

LA VIDA DE UN PUEBLO.  Como por antítesis viénense a nuestra mente dos hechos que nos han dejado meditando largamente acerca del destino de nuestro país en su aspecto esencial, como es el mantener el  vigor y la salud espirítual de nuestra raza. Conversábamos hace pocos días con uno de nuestros Embajadores ante un país americano y él nos decía que su larga estada fuera del país, le hacía mirar a Chile con optimismo, con fe en su desarrollo institucional y en cuanto tiende a cimentar su prestigio, en el concepto de las naciones civilizadas. 

Publicado: 1951-05-31

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