v. 25 n. 277 (1948)
EN muchas ocasiones en que se ha tratado el problema editorial, escritores pertenecientes a ese brillante grupo que surgió junto con las primeras luces de este siglo, al referirse a las dificultades que se les presentaban para publicar sus libros. recuerdan que ellas eran realmente insubsanables. Casi todos ellos, para poder publicar sus primeros libros, debieron hacer sacrificios que superan a toda ponderación. Y el motivo no es difícil de explicar. Eran tiempos en que nadie se interesaba por leer libros chilenos. Para el público lector, mejor dicho, el escritor chileno no existía. Exceptuando uno que otro caso muy señalado los libros que publicaban esos hombres esforzados. que llevaban dentro del pecho un corazón de artista a prueba de todo desencanto, se quedaban en las librerías cubriéndose de polvo, patinados por una etapa de indiferencia absoluta.