v. 6 n. 60 (1929)
ENTREMOS ahora como en un paisaje que tuviera muchas figuras al fondo, algunas apenas esbozadas; rostros que dan un solo ángulo al relente de la luna, eh las historias que cuentan mi abuelo Riolid y don Venancio. Ambos vivieron tiempos bravos: el cólera, la revolución federal. Pasan caudillos y bandidos. Tintinean sobre el pavimento, aferrallan el pavimento, las grandes espuelas del viejo Juan Araujo.
Publicado:
1929-12-27