v. 9 n. 88 (1932)
¡MUERE Y VUELVE A SER!. Tarea vana sería pretender encerrar a Goethe dentro del marco de un retrato objetivo. Nadie pudo hacerlo nunca. Los más famosos libros que le han sido consagrados, hacen sentir aún más lo inconmesurable de su naturaleza (una expresión a que era afecto) y la incapacidad de las gentes de los libros para abrazar ese río. No se le detienen jamás. El mismo lo decía: "Cuando se me cree todavía en Erfurt, ya estoy en Weimar".
Publicado:
1932-06-30