v. 12 n. 124 (1935)
HERNÁNDEZ CATA. Es sin duda práctica excelente de algunos gobiernos de América Hispana la de designar en las misiones diplomáticas a los más prestigiosos intelectuales. Se ha dicho que esta costumbre fué iniciada por la República española; pero lo cierto es que es costumbre antiquísima, abonada por el hecho de que tales misiones tenían además del carácter protocolar, un fino sentido de comprensión y de justicia para el hombre de letras.
Publicado:
1935-10-31