v. 3 n. 8 (1926)
CALÍOPE Y EL CULTIVO DE LAS LETRAS. Me ha hecho usted el honor de formularme una consulta en una bella carta. Fundamenta en ella su estado de ánimo diciéndome la intensidad de su gusto por las letras y como su principal ambición va por este camino. Interesante momento de su vida. Es el alba. La flor de la ilusión se ha esponjado en su espíritu. Ancho ventanal se ha abierto ante usted y en el resplandor total de la mañana se le ofrece el mundo como un hermoso campo que conquistar y enriquecer. Tal vez ha sentido usted ya en su pecho el esbozo de la suprema regla de la vida: darse a algo.