Vol. 12 Núm. 116 (1935)

EL DRAMA DE LA JUVENTUD. Es Mauriac el que alguna vez ha dicho que él pertenece a una generación sin maestros. Entre escolares y universitarios vacilantes, y entre escritores sin orientación alguna, discurrió gran parte de la vida del novelista. Pero, si en Europa es posible que un escritor confiese este desgarrón íntimo y doloroso, ¿cómo empezar la requisitoria en estas tierras de la incertidumbre y de la vacilación?. Falta el héroe. Más que el héroe el conductor de la juventud.

Publicado: 1935-02-28

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