Vol. 29 No. 323 (1952)
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CASO en ningún momento de su vida civil, los hombres que viven en sociedad, necesitan en tan alto grado recurrir a los atributos de su espíritu, como en la oportunidad en que se ven precisados a elegir a sus gobernantes. La voluntad ciudadana debe estar sustentada en tales circunstancias, en normas de acendrada moral que le permitan discernir, con meridiana claridad, acerca de cuál es la fórmula que conviene al bienestar colectivo, para no dejarse impulsar por instancias personalistas que conducen irremediablemente a finalidades que jamás alcanzarán a concretar, con altura de miras, cuáles son los verdaderos intereses que deben defenderse y las superiores razones de bien público por las cuales se ha de luchar.