Vol. 29 Núm. 325-326 (1952)

CORRIA el año 1942. Un grupo heterogéneo en cuanto a las edades de los intelectuales que lo integraban, reducido, pero reflexivo, escuchó, con serenidad, las más diversas aspiraciones del ambiente chileno y las llevó al seno de cierta entidad nacional de escritores. En este organismo no hallaron —si hemos de ser absolutamente fidedignos— eco o ambiente apropiado. Su comisión directiva estaba interesada en asuntos más pequeños, de mera rutina gremial e, incluso, preocupada de su reelección en términos que su configuración fuese mantenida sin variaciones apreciables, ni de hombres, ni de programa. Así nació, entonces, una nueva entidad de escritores chilenos, aunque repugnaba a sus fundadores la dispersión gremial.

Publicado: 1952-08-29

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