Vol. 28 Núm. 313-314 (1951)
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Nos detenemos a pensar: ¿Es que hay hombres predestinados que, por cualquier camino que tomen, siempre habrán de encontrar el triunfo? ¿Es que el éxito, saber llegar a la cumbre más alta, no es nada más que cumplir un destino que la trayectoria de una existencia no es capaz de variar? ¿Acaso la luz más alta solo la alcanzan los elegidos en virtud de un misterioso y secreto designio?
Publicado:
1951-08-31