Vol. 27 Núm. 301 (1950)
NO cabe duda de que la inseguridad y la falsedad de la vida espiritual conduce a los peores errores. Cuando se abandonan por completo los dominios del pensamiento de la belleza pura, y se entra en el terreno d la lucha y la rivalidad odiosa, pierde por completo ese sentido de equilibrio y de armonía que debe singularizar la actitud de los hombres que dedican la mayor parte de su vida a las nobles disciplinas intelectivas.
Publicado:
1950-07-28