Vol. 24 Núm. 266 (1947)
LAS sociedades literarias de Santiago, qué en cierto modo representan o tratan de representar el pensamiento directriz de la cultura chilena, se han venido preocupando en diversas oportunidades de obtener del Gobierno de la República, el nombramiento de hombres verdaderamente capacitados especialmente artistas en todos los géneros, para desempeñar los cargos de adictos culturales en las embajadas que se mantienen en el exterior. Y ese deseo refleja la aspiración de que esos hombres vayan a los demás países que mantienen relaciones con el nuestro, a trabajar por que el espíritu de nuestra nacionalidad sea conocido y apreciado en toda su magnitud creando de este modo sólidos vínculos que amplíen el horizonte de nuestra cultura.