Vol. 20 Núm. 217 (1943)

NO es ciertamente una paradoja si afirmamos que no existe entre nosotros el impulso de elevación de las figuras que más nos prestigian por su calidad intelectual. El fenómeno es general, por lo demás, para cualquiera de las actividades en las que el hombre tiene una parte viva y considerable. Pero especialmente en lo que se refiere al tipo de hombre intelectual, la reserva es la norma.

Publicado: 1943-07-30