Vol. 15 Núm. 158 (1938)
BÓRQUEZ SOLAR. La muerte de Bórquez Solar ha cerrado un período de la lírica chilena en uno de sus más ejemplares representantes. Hacía ya algunos años que el poeta Bórquez Solar, había abandonado toda actividad. Y no porque él así lo quisiera, sino a causa de una cruel dolencia que le tuvo atado e inmóvil en su lecho de quebrantos. Había sido un batallador incesante y uno de esos espíritus enhiestos que no saben de dobleces ni apuntan jamás sus armas a los débiles. Bizarro y profundamente seguro de sí mismo —a veces quisieron hincarle el diente de la malevolencia— llevó su existencia con singular varonía. Sus primeros versos, los primeros brotes de su corazón juvenil, estuvieron dedicados al dolor de los otros. Así pudo salvarse, como lo ha reconocido uno que fué su amigo íntimo y que luchó o empezó a luchar con él, en los albores de este siglo: Diego Dublé Urrutia.