Vol. 13 Núm. 137 (1936)

En el Congreso de Escritores de Buenos Aires, celebrado en septiembre, los escritores de todo el mundo aprobaron mociones bien claras de paz. El escritor debe estar al servicio de la paz, tanto como al servicio de la libertad y de la justicia. «Queremos la paz entre los hombres—expresó Romains en su magistral discurso en la sesión de apertura—porque así nos lo han enseñado exactamente las más grandes voces que han hablado sobre la tierra, desde su origen, sin desmentirse jamás; y porque aun faltándonos esa enseñanza, sería suficiente la experiencia para probarnos que todas las guerras entre los hombres dejan en el suelo, además de las víctimas de carne un gran herido que es el espíritu». Había dicho, además Romains que cuando la literatura, por una desviación pasajera se pronuncia contra la libertad, se pronuncia en realidad contra sí misma y no tarda en purgar su falta.

Publicado: 1936-11-27

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