Vol. 13 Núm. 132 (1936)

Uno de los fenómenos más penosos de la revolución rusa, fue sin duda, el que produjo la persecución de los escritores que no eran gratos al sentido antiburgués de aquella revolución. Gorki estaba entre ellos y uno de los preclaros, Andreieff, hubo de escapar a duras penas, para morir luego en la obscuridad y el abandono. De nada había servido levantar a un plano de grandeza en la creación artística el alma torturada y contradictoria del vagabundo de la estepa o del hombre de las ciudades. Iguales en la veleidad, en la delicadeza y en la brutalidad.

Publicado: 1936-06-26

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