GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA N°7
(ENERO-JUNIO) (41-49) -2024
ISSN 2375-7074 ON-LINE
DOI: https://doir.org/10.29393/GP7-4APMG10004
EL
DETERIORO DEL ESPACIO SEGURO Y DE APERTURA A POSIBILIDADES DE VALOR EN LA
GESTIÓN PÚBLICA.
THE
DETERIORATION OF THE SAFE SPACE AND OF OPENNESS TO VALUABLE POSSIBILITIES IN
PUBLIC MANAGEMENT
José Miguel Mayorga González[1]
Este artículo se orienta en el
problema: de la falta de confianza y el aumento de manifestaciones del
deterioro de la gestión de lo público en la relación servidores ciudadanos en La
Jagua de Ibirico, Cesar. Razón por la cual, en esta investigación se buscó
comprender las experiencias de la gestión de lo público en la relación
servidores-ciudadanos en una institución de La Jagua de Ibirico Cesar, desde la
mirada complejo existencial de la vida cotidiana. Por lo anterior, se
profundizó en la comprensión de la gestión ciudadana centrada en valores como
marco comprensivo de la analítica complejo existencial de la vida cotidiana,
para posteriormente conceptualizar la gestión de lo público, los funcionarios y
ciudadanos, seguidamente de lo establecido metodológicamente para finalizar con
resultados obtenidos y conclusiones.
Palabras claves: Espacio Seguro, Gestión Pública,
Valores, Complejidad Existencial, Ciudadanía.
This
article is oriented on the problem: of the lack of trust and the increase in
manifestations of deterioration of public management in the relationship
between servants-citizens in La Jagua de Ibirico,
Cesar. Reason why this research sought to understand the experiences of public
management in the relationship between servants-citizens at an institution in La
Jagua of Ibirico, Cesar. From an existential complex
point of view of daily life. For this reason, deepened on the understanding of
citizenship management focused on the values as comprehensive framework of the
existential complex analytics of daily life. To subsequently conceptualize the
public management, civil servants and citizens. Following the methodologically
established to finish with the obtained results and conclusions.
Keywords:
Safe place, Public Management, Values, Existential
Complex, Citizenship.
Este artículo se orienta en el
problema de la falta de confianza y el aumento de manifestaciones del deterioro
de la gestión de lo publico en la relación servidores ciudadanos en la Jagua de
Ibirico, Cesar. Precisando como lo plantea el Departamento Nacional de
Planeación (2010), que el estado es garante por
medio de los funcionarios públicos de generar estrategias para incrementar la
confianza y mejorar las relaciones con los ciudadanos a través de la excelencia
en la prestación de los servicios públicos, razón por la cual, en esta
investigación se buscó comprender las experiencias de la gestión de lo publico
en la relación servidores-ciudadanos en una institución de la jagua de Ibirico
Cesar, desde la mirada complejo existencial de la vida cotidiana.
Por lo anterior, se iniciará
profundizando en la comprensión de la gestión ciudadana centrada en valores
como marco comprensivo de la analítica complejo existencial de la vida
cotidiana, para posteriormente conceptualizar la gestión de lo público, los funcionarios
y ciudadanos, seguidamente de lo establecido metodológicamente para finalizar
con resultados obtenidos y conclusiones.
Gestión Ciudadana centrada en
Valores.
Es una comprensión
complejo-existencial de la vida cotidiana sobre lo público, centrando su
estudio en la relación entre funcionarios – gestión – ciudadanía, considerando
que el aumento de caos (deterioro) de la relación se expresa en desorganización
de la gestión pública, desconexión de la ciudadanía con los problemas
fundamentales, conflicto con los funcionarios y frustración ante la pérdida de
valores en este intercambio dialógico constante. Para autores como Böschemeyer
(2014) el problema actual de las
sociedades no es la pérdida de valores, sino la falta de accesos a los mismos,
posiblemente como plantea Silva-Jaramillo
(2017) por la ausencia de reciprocidad
entre funcionarios y ciudadanos a la luz de lo público, por un lado, enmarcado
por la cultura de la corrupción y por el otro de indignación. Frente lo
anterior, se considera central comprender los valores desde la existencia de la
persona y como la disminución de atención (consciencia y reflexión) aumenta el
caos y restringe el acceso a los valores. Por lo anterior, se considera
importante profundizar en tres aspectos de este marco comprensivo, los cuales
son los hechos de la existencia, los sistemas relacionales y la orientación a
los valores.
La existencia presenta cuatro
hechos inherentes a la persona, estos los plantea Cox
(2011),
señalando que la persona esta y es en un mundo (Dasein
= To be = Ser o Estar), el mundo como precisa Mayorga-González (2018),
son múltiples contextos o campos intersubjetivos en donde la persona cohabita
con otros desde unos fundamentos que se conforman por acuerdos, funciones y
fines; la tarea de la persona inicialmente es saber estar ahí en esos mundos y
poder ser. Cuando esos campos intersubjetivos se desarticulan de los
fundamentos, las personas perciben desorganización y por ende aumenta actitudes
violentas, competitivas y de falsificación, de igual manera genera una
desconexión de la persona consigo misma aumentando la confusión, la
dependencia, la comparación y desesperanza, teniendo presente que la persona
buscara responder a la vida desde su interpretación y actitud como relatos
experienciales. Para Mèlich
(2012) “la interpretación no es sino una
acción antropológica fundamental. Sin ella no sería posible ubicarse en el
mundo y éste no podría convertirse en un «mundo-con-sentido»” (p. 45). Lo
anterior, concuerda con Bicchieri (2016) al precisar que la ausencia de
normas aumenta comportamientos inadecuados que deterioran las organizaciones.
La suma de los patrones externos e internos del estar y ser de la persona en el
mundo no solo aumentan el desorden y la desconexión, sino que lleva a
relaciones conflictivas (Laing, 2015),
las cuales se dan en el desacuerdo de las posiciones que permiten la sincronía
y colaboración, es decir, se presentan dos posiciones como emisor y receptor,
si se da de este modo se habla de sincronía, pero si se da emisor – emisor, se
puede hablar de un conflicto, dado que los dos van a buscar la confirmación
buscando instrumentalizar al otro, pero cuando se presenta receptor-receptor se
habla de relaciones nulas.
Mayorga,
J. y Tobón, L. (2022)
consideran que las confirmaciones como el reconocimiento, la confianza y el
cuidado solo es posible en una relación sincrónica y cuando se logra, se
permite una vinculación y una regulación mutua concordante con los fundamentos
de los campos, en donde se percibe encuentro y colaboración. Sí la persona va
captando un intercambio dialógico desorganizado, con desconexión y conflicto no
percibirá valor alguno y esto generará aburrimiento, apatía y frustración (Frankl,
2015), manteniendo
el caos en bucle y por ende la posibilidad de que el sistema relacional pierda
su fin.
Todo sistema relacional es
complejo, dinámico y adaptativo, lo primero haciendo referencia a que se gesta
en múltiples tejidos de información entre varios elementos, lo segundo estos
tejidos van cambiando de acuerdo con las transiciones de otros sistemas o de
elementos del sistema relacional, por último, son adaptativos porque se van
ajustando y generando intercambio de información con otros sistemas mayores o
menores, lo anterior en palabras de Sancho-Caparrini
(2020). El sistema
relacional entonces va generando relatos que la persona debe ir articulando con
su relato experiencial en una secuencia que dé continuidad a la propia
existencia, pero cuando se presentan manifestaciones del caos este continuo
recae en un bucle denominado por Mayorga-González y Rojas (2021) como horizonte de sucesos en el
que se expresa en relatos de egoísmo, fragmentación, instrumentalización y
consumo, así, como en actitudes de ambivalencia, control y evitación
deteriorando a mayor grado todo el sistema relacional.
Por el contrario, si el relato
externo como interno en la persona logra articularse desde un fin del sistema,
como un sentido personal, se podría precisar mayor valor en el intercambio
dialógico constante, permitiendo una continuidad tipo agujero de luz, lo cual
implica mayor autonomía, colaboración y reflexión dentro del sistema. Pero para
lograr eso implica que la persona capte espacios seguros y de apertura
existencial hacia los valores, desde diálogos genuinos y colaborativos.
Quien conforma los sistemas
relacionales desde la mirada complejo existencial de la vida cotidiana según Mayorga-González
y Méndez (2020) es
el campo intersubjetivo que otorga los acuerdos, funciones y fines del sistema,
la dinámica relacional en donde la interacción con los otros realimenta el
relato de las personas, la voluntad personal, haciendo énfasis en los
movimientos interpretativos y actitudinales de las personas y las situaciones
emergentes las cuales confrontan a la persona con el contenido existencial y al
sistema relacional con sus fines.
Desde la mirada complejo
existencial de la vida cotidiana, lograr los espacios seguros y de apertura
existencial para acceder a los valores es la intención primordial que debe
darse en todo sistema relacional, para ello todos los elementos deben lograr un
intercambio dialógico constante, autónomo, colaborativo y reflexivo (Mayorga-González
& Alvarado, 2020).
La autonomía, hace referencia a que los elementos del sistema relacional se
articulen a los limites propios de este, es decir, logren regularse y adaptarse
de acuerdo con las normas, funciones y fines. La colaboración es un intercambio
vincular y sincrónico orientado al fin. La reflexión es el proceso de
confrontación y cuestionamiento del contenido existencial presente en todo el
intercambio dialógico constante.
Para Manson (2019) “los valores giran alrededor de
la priorización” (p. 73), pero estos se logran percibir en el dialogo genuino y
colaborativo, que como el menciona movilizan en las personas y las relaciones
del sistema incertidumbre, responsabilidad, renuncia o rechazo, y la perdida.
Para este autor la incertidumbre es el reconocimiento de la duda y el misterio,
pues es reconocer que aunque algo sea valioso y prioritario pueda que no sea lo
más valioso, sin embargo siempre estará la duda; la responsabilidad es la aceptación
de que lo que es valioso o importante recae en una decisión personal, aunque
esté sujeta al sistema; la renuncia o rechazo, como habilidad de decir no a
aquello que se considera no es valioso en el momento; por último el fracaso,
como reconocimiento de que se puede perder otras opciones y que aun en el
permanecer, ser e interactuar en el sistema se pueden cometer fallas.
Con lo anterior Manson (2019), considera que los valores
presentan algunas características que se consideran base y que además en este
artículo se propondrán otras que la complementan. Los valores dan sensación de
importantes, valiosos o prioritarios; son buenos, pero no todo lo bueno son
valores; son convenientes, pero no todo lo conveniente es bueno; surgen por
acuerdos, pero no todos los acuerdos son convenientes; generan proximidad
afectiva, pero no toda proximidad es acordada; orientados hacia el tiempo, pero
no todo tiempo es próximo; permite comportamientos conscientes y éticos, pero
no todo comportamiento es consciente o ético; lo valioso es más que placer o
poder, pero pueden generar esto.
Asimismo, es importante precisar
que, si bien los valores son percibidos por las personas, más que por el campo
o la dinámica, requieren de estos para que tengan valor, es así como se pueden
diferenciar estos también por su intención externa e interna. A nivel externo
los valores se presentan como fines, para Eslava (2019) son “atributos de comunidad que
remiten al papel de la confianza, la cooperación, la reciprocidad, la
reputación, la solidaridad y otros valores cívicos que además de lógicas
racionales de cálculo económico también involucran, en mayor medida, un componente
cultural encaminado a sacar a flote lo mejor que tiene la vida humana en
comunidad” (p. 55) esto se relaciona con lo precisado por Almagro-Blanco
y Sancho-Caparrini (2017), cuando precisa que “un sistema es
un conjunto de elementos o partes que interaccionan entre sí a fin de alcanzar
un objetivo concreto” (p. 1), dado que el fin mantiene el interés de las
personas al permanecer en los campos intersubjetivos.
A nivel interno, los valores se
precisan como sentido, Para Längle (1999), “el sentido existencial reside
en la situación como pregunta, entonces lo llevamos a cabo dando nuestra
respuesta muy personal a las preguntas diarias, de cada hora, de cada minuto,
de la situación. Vivir con sentido significa (…) colocarse en el contexto
mayor, que nos sale al encuentro en cada situación, que sentimos dentro de
nosotros, intuimos, vemos, que nos llama la atención, nos interesa, que nos es
importante” (p. 28). Lo que implica un valor personal o el sentido es que
movilice a la persona y por ende permita que se conecte con algo mayor que
puede llegar a ser el fin en el sistema relacional.
Gestión Pública como campo
intersubjetivo.
Para Forero, Ramirez y Polo (2022), los grupos sociales acuerdan y
establecen reglas formales, normalmente bajo el liderazgo de alguna autoridad,
que se plasman en diferentes formatos escritos como constituciones nacionales,
códigos y manuales que resultan ser guías de los gobiernos o de otros grupos
sociales más pequeños como escuelas, universidades, empresas, conjuntos de
vivienda, entre otros. La información ahí establecida condensa lo que se espera
sea guía del comportamiento de las personas en diversos escenarios. “Estas
reglas formales se hacen bajo el supuesto de que serán cumplidas, pero este
tipo de reglas no están solas” (p. 15).
Dentro de estos grupos sociales
emergen municipios, departamentos y países organizados territorialmente y en
cabeza de servidores de elección por los ciudadanos que consideran que estos
representan sus intereses y por ende el cumplimiento de los acuerdos a favor de
sus derechos y libertades. A partir de lo anterior, la autoridad representada
por alcaldes, gobernadores o presidentes requiere servidores que utilicen los
recursos públicos para ejecutar las normas a favor del cumplimiento por parte
de los ciudadanos (Martínez,
Mayorga & Sanabria, 2007).
Es ahí que hablamos de la administración pública.
La administración pública se
comprende como la disciplina del servicio a la ciudadanía desde los recursos
públicos, buscando la ejecución de las normas y la medición del cumplimiento de
la ciudadanía (Guerrero-Orozco,
2009). A partir de
lo anterior, funciones de planeación, control, evaluación, dirección,
coordinación y ejecución de estructuras, doctrinas, tácticas y acciones
gerenciales, son la base de la gestión pública. Con lo anterior, lo público es
un campo intersubjetivo dado que nace de un acuerdo común, demanda formas de
comportamiento y se orienta a preservar a la sociedad.
Por ende, lo público es un campo
que presenta normas (acuerdos de comportamiento), roles (comportamientos) y
tareas (expectativas de comportamiento). Los roles son patrones recurrentes de
comportamiento que se le asignan nombres, que se complementan con otros roles y
tienen funciones específicas para el cumplimiento de las tareas (Martuccelli y De Singly, 2012).
Dentro de los roles de lo público
se presentan dos necesarios, el servidor público garante de ejecutar acciones
para el cumplimiento de las normas y el ciudadano que debe vivir desde la norma
para lograr el mantenimiento y la convivencia de la sociedad. Las tareas son
orientaciones de valor que nacen de las intenciones de la comunidad y por la
cual se conforman acuerdos y se asumen funciones. Las tareas son de fin común y
requieren de una complementariedad sincrónica entre los roles (Tobón-Montoya,
Mayorga-González & Camargo-Barrero, 2022).
Funcionarios como garantes de una
dinámica relacional.
Para Torres-Melo y Santander (2013), la gestión de lo público es la
base fundamental de la relación estado-ciudadanía que se representa a través de
la figura de los funcionarios. Asimismo, Fukuyama (2014), plantea que parte de los
objetivos de ser funcionario en lo público es de regulación y aplicación de los
acuerdos buscando que sus ciudadanos sean íntegros, que respeten la ley, que
sean educados y patriotas. Frente a lo anterior, Silva-Jaramillo (2017) considera que los funcionarios
deben “acercar el conjunto de comportamientos de un grupo de ciudadanos a lo
que el sistema administrativo-político reúne como comportamientos esperados.
Sea determinado por lo que dicta la Ley u otra herramienta normativa como un
acuerdo municipal” (p. 96). Lo cual, lleva que las estrategias que utilicen los
funcionarios o servidores deben garantizar la atención y participación de las
ciudadanías. Asimismo, el Departamento Nacional de Planeación (2020), considera que la relación entre
los servidores y los ciudadanos, parte del cumplimiento de las competencias
comportamentales comunes conforme a sus funciones y orientadas, así se
consideran que los servidores públicos que se encuentran en el primer nivel de
servicio (contacto directo con los ciudadanos) deben: Conocer claramente los
protocolos de atención para orientar a los ciudadanos, teniendo en cuenta
criterios diferenciales cuando se trata de población vulnerable o de especial
protección constitucional. Contar con el perfil adecuado y el conocimiento
necesario sobre la entidad, en especial sobre sus funciones, estructura
organizacional, portafolio de servicios y sus requisitos, normas que rigen el
funcionamiento de la entidad, los canales de atención, procesos y flujos de
información internos para resolver directamente el mayor número de inquietudes
en este primer nivel de servicio. En este sentido las entidades deben atender
lo dispuesto en el artículo 9o, numeral 7 de la Ley 1437 de 2011 relativo a la
prohibición de:
Asignar la orientación
y atención del ciudadano a personal no capacitado para ello. Eliminar las
barreras actitudinales que por diferentes criterios puedan generar
discriminación respecto de cualquier grupo poblacional.
Frente a los servidores
públicos que se encuentran fuera del primer nivel de atención (no tienen
contacto directo con los ciudadanos): Responder las peticiones de
conformidad con los lineamientos técnicos y jurídicos que rige el quehacer
institucional. Participar en las jornadas de capacitación y sensibilización
sobre la importancia del Servicio al Ciudadano como eje fundamental en la
relación Estado – Ciudadano, la planeación institucional sobre esta política y
los criterios de tiempo, modo y lugar establecidos por la entidad para dar
respuesta a las PQRSD. Los servidores públicos que elaboran respuestas a los
ciudadanos deberán implementar estrategias de Lenguaje Claro, respetando el
rigor técnico y jurídico que exige determinada materia (p. 9 – 10).
Además, frente a lo anterior, esto
implica que los servidores deben lograr una comunicación asertiva y lenguaje
claro, lo cual para Mayorga-González (2019) implica una sincronía dialógica
de emisor receptor, que, sin embargo, no es un ejercicio sencillo, sino
complejo en cuanto a la confirmación que el otro busca y la que el emisor
espera recibir. En términos de lo público “busca que la entidad garantice que
el ciudadano obtenga información completa, clara, precisa y actualizada sobre
las condiciones de tiempo, modo y lugar en que se atenderá́ su requerimiento o
se gestionará su trámite” (Departamento Administrativo de
Planeación, 2020,
p. 11). De igual manera, se considera que la relación entre los servidores
públicos y los ciudadanos debe estar articulada en torno al cumplimiento de los
valores, principios y normas que exige la institución. Asimismo, es fundamental
centrar la gestión en valores que orienten las políticas de gestión y
desempeño, con el objetivo de construir respuestas oportunas y fomentar la
participación ciudadana. Según Silva-Jaramillo (2017) esto quiere decir, que para la
mayoría de las personas el Estado es esa cara que encuentra en el servidor diligencia
(o falta de ella), ese respeto (o su ausencia), con la que dirige sus asuntos y
resuelve los problemas públicos. Así, el servicio público es sagrado en tanto
representación del poder colectivo, encomienda del interés común e importancia
de su ejercicio para resolver problemas públicos. Y, por tanto, ocupar esos
cargos, y querer hacerlo por medio de las mecánicas electorales, exige
responsabilidad, prudencia y compromiso, como pocos espacios laborales más.
Para el desarrollo de esta
investigación se implementó el método cualitativo, haciendo uso de la
fenomenología como tipo de estudio, permitiendo obtener una amplia descripción
de los actores vinculados en el estudio, tal como lo sugieren Siles y Solano (2007) quienes afirman que la
fenomenología “busca descubrir los significados de los fenómenos experimentados
por individuos a través del análisis de sus descripciones, su principal enfoque
se centra en la atención en la experiencia vivida de una persona y obtiene
similitudes y significados compartidos” (p. 5-6.). El enfoque
fenomenológico de la investigación se fundamenta en el estudio de las
experiencias de vida, respecto a un suceso. Según Taylor y Bogdan
(1987), es un paradigma que pretende
explicar la naturaleza de las cosas, la esencia y la veracidad de los
fenómenos. El objetivo que persigue es la comprensión de las experiencias
vividas contadas por medio de relatos, historias y anécdotas.
Con el fin de comprender las
experiencias de las relaciones en torno a la gestión ciudadana entre servidores
y ciudadanos, de la Jagua de Ibirico en el Cesar, se determina como población
todos los habitantes del municipio, que sean mayores de edad y que tengan
relación con la gestión pública sea como servidor o ciudadano. A partir de lo
anterior, como forma de selección de la muestra se aplica el muestreo teórico,
dado que, al precisar la población, estos fueron seleccionados de acuerdo con
condiciones y características específicas, las cuales previamente fueron
pensadas para permitir enriquecer los datos de interés investigativo. Con
lo anterior, se eligieron 32 personas mayores de edad de los cuales 15 han
trabajado en la gestión pública y 17 son ciudadanos, la edad en la que oscilan
son entre 19 a 54 años y presentan fácil acceso para comunicarse con los
investigadores. Por lo tanto, la muestra presentada en esta investigación son
32 participantes, que son una muestra no representativa, pero que permiten responder
a la pregunta de investigación. Para proteger y disminuir los riesgos en esta
investigación, la misma se organizó de acuerdo con el Acuerdo 11 de la Res.
008430 de 1993 del Ministerio de Salud en el Artículo 8, esta investigación
realizada protegió los datos e informaciones referentes a la identificación e
imagen de los participantes de la investigación, de igual manera se precisa que
desde el articulo 9 esta investigación no representa un riesgo para la vida o
seguridad de los participantes. Asimismo, y conforme al acuerdo 10 el líder y
colaborador del proyecto se comprometió a identificar los tipos de riesgo a los
que pueden estar expuesto los participantes de esta investigación. De
acuerdo con el Acuerdo 11, literal A esta investigación no presenta riesgo dado
que son estudios que emplean técnicas y métodos de investigación
documental retrospectivos y aquellos en los que no se realiza ninguna
intervención o modificación intencionada de las variables biológicas,
fisiológicas, psicológicas o sociales de los individuos que participan en el
estudio, entre los que se consideran: revisión de historias clínicas,
entrevistas, cuestionarios y otros en los que no se le identifique ni se traten
aspectos sensitivos de su conducta (p. 28).
Para Landín Miranda y Sánchez Trejo
(2019), la narrativa se entiende como
una condición ontológica de la vida social y, a la vez, un método o forma de
conocimiento. Investigar con relatos de las personas contribuye a comprender
diferentes situaciones a través de palabras escritas o habladas. De acuerdo con
lo anterior la investigación narrativa amplía las formas de investigación
cualitativa, porque permite que las personas se expresen de diferentes maneras,
relatando sucesos importantes para llevar a cabo una posible solución del
problema de investigación. Asimismo, Landín Miranda y Sánchez Trejo (2019) sugieren que la narrativa se
incluye dentro del enfoque cualitativo ya que su objetivo principal es dar voz
a los sujetos para que expresen sus propias vivencias. Se caracteriza
principalmente por la colaboración entre el investigador y los sujetos investigados.
De acuerdo con lo anterior, la investigación narrativa tiene muy en cuenta los
relatos de los sujetos investigados y estos son la parte fundamental para
obtener los posibles resultados del problema planteado.
Efectuado el análisis de los
discursos, se configuran 4 categorías emergentes presentadas en la tabla N° 1
que reflejan las condiciones que enfrentan ciudadanos y funcionarios que
participaron del estudio.
Tabla 1. Categorías Emergentes.
Categorías Emergentes |
|
Autor: Elaboración propia 2022
No saber estar en el servicio. Se presenta como categoría
en torno a la desarticulación de los funcionarios en torno a las normativas
presentes en la institución y en sus cargos es así como en la institución
ubicada en la Jagua de Ibirico los ciudadanos experimentan una falta de
supervisión y seguimiento por parte de las autoridades a los procesos y
servicios prestados en la institución, generando una cultura de desidia y
conformismo en los servidores públicos, afectando directamente la calidad de
atención a los ciudadanos.
En este primer hallazgo
posiblemente la ausencia de control interno con retroalimentación, genera mayor
incremento de emergencia en la relación con el ciudadano, lo cual se refleja en
el inconformismo y la sensación de humillación y violación en la atención, por
lo cual, la falta de un sistema de control interno y de rendición de cuentas en
la institución ha propiciado la aparición de prácticas posiblemente corruptas y
de mala gestión de los recursos públicos, lo que ha generado desconfianza y
descrédito en la comunidad. Frente a lo anterior, los ciudadanos
consideran que falta de capacitación y preparación adecuada de los servidores
públicos para realizar sus funciones, dado que además perciben que la
institución no está comprometida con el bienestar de la comunidad, lo que ha
generado una apatía y desinterés en la participación ciudadana en los procesos
de gestión pública, considerando para ellos la existencia de burocracia
excesiva y lentitud en la resolución de trámites y solicitudes de los ciudadanos.
A partir de la mirada complejo-existencial de la vida, la gestión de lo público
por parte de los funcionarios de la institución investigada requiere la
articulación con la normativa y una interacción constante entre los roles
complementarios, dado que la desarticulación de estos lleva a la percepción por
parte de la ciudadanía de una institución desorganizada, centrada en el
bienestar de cada funcionario, por encima de las funciones adquiridas.
No saber ser en el servicio. Esta es una categoría que agrupó
hallazgos referenciados frente al ser-funcionario, percibido por parte de los
ciudadanos, y ellos sienten que no son atendidos de manera oportuna y eficiente
por los servidores públicos en la institución, lo que genera desconfianza y
frustración en la comunidad.
Los ciudadanos perciben que los
servidores públicos en la institución priorizan sus intereses personales sobre
los intereses de la comunidad, lo que ha generado un ambiente de desconfianza y
descontento, esto posiblemente por falta de una visión estratégica y
planificación en la gestión pública de la institución generando un
desconocimiento de dirección y objetivos claros, afectando negativamente la
relación entre los servidores públicos y la comunidad. Todo lo anterior, se
experiencia como negligencia y falta de atención en la prestación de servicios
públicos esenciales. Así, como desmotivación en la participación ciudadana en
la toma de decisiones y en la gestión de lo público. Por lo cual, el no saber
ser implica la desconexión hacia los fines mismos del servicio y de la gestión,
razón por la cual las voluntades se desorientan en torno a lo valioso de la
gestión de lo público.
No saber interactuar en el
servicio. Hace
referencia a las formas de ausencias en la interacción del funcionario
hacia el ciudadano. Dado que se presentan experiencias en donde se considera
una falta de capacitación y formación en habilidades sociales y de comunicación
por parte de los servidores públicos, lo que dificulta la interacción y relación
con los ciudadanos. Esto posiblemente por la ausencia de una cultura de
servicio y compromiso por parte de los servidores públicos en la institución,
ha afectado la calidad de atención y servicio a los ciudadanos, generando un
ambiente de desconfianza y malestar. Asimismo, se presenta una falta de
coordinación y comunicación entre las diferentes áreas y dependencias de la
institución, lo que dificulta la atención y solución de los problemas y
necesidades de la comunidad. Todo lo anterior genera una disminución de canales
de comunicación efectivos entre los ciudadanos y los servidores públicos. Lo
cual aumenta la discriminación y favoritismo en la atención a los ciudadanos
por parte de los servidores públicos, llegando a la percepción de maltrato y falta
de respeto por parte de los servidores públicos hacia los ciudadanos. Esto se
representa en una confirmación discordante de humillación y exclusión, que
aumenta el conflicto entre ciudadanos y funcionarios, posiblemente por la
pérdida del espacio seguro de estas interacciones.
No saber orientarse en el servicio. Todo espacio seguro lleva a unos
fines o tareas que permitirán mantener el mismo espacio, cuando estos se
desconocen o se pierden genera la pérdida de valor de lo público y por ende el
aumento de acciones desorganizadas, desconectadas, conflictivas y orientadas a
la frustración y entropía del proceso. Es así como para los ciudadanos existe
una falta de transparencia y acceso a la información por parte de los
servidores públicos en la institución, lo que dificulta la participación
ciudadana en los procesos de toma de decisiones y gestión pública.
Además, esta falta de transparencia
afecta la toma de decisiones por parte de los servidores públicos. Asimismo,
emerge la corrupción y nepotismo en la asignación de puestos públicos y en la
administración de recursos públicos, y el incumplimiento de promesas y
compromisos por parte de los servidores públicos.
La gestión ciudadana centrada en
valores, parte del reconocimiento de la interacción de los ciudadanos con los
funcionarios en un espacio en el cual se respetan los acuerdos, se asumen
funciones y se orientan las interacciones a fines valiosos, importantes y
prioritarios. Ante esta premisa en la Jagua de Ibirico se denota la ausencia de
orientación hacia fines de lo publico en esta interacción, disminuyendo la
regulación entre ciudadano y funcionario para el cumplimiento de las funciones.
Lo anterior, presenta entonces un no saber estar, ser, interactuar y orientar,
como experiencias hacia los funcionarios, percibidas por los ciudadanos y
reflejada en el descontento, la desorganización, desconexión, conflicto y
frustración de lo público. Por lo cual, se vuelve de suma importancia recobrar
el espacio seguro y de apertura a valores, desde el reconocimiento de la
función pública, sus normativas, ejecución y cumplimiento, para ello se vuelve
importante fortalecer los fines de la institución, como garante de acción en
pro del mantenimiento de la sociedad y el mejoramiento de la dignidad y calidad
humana de los habitantes.
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[1] Doctor en Pensamiento Complejo, con Maestria en Intervención Social, Psicólogo con formación en
Logoterapia y Analisis Existencial. Profesor Titular Escuela
Superior de Administración Pública, Colombia. Correo: Jose.mayorga@esap.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0326-4824