Estimada Editora:

Debido a la catástrofe mundial que vive el mundo con la presencia del COVID-19, que cambia a la par el sistema de salud y desafía a las personas a un confinamiento obligatorio, con una limitada atención de los servicios de salud, sumado al colapso de los centros de salud durante la pandemia, ha dificultado el seguimiento de las condiciones de salud crónicas como la diabetes, impidiendo un seguimiento o tratamiento adecuado¹.

La diabetes es un padecimiento metabólico, tipo crónico y es representada por valores elevados de glucosa en la sangre, que con el tiempo puede llegar a provocar deterioro a nivel del corazón, de los vasos sanguíneos, llegando a provocar ceguera, lesiones en los riñones y los nervios. Se estima que 62 millones de los habitantes en las Américas viven con diabetes mellitus tipo 2².

Si una persona con este diagnóstico no se adhiere al tratamiento riguroso y rutinario que exige esta enfermedad, como: exámenes de laboratorio, planes de actividad física y alimentación adecuada, se presentan muchas complicaciones. Pero existe una gran oportunidad tecnológica para llegar a más pacientes a través de consultas médicas, de enfermería y de otras especialidades, permitiendo brindar consejería y educación terapéutica a través de las herramientas digitales en tiempo real. En salud, estas fuentes se utilizan eligiendo una terminología orientada al campo de la ciencia, como es el caso de la telesalud, la telemedicina y la teleenfermería. Estos sistemas de salud proporcionan un canal de comunicación entre la persona, la enfermera, el médico y otros profesionales, a través de mensajes de texto, teléfono o videomensajes, usando registros médicos electrónicos y datos de monitoreo remoto³.

Ante esta situación surgen las siguientes preguntas claves: ¿Qué necesitamos para desarrollar una estrategia de telemedicina? ¿Estamos realmente preparados para desarrollar la teleenfermería en el Perú? ¿La atención de teleenfermería está formalizada en el sistema de salud peruano? ¿Cuántos hospitales o establecimientos de salud tienen implementado el sistema de citas oficiales para teleenfermería?

Hasta el momento han pasado 2 años desde la pandemia del COVID-19, tiempo suficiente que han tenido las autoridades de diversas instituciones sanitarias para proponer y formalizar totalmente a los profesionales de la salud en la teleenfermería. En esta reflexión, me hago la gran pregunta: ¿de quién depende la formalización de la enfermería en el monitoreo y seguimiento de personas que conviven con diabetes a nivel del sistema de salud peruano?, porque existen muchos estudios que muestran resultados positivos en la prevención, promoción y recuperación de la salud.

Gracias a la educación personalizada y adecuada sobre el tratamiento oportuno de las personas que están afectadas de diabetes, las/los enfermeras/os pueden actuar en tiempo real para que los sujetos adopten un estilo de vida saludable y así evitar muchas complicaciones de esta enfermedad o reducir las hospitalizaciones. Se sabe, por ejemplo, que el valor de la Hemoglobina glicosilada (HbA1c) elevada es un predictor de mortalidad hospitalaria por COVID-19, por tanto, los grupos de alto riesgo de COVID-19 con HbA1c elevada deben seguir los consejos del médico, monitorear de cerca y controlar la hiperglucemia. Para el equipo de salud, la HbA1c puede representar una herramienta clínica para la evaluación temprana del riesgo de COVID-19, que es importante para la terapia dirigida y merece especial atención⁴.

Por lo anterior, especialmente en el contexto de la pandemia actual, es recomendable que las personas mayores con diabetes deben tener un medidor de glucemia capilar en casa y aprender a usarlo⁵, porque es más fácil para las/los enfermeras/os conocer los resultados en tiempo real para reorientar y educar a los pacientes sobre la dieta, la medicación oral o de insulina y su estilo de actividad física. Como antecedente, la literatura señala que los pacientes que participan de un programa educativo mejoran su peso corporal, el tiempo para realizar actividad física, su alfabetización en diabetes y se reducen las urgencias hospitalarias por diabetes mellitus, en comparación con los que no participan⁶.

Por este argumento sanitario, es muy relevante y necesario formalizar la teleenfermería en todo el sistema de salud peruano y crear una red de tecnología que pueda asesorar en el tratamiento de la diabetes, enseñando a los pacientes a tener una vida ordenada y saludable, responder sus preguntas, minimizar sus miedos e identificar complicaciones. Para estos pacientes, la teleenfermería permite registrar sus controles de laboratorio y del equipo multidisciplinario de salud, con el único objetivo de reducir la glucemia en ayunas y posprandial, vigilar su tratamiento farmacológico e insulínico, con especial atención en la correcta administración y uso de la dosis de insulina, teniendo en cuenta reconocer síntomas de hipoglucemia y qué recursos usar inmediatamente en este caso. También permite evaluar las características de su orina y educar en el cuidado diario de sus pies, higiene e hidratación, manicura y las características apropiadas del calzado y calcetines.

Es fundamental resaltar que la teleenfermería constituye una herramienta tecnológica efectiva para controlar el peso de la persona y los resultados mejoran cuando se efectúan llamadas al menos una vez a la semana⁷.

En conclusión, la teleenfermería constituye un gran desafío para el sistema de salud peruano, lo que implica dotar a los profesionales de enfermería de todas las herramientas tecnológicas para formalizar a nivel nacional este sistema; sin duda las/los enfermeras/os son reconocidamente los profesionales expertos, con capacidad docente e investigativa, para reforzar los conocimientos, responder dudas y potenciar habilidades para el control en las personas con diabetes; porque una persona que conoce más sobre su enfermedad, "la diabetes", vivirá más tiempo.