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Ciencia y enfermería
versión On-line ISSN 0717-9553
Cienc. enferm. v.16 n.3 Concepción dic. 2010
http://dx.doi.org/10.4067/S0717-95532010000300001
CIENCIA Y ENFERMERÍA XVI (3): 7-8, 2010
EDITORIAL
GÉNERO E INVESTIGACIÓN EN SALUD
Prof. María Teresa Aedo
Directora Programa Multidisciplinario de Estudios de Género (PROMEG).
Universidad de Concepción. Concepción. Chile
En tanto construcción social de la diferencia sexual, los conceptos de género se expresan en una distinta asignación de roles y responsabilidades para mujeres y varones, a la vez que determina su acceso y control diferenciado a los recursos materiales, culturales y simbólicos en las distintas sociedades. Nuestras sociedades se caracterizan por –y se sostienen en– una innegable asimetría de los géneros y en una subordinación histórica de las mujeres y lo femenino producto de procesos de socialización diferenciados. La perspectiva de género provee las herramientas teóricas, conceptuales y metodológicas para un análisis de la realidad social que permite observar la manera en que se estructuran los dualismos y jerarquías de género, y cómo estas construcciones y conceptualizaciones de género inciden en nuestras formas de pensamiento, nuestros métodos de conocimiento y el lenguaje con que nombramos y significamos la realidad.
La incorporación del enfoque de género en las políticas de salud ha logrado asentar el concepto de equidad de género en sus diversas dimensiones e inscribir el género como una determinante social de salud, de importancia fundamental en la configuración diferenciada de los perfiles de salud y enfermedad de varones y mujeres. Como es sabido, junto con las diferencias biológicas y los componentes socioeconómicos y ambientales, el género determina factores de riesgo y condiciones de salud en mujeres y varones, la frecuencia con que utilizan los servicios de salud, la manera en que son atendidos, las relaciones que se establecen con el personal médico, la adherencia a los tratamientos, el consumo de medicamentos y las prácticas de autocuidado.
La investigación médica en salud enfrenta importantes desafíos relacionados con la superación de los sesgos de género que han caracterizado hasta ahora esta actividad. Contrariamente a la idea de que la perspectiva de género reduce o condiciona la mirada sobre los problemas de salud, ésta contribuye a ampliarla y a abordar las tareas de investigación de manera integral y objetiva. La superación decidida del modelo biomédico, la incorporación de nuevos paradigmas teóricos y metodologías de investigación –no sólo cuantitativas sino también cualitativas–, así como la investigación interdisciplinaria, permiten identificar otros temas relevantes y replantear las preguntas de investigación atinentes a los factores de riesgo, la expresión de la enfermedad, los tratamientos y pronósticos, profundizando en su explicación y análisis.
La incorporación de la perspectiva de género en la investigación en salud contribuye, en suma, a hacerse cargo de la complejidad de los procesos que intervienen en la generación, mantención o acentuación de las diferencias en la salud de varones y mujeres en nuestras sociedades y resulta imprescindible para lograr disminuir las inequidades que aún los afectan.