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Ciencia y enfermería

versión On-line ISSN 0717-9553

Cienc. enferm. vol.19 no.1 Concepción  2013

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-95532013000100005 

CIENCIA Y ENFERMERÍA XIX (1): 49-59, 2013

 

ARTÍCULOS

 

PERFIL DE DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA EN UN HOSPITAL BRASILEÑO ESPECIALIZADO EN CUIDADOS PALIATIVOS ONCOLÓGICOS*

PROFILE OF NURSING DIAGNOSES IN A BRAZILIAN HOSPITAL SPECIALIZING IN PALLIATIVE CARE IN CANCER

 

Marcelle Miranda Da Silva*
Lidiane Orineu Esteves**
Marléa Chagas Moreira***
Jaciane Alexandre Da Silva****
Sabrina Da Costa Machado*****
Juliana Faria Campos******

* Enfermera. Docente, EEAN/UFRJ, Departamento de Metodología de la Enfermería, RJ, Brasil. mmarcelle@ig.com.br
** Académica de Enfermería, Escuela de Enfermería Anna Nery (EEAN), Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), RJ, Brasil. lidianeoesteves@gmail.com

*** Enfermera. Docente, EEAN/UFRJ, Departamento de Metodología de la Enfermería, RJ, Brasil. marleachagas@gmail.com
**** Académica de Enfermería, EEAN/UFRJ, RJ, Brasil. jacianealexandre@gmail.com

***** Enfermera. Docente, EEAN/UFRJ, Departamento de Metodología de la Enfermería, RJ, Brasil. inamachado@globo.com
****** Enfermera. Docente, EEAN/UFRJ, Departamento de Fundamentos del Cuidado de Enfermería, RJ, Brasil. jujufariacampos@yahoo.com.br


RESUMEN

La finalidad de este estudio fue trazar el perfil de diagnósticos de enfermería en el contexto de la hospitalización en cuidados paliativos oncológicos y las respectivas intervenciones de enfermería. Estudio transversal, retrospectivo, cuantitativo, llevado a cabo en hospital público especializado en cuidados paliativos, en Río de Janeiro, Brasil. La muestra abarcó 280 registros de personas hospitalizadas entre julio y diciembre de 2010. Se evidenció la prevalencia de individuos con déficit de autocuidados, movilidad física afectada, riesgo para e integridad de la piel perjudicada, riesgo de infección, nutrición desequilibrada, fatiga, mucosa oral perjudicada y dolor. En general, el conocimiento del perfil de los diagnósticos de enfermería contribuye con el retrato de la realidad, a partir de la identificación de los principales problemas que presentan los pacientes y sus familiares. Este perfil coloca en evidencia los recursos necesarios para la atención de una enfermería adecuada, siendo esencial para la organización, planificación y para el establecimiento de prioridades por parte del enfermero.

Palabras clave: Enfermería, cuidados paliativos, diagnóstico de Enfermería.


ABSTRACT

This study aimed to outline the nursing diagnosis profile during hospitalization in cancer palliative care and related nursing interventions. A cross-sectional, retrospective and quantitative approach, was performed in a palliative care specialized hospital, at Rio de Janeiro, Brazil. Records of 280 patients hospitalized between July and December 2010 comprised the sample. The prevalence of patients with high degree of dependence, impaired physical mobility, risk for and impaired skin integrity, risk for infection, imbalanced nutrition, fatigue, impaired oral mucous membrane and pain, was revealed. In general, knowledge of the profile of nursing diagnosis contributes to document the reality, based on a survey of the main problems presented by patients and their families. This profile shows the resources needed for adequate nursing care and is essential to the organization, planning and priority setting by nurses.

Key words: Nursing, palliative care, Nursing diagnosis.


 

INTRODUCCIÓN

Los individuos acometidos por cáncer pueden mostrar fragilidades y limitaciones específicas de tipo físico, psicosocial, emocional y espiritual, especialmente en la fase avanzada de la enfermedad. En esta fase, marcada por frustraciones y dolores, surge la necesidad de cuidados especiales, de manera a aceptar la complejidad del ser humano, y también la promoción del confort como objetivos principales de la atención (1).

Este cuidar peculiar caracteriza al cuidado paliativo, definido como un conjunto de acciones que posibilita la aproximación integral al individuo acometido por la enfermedad incurable y a sus familiares, mediante el trabajo interdisciplinar, combinando el cuidado clínico para el control de síntomas y la valorización del ser. Así, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una aproximación que mejora la calidad de vida de las personas que enfrentan el problema asociado a enfermedades con riesgo de muerte, mediante la prevención y el alivio del sufrimiento, identificando precozmente, evaluando y tratando el dolor y otros problemas físicos, psicosociales, emocionales y espirituales (2).

Esas acciones pueden ser llevadas a cabo en el ambiente hospitalario o domiciliar, de acuerdo con la condición clínica de la persona. Sin embargo, la principal modalidad de atención es la domiciliaria, siendo un ambiente propicio para la manutención de la autonomía y la dignidad del individuo.

Basada en esta premisa, la hospitalización es indicada ante síntomas refractarios y desalentadores, incapaces de ser efectivamente controlados o minimizados en el domicilio, y que pueden caracterizar la proximidad de la muerte.

En el contexto de la hospitalización, la realidad aparece como compleja ante las imprevisibilidades e incertidumbres relacionadas con la vida y la muerte, con el sufrimiento y el dolor, y con los cambios bruscos en los cuadros clínicos de las personas, necesitando de reevaluaciones de enfermería constantes. Así, la práctica de enfermería sistematizada, sustentada por referencias dinámicas y fexibles, puede contribuir para el reconocimiento y la atención de la persona hospitalizada y de la familia (3, 4).

En el contexto de la sistematización de la atención de enfermería (SAE), reglamentada en Brasil por la Resolución No 358/2009 del Consejo Federal de Enfermería, las etapas del proceso de enfermería contribuyen al cuidado personalizado y contextualizado, y consecuentemente a su calidad (5). Así, valoriza la individualidad de las respuestas de las personas a la condición vivida, marcada por la proximidad de la muerte.

El proceso de enfermería se compone de etapas metodológicas que abarcan: histórico de enfermería, diagnóstico de enfermería, planificación, implementación y evaluación (5). Se trata de una práctica deliberada y sistemática del enfermero, para ser implantada en todos los contextos de atención a la salud de las personas, y que requiere planificaciones adecuadas, incluyendo por ejemplo recursos humanos, materiales, fundamentación teórica y método científico.

Las necesidades de la persona hospitalizada y de la familia son interpretadas en el área de conocimiento de la enfermería, utilizándose lenguaje propio, mediante el diagnóstico de enfermería. Así, la definición del diagnóstico de enfermería abarca: proceso de interpretación y agrupamiento de los datos recolectados, que generan subsidios para la toma de decisiones sobre los conceptos diagnósticos de enfermería que representan las respuestas de la persona, familia o colectividad humana en un momento dado del proceso salud y enfermedad. Esta etapa es la base de las demás, y la evaluación permea el desarrollo de todo el proceso, siempre buscando adaptar las formas de intervención de enfermería para alcanzar los resultados esperados (5).

Para estandarizar los diagnósticos de enfermería se puede utilizar las taxonomías, como por ejemplo aquélla establecida por la clasificación de la Asociación Norte Americana de Diagnósticos de Enfermería (NAN-DA), creada en 1982 a partir de investigaciones de la práctica basada en evidencias (6).

En este estudio, la finalidad fue trazar el perfil de diagnósticos de enfermería, en el contexto de la hospitalización en cuidados paliativos oncológicos, basado en la taxonomía II de la NANDA Internacional 2012 – 2014, y las respectivas intervenciones de enfermería prescritas por el enfermero para implementación por el equipo de enfermería.

Los estudios que trazan el perfil de diagnósticos de enfermería han contribuido con la SAE, especialmente para la identificación de los principales problemas que los pacientes y familiares pueden presentar en los diversos contextos de atención a la salud. Así, este retrato de la realidad contribuye con la SAE en sus diferentes niveles, o sea, estratégico, táctico y operacional, de manera de evidenciar los recursos necesarios para orientar la atención de enfermería (7-9). Por lo tanto, lo que justifica este estudio es la posibilidad de generar esos beneficios para el área de actuación del cuidado paliativo oncológico.

Otra justificación es la identificación de que faltan artículos científicos que traten de esta temática en el contexto del cuidado paliativo oncológico. Esa afrmación se basa en la revisión de la literatura efectuada en la Biblioteca Virtual en Salud en el período entre 2008 y 2012, con uso del descriptor de tema "Diagnóstico de Enfermería". En esta revisión, solamente un artículo en español fue identificado (10). Así, este estudio puede contribuir a mejorar la calidad de la atención prestada y orientar nuevas investigaciones, destacando el compromiso social ante la representatividad epidemiológica del cáncer.

MATERIAL Y MÉTODO

Se trata de un estudio transversal y retrospectivo, basado en la consulta de datos existentes en registros de pacientes, con aproximación cuantitativa. Fue llevado a cabo en un hospital público federal especializado en cuidados paliativos oncológicos, localizado en el municipio de Río de Janeiro, Brasil.

El escenario de la investigación ofrece diferentes modalidades de atención, tales como hospitalización, atención domiciliaria y atención ambulatoria. Para hospitalización están disponibles 56 camas, distribuidas en cuatro enfermerías.

En esta institución, el proceso de enfermería abarca los diagnósticos de enfermería según la taxonomía II de la NANDA Internacional, y las intervenciones de enfermería prescritas no siguen una clasificación estandarizada.

El hospital cuenta con un instrumento para recolectar los datos (histórico de enfermería) que el enfermero llena en el momento de la admisión de la persona en el sector de hospitalización. A partir de la entrevista con la persona y/o su familiar, del examen físico, de la evaluación de los exámenes de laboratorio, de los registros en las fichas, de la comunicación con el equipo de salud, y basado en el raciocinio clínico y en la atención a los aspectos psicosociales, los diagnósticos de enfermería son anotados de acuerdo con las respuestas humanas, considerándose los factores relacionados.

En adición a ello se dispone de un instrumento para formalizar el plan diario de cuidados de enfermería (planificación), el que es completado diariamente por el enfermero, en cada evaluación, considerando la posibilidad de cambios en el cuadro clínico del paciente. Debe incluir acciones a ser desarrolladas por los propios enfermeros, cuando son de mayor complejidad, u otras a ser delegadas a los técnicos de enfermería, cuando son de baja complejidad.

Para fines de cálculo de la muestra fue utilizado un muestreo probabilístico simple, con nivel de confanza de 95% y error de muestreo de 5%. Así, la muestra abarcó 280 registros de personas hospitalizadas entre julio y diciembre de 2010, a partir de un universo de 1.057 registros.

Para consultar en el archivo, los números de los registros fueron obtenidos de las fichas de enfermería en el Libro de Órdenes y Ocurrencias de cada enfermería. Estas indican la fecha de hospitalización de cada paciente y el resultado del caso, sea mediante el alta hospitalaria o la muerte, lo que orientó la búsqueda de registros de pacientes que estuvieron hospitalizados en el intervalo de tiempo determinado para esta investigación, o sea, de julio a diciembre de 2010.

Los investigadores consultaron los datos en el período entre enero y abril de 2011. La recolección fue dirigida por un instrumento con las variables de interés: diagnósticos de enfermería y sus factores relacionados, además de intervenciones prescritas por la enfermería.

Los datos fueron analizados mediante la estadística descriptiva simple a través de frecuencia absoluta y relativa, y organizados en tablas. La base del análisis fue la verificación de la ocurrencia de los diagnósticos de enfermería, factores relacionados e intervenciones de enfermería prescritas.

Los resultados fueron discutidos a la luz de la revisión de literatura, y también en consonancia con las reflexiones y críticas de las autoras.

El proyecto de investigación recibió la aprobación del Comité de Ética en Investigación del Instituto Nacional do Câncer (INCA) en julio de 2010, con el parecer número 45/2010.

RESULTADOS

Los registros de los diagnósticos de enfermería fueron identificados en 96,5% de las fichas. Entre los principales diagnósticos de enfermería, se destacaron aquellos relacionados con el déficit de autocuidados, la movilidad física afectada, el riesgo de integridad de la piel perjudicada, la integridad de la piel perjudicada, el riesgo de infección, la nutrición desequilibrada (inferior a las necesidades corporales), la fatiga, la mucosa oral perjudicada y el dolor. Se puede observar esos datos en la Tabla 1.

Respecto a los factores relacionados, fueron presentados los componentes de los principales diagnósticos de enfermería iden-tificados en los registros, conforme se puede observar en la Tabla 2.

En el contexto de las intervenciones de enfermería, se destaca que la mayoría de las acciones es realmente practicada por los técnicos de enfermería, con la debida supervisión de los enfermeros. Así, el plan de cuidados es una importante forma de comunicación entre los miembros del equipo para realizar y registrar adecuadamente los cuidados de enfermería. Con el plan de cuidados se formaliza el proceso de delegación, y los técnicos de enfermería verifican debidamente todas las acciones efectuadas, de acuerdo con la frecuencia y horarios determinados por el enfermero, que varían con la necesidad de cada caso.

Tabla 1. Diagnósticos de Enfermería identificados en los archivos de los usuarios hospitalizados
en un hospital especializado en la atención paliativa oncológica. Río de Janeiro, 2010 (n=280).

Tabla 2. Frecuencias de los factores relacionados de los principales Diagnósticos de Enfermería. Río de Janeiro, 2010 (n=280).

En todos los planes diarios de cuidado fueron identificados los siguientes cuidados de enfermería: mantener la cabecera de la cama elevada a 45º, mantener las rejas de la cama elevadas, observar señales de hiperemia o lesiones de piel, observar señales de hiperemia en el sitio de la punción, efectuar hidratación de la piel, efectuar higiene oral, registrar diuresis, episodios de náuseas y vómitos, episodios y aspectos de las evacuaciones, señales vitales y nivel de conciencia y orientación, además de las quejas o facies de dolor. Los demás cuidados de enfermería destacados en los planes diarios de cuidados revelaron frecuencias variadas, de acuerdo con cada caso, y se pueden observar en la Tabla 3.

A partir del plan de cuidados, fue posible identificar el grado de dependencia de la mayoría de las personas hospitalizadas, ejempli-ficado a partir de la necesidad de cambio de decúbito pasivo y baño en la cama.

Tabla 3. Cuidados de enfermería identificados en los archivos de los usuarios hospitalizados
en un hospital especializado en la atención paliativa oncológica. Río de Janeiro, 2010 (n=280).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN

El diagnóstico de enfermería más frecuente, relacionado con el déficit de autocuidados, hace parte del dominio 4 – actividad/reposo, clase 5 – autocuidado, y comprende: déficit de autocuidados para alimentación; déficit de autocuidados para baño; déficit de au-tocuidados para higiene íntima; y déficit de autocuidados para vestirse. En general, la definición de este diagnóstico de enfermería está basada en la capacidad perjudicada de desempeñar o completar cada una de esas actividades (6).

En los cuidados paliativos oncológicos, especialmente en la hospitalización, la prevalencia de este diagnóstico, en 84,6% de los casos, reserva un pronóstico bastante sombrío, ya que la mayoría es del tipo permanente.

En el contexto de la SAE, es a partir del perfil clínico de las personas hospitalizadas y de la misma demanda de cuidado que el enfermero irá a planificar y organizar la atención, incluyendo las acciones que serán delegadas a los técnicos de enfermería, expli-citadas en el plan de cuidado diario.

Ante las premisas de los cuidados paliativos oncológicos, con base en la definición de la OMS, el esfuerzo de la enfermería para que el individuo sea capaz de autocuidados está de acuerdo con los principios de la bioética, especialmente de autonomía, participando del proceso de cuidado, y también de la toma de decisiones respecto a su propia vida y muerte (11). Así, ante un pronóstico sombrío y una sobrevida relativamente corta, la finalidad de proporcionar condiciones y medidas adaptativas capaces de facilitar el autocuidado es promover la calidad de vida de la persona y de su familia.

Las acciones del enfermero que objetivan el desarrollo de aptitudes para la realización del autocuidado son dirigidas por la educación, mediante orientación proporcionada a la propia persona. Esas acciones pueden ser consideradas como parte del sistema de cuidado de apoyo a la educación, de acuerdo con la fundamentación teórica de enfermería de Dorothea Orem, en su Teoría del Déficit del Autocuidado (12).

Sin embargo, en la hospitalización, los principales verbos que subsidian las acciones trazadas en los planes de cuidado diarios refejan la incapacidad de la persona para realizar el autocuidado, compatible con la fase de la enfermedad vivida. Se destaca en los planes el verbo efectuar, en consonancia con sistemas de cuidado parcialmente compensatorio o totalmente compensatorio, de acuerdo con el referencial teórico tratado (12). En estos, el equipo de enfermería es el responsable por el cuidado, administrado por el enfermero, en el contexto del trabajo en equipo y del desarrollo de colaboraciones.

Además del diagnóstico del déficit de au-tocuidados, otros se destacaron en la muestra investigada, y pueden estar relacionados, como por ejemplo: movilidad física afectada, dominio 4 – actividad/reposo, clase 2 – actividad/ejercicio; riesgo de integridad de la piel perjudicada, integridad de la piel perjudicada, y riesgo de caídas, ambos en el dominio 11 – seguridad/protección, clase 2 – lesión física; y riesgo de infección, dominio 11 – seguridad/protección, clase 1 – infección (6).

De acuerdo con las intervenciones destacadas, la mayoría de las personas estaban encamadas, ante la prevalencia en el 83,5% de los planes de cuidado de la acción relacionada al cambio de decúbito. Esta condición implica riesgo para el desarrollo de úlceras por presión, infecciones pulmonares, eventos tromboembólicos y caídas, que pueden ser administrados a partir de los indicadores de calidad. En el contexto investigado, existen indicadores para úlcera por presión y caída, que son registrados por el enfermero.

El desarrollo de úlceras por presión es común en personas hospitalizadas y encamadas. Sin embargo, se puede prevenir a partir de cuidados de enfermería, tales como aquellos destacados en los planos de cuidado, o sea: observar señales de hiperemia o lesiones de piel; efectuar hidratación de la piel, generalmente con ácidos grasos esenciales; y cambiar el decúbito en intervalos regulares, cada dos horas. Esas acciones son efectuadas, en el contexto investigado, esencialmente por técnicos de enfermería.

Se destaca que los pacientes acometidos por cáncer revelan alto riesgo de desarrollar lesiones, especialmente aquéllas causadas por la propia evolución de la enfermedad (13, 14).

Sin embargo, vale resaltar que diversos factores relacionados pueden aumentar el riesgo de desarrollo de úlceras por presión, y el destaque de los cuidados paliativos oncológicos se refere a la caquexia, relacionada con los diagnósticos de enfermería: nutrición desequilibrada (inferior a las necesidades corporales) y deglución perjudicada, dominio 2 – nutrición, clase 1 – ingestión; náusea, dominio 12 – confort, clase 1 – confort físico; mucosa oral perjudicada, dominio 11 – seguridad/protección, clase 2 – lesión física; y fatiga, dominio 4 – actividad/reposo, clase 3 – equilibrio de energía (6). Así, se juntan dos situaciones conocidas como Síndrome de la Anorexia-Caquexia (SAC).

La fatiga también es uno de los principales síntomas encontrados en los cuidados paliativos oncológicos, pero muchas veces la persona no la expresa, o el equipo de salud le da poco valor en su manejo y control. Sin embargo, se trata de un síntoma capaz de interferir gravemente en la calidad de vida de la persona, y también en sus relaciones interpersonales y en su estado de humor y de esperanza (15). En ese sentido, algunos otros diagnósticos de enfermería pueden estar relacionados con la fatiga, como por ejemplo: tristeza crónica y ansiedad, ambos dominio 9 – enfrentamiento/tolerancia al estrés, clase 2 – reacciones de enfrentamiento; y alteración del estándar del sueño, dominio 4 – actividad/reposo, clase 1 – sueño/reposo (6-16).

Es competencia del enfermero infuenciar el ambiente físico de manera positiva, para evitar que el paciente sufra estrés físico y psicológico (17). Un ambiente inadecuado podrá interferir directamente en los diagnósticos de enfermería, identificándose, por ejemplo: confusión aguda, dominio 5 – percepción/cognición, clase 4 – cognición; dolor crónico, dominio 12 – confort, clase 1 – confort físico; e intercambio gaseoso perjudicado, dominio 3 – eliminación e intercambio, clase 4 – función respiratoria (6).

El dolor es un síntoma frecuentemente percibido y sentido por las personas con cáncer. Independiente de su carácter agudo o crónico, los pacientes pueden presentar importantes complicaciones como depresión, ansiedad, aislamiento social, disturbios del sueño, agitación, agresividad, comprometimiento de la función cognitiva, incapacidad funcional y disminución de la calidad de vida, llevando a la dependencia en actividades de la vida diaria y a mayores gastos en servicios de salud (18, 19).

El dolor, en la institución investigada, fue verificado durante cada evaluación de las señales vitales, variando en intervalos según la necesidad, a partir de la aplicación de la Escala Visual Analógica (EVA). Esta acción estaba presente en todos los planes de cuidado diarios, mediante el registro de las quejas o facies de dolor, mediante comunicación verbal perjudicada o nivel de conciencia disminuido.

El control del dolor, especialmente con opioides, puede contribuir al inicio o empeoramiento de un cuadro de constipación, que corresponde a un diagnóstico de enfermería presente en el 36% de los casos. Además de los opioides, las medicaciones coadyuvantes para el control del dolor también pueden contribuir con la constipación, además de la movilidad física afectada y del propio comprometimiento por la enfermedad (20). El enfermero puede contribuir para amenizar ese síntoma, valorando la queja de la persona y registrándola adecuadamente, ofreciendo líquido, siempre que posible, orientando una dieta adecuada, rica en fibras y solicitando la evaluación del nutricionista.

Los diagnósticos de enfermería destacados señalan la realidad en los cuidados paliativos oncológicos, caracterizando un perfil de usuarios, la mayoría con condiciones clínicas debilitadas, con posibilidad de muerte. Entonces, los datos contribuyen con la SAE. Con estas informaciones, el enfermero es capaz de efectuar actividades administrativas, prever y proveer los materiales necesarios, organizar su propio tiempo y establecer las prioridades.

Así, el grado de dependencia de la persona hospitalizada está relacionado con el grado de complejidad, que incluye aspectos físicos y psicosociales. Estos parámetros son esenciales para el cálculo del número adecuado de profesionales de enfermería, a fin de prevenir el déficit de recursos humanos, y garantizar mejor un cuidado de enfermería de calidad (21, 22).

La identificación de los principales diagnósticos de enfermería en el contexto de la hospitalización en los cuidados paliativos oncológicos puede contribuir con el retrato de la realidad, a partir de la identificación de los principales problemas que presentan los pacientes y sus familiares. Este perfil coloca en evidencia los recursos necesarios para la atención de una enfermería adecuada, siendo esencial para la organización, planificación y para el establecimiento de prioridades por parte del enfermero.

En consonancia con los diagnósticos de enfermería, que representan las respuestas de la persona y de la familia a la situación vivida, los enfermeros construyen el plan de cuidados diario con las principales intervenciones de enfermería. Estas, cuando son de baja complejidad, cuentan con la participación activa de los técnicos de enfermería, evidenciando la importancia del trabajo en equipo.

A partir de este perfil y de las principales intervenciones de enfermería, se evidenció la prevalencia de individuos con déficit importante de autocuidados, parcialmente o totalmente dependientes del cuidado de enfermería, lo que lleva a la discusión sobre la cantidad de recursos humanos adecuada a la calidad de la atención de enfermería prestada, y a las necesidades de nuevas discusiones para fomentar este nuevo paradigma del cuidado.

 

REFERENCIAS

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Fecha recepción: 18/06/11 Fecha aceptación: 15/01/13

* Apoyo Financiero: Pro-Rectoría de Postgrado e Investigación de la Universidade Federal do Rio de Janeiro (PR-2). Institución en la cual se ha llevado a cabo la investigación: Instituto Nacional do Câncer – Brasil. Institución a lo que debe darse crédito por la ejecución del trabajo: EEAN/UFRJ – Brasil.

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