INTRODUCCIÓN
El mundo universitario demanda la reorganización de enseñanzas en función del aprendizaje centrado en el estudiante, educación basada en competencias, introducción de nuevas metodologías activas y modelos que evalúen conocimientos, destrezas y habilidades, con el propósito de lograr en forma eficaz y duradera los objetivos formativos y competencias disciplinares1.
Referirse a campos de acción profesional implica comprender el concepto de competencia, referido a las habilidades y destrezas que demuestran tácita mente lo que un individuo es capaz de hacer en forma competente y responsable, concordante con el grado de preparación logrado, indispensables para la ejecución de labores propias de una determinada profesión2.
A partir de este concepto se logran perfiles que definen el rango de acción y escenario de desempeño profesional. Sobre ello el Proyecto Tuning definió, desde el paradigma educativo, los diversos tipos de competencias disciplinares, relativas al saber, ser y hacer, divididas en dos perfiles: competencias genéricas, definidas como generales, transferibles y transversales a la trayectoria formativa, y competencias específicas que identifican el aprendizaje concreto3,4.
Considerando lo anterior, es posible aseverar que en el área de la salud y en específico en enfermería, es necesario incluir metodologías que integren conocimientos en el contexto clínico, evaluando lo que el individuo sabe, sabe hacer y hace para evidenciar las competencias que se han adquirido a través del tiempo. Bajo esta premisa, la simulación clínica es necesaria en entornos de enseñanza aprendizaje, entrelazando conocimiento, habilidades y el factor humano1.
"Simular es representar algo, fingiendo o imitando lo que no es"5; en el área de la salud consiste en posicionar al estudiante en un contexto que imite algún aspecto de la realidad, estableciendo situaciones similares a la práctica clínica5. Se encuadra con los lineamientos educacionales de muchas instituciones de enseñanza superior a nivel global, fomentando el constructivismo, enfoque centrado en el estudiante, con un rol principal en el desarrollo de competencias necesarias para el perfil de egreso6,7.
Tradicionalmente la enseñanza de habilidades era realizada directamente con el paciente, actualmente esta práctica es cuestionada, por la existencia de riesgos, a pesar de la supervisión docente, unido al derecho de los pacientes a recibir una intervención que considere la mejor opción disponible, incluyendo en este concepto la seguridad asistencial, teniendo en cuenta las consecuencias de los errores de la práctica sanitaria8,9.
En este contexto, es necesario destacar que el quehacer de la disciplina de enfermería se centra en la gestión de los cuidados de las personas, concepto que involucra aspectos éticos y legales relacionados con la seguridad del paciente, alineándose con las actuales políticas de calidad de atención a nivel nacional en los contextos de enseñanza aprendizaje, limitando el contacto estudiante-paciente10,11.
Por lo antes expuesto, surge la necesidad de incrementar el uso de la simulación clínica para potenciar, en el estudiante, aquellas destrezas y habilidades procedimentales y humanas, que le permitan mejorar su seguridad y capacidad de reacción ante situaciones desconocidas y de riesgo. Esto implica realizar entrenamiento en ambientes controlados, donde los errores forman parte del aprendizaje y se resuelven por medio de repeticiones, sin riesgo para la integridad del paciente. Se simulan situaciones o problemas que debe enfrentar, tal como ocurriría en un mismo escenario real, transformándose en una oportunidad favorable desde el punto de vista práctico, legal y ético6,12.
La expansión del uso de esta metodología obliga a realizar estudios para determinar el desarrollo e impacto de su utilización, con el fin de mantener y mejorar su calidad. En la enseñanza superior, es cada vez más frecuente observar a jóvenes desarrollándose en entornos de alta exigencia y tensión, que originan sentimientos negativos que dificultan su rendimiento y realización personal, provocando deterioro paulatino en su salud mental. El factor principal es el estrés que experimenta al enfrentarse al campo clínico, sin haber adquirido algún nivel de destreza que le dé seguridad para enfrentar la atención del paciente, disminuya el temor a equivocarse o a la posibilidad de que ocurra un error que, sin duda, afectan tanto al paciente, al propio estudiante y al docente a cargo13.
Por lo antes expuesto los objetivos de este estudio fueron: determinar la importancia de la Simulación Clínica sobre el desempeño del estudiante de enfermería en campo clínico e indagar los efectos que produce la metodología en el estudiante y en su posterior desempeño en contextos reales.
MATERIAL Y MÉTODO
Estudio mixto analítico, cuantitativo, transversal de asociación y cualitativo fenomenológico14, en el cual participaron estudiantes de enfermería de la Universidad Austral de Chile, no considerándose a estudiantes de otras carreras del área de la salud de la misma universidad, por las escasas o inexistentes actividades de simulación implementadas en sus currículos, al momento de la ejecución del estudio.
Para la aproximación cuantitativa la población estuvo conformada por un universo de 106 estudiantes, aun cuando el n para algunas variables fluctuó en base a la cantidad de respuestas realizadas por los participantes que pertenecían a las cohortes de cuarto año de la carrera de enfermería, en los años 2015 y 2016. Los criterios de inclusión fueron que hayan cursado el 7° y 8° semestre de la carrera y que hayan participado en actividades de simulación clínica incorporadas en los programas de las asignaturas de dichos niveles de formación, cautelando con ello que todos los participantes se encontraran en igualdad de condiciones y de oportunidades, con relación a la participación en a las experiencias de simulación.
Los datos fueron recolectados por medio de 2 instrumentos de elaboración propia: un "Cuestionario sociodemográfico" que midió 8 variables con respuestas categorizadas (Tabla 1) y un "Cuestionario de evaluación de percepción sobre utilización metodología simulación clínica", escala tipo Likert ordinal, con aseveraciones, cuyas respuestas categóricas variaban desde totalmente en desacuerdo (1 punto), hasta totalmente de acuerdo (5 puntos), con un total de 75 puntos. Las 15 aseveraciones contenidas en el instrumento fueron las siguientes: 1) Después de empezar a utilizar esta metodología sentí que mi forma de enfrentar las situaciones en la práctica clínica había evolucionado positivamente; 2) La simulación me ha ayudado a integrar teoría y práctica; 3) Me sentí motivado con la metodología; 4) Me sentí comprometido con mi auto aprendizaje; 5) La experiencia con el simulador ha aumentado mi seguridad a la hora de enfrentarme al desempeño en el campo clínico; 6) La metodología utilizada ayuda a desarrollar el razonamiento crítico y la toma de decisiones; 7) La simulación ha aumentado la confianza en mis habilidades técnicas; 8) La metodología utilizada colaboró en el logro de mis objetivos de aprendizaje; 9) Las experiencias vividas con la aplicación de la metodología fueron importante en mi aprendizaje; 10) La interacción con la simulación ha mejorado mi competencia clínica, en relación al grado de desarrollo de habilidades y destrezas adquiridas; 11) Me sentí estimulado para desarrollar las tareas propuestas en el desarrollo de la metodología; 12) La utilización de la metodología ha contribuido a reconocer la responsabilidad social que me compete; 13) La utilización de la metodología contribuyo a mejorar mi autoestima en relación a mi desempeño frente a situaciones complejas en la práctica clínica; 14) En general, la experiencia de trabajar con la simulación clínica ha sido satisfactoria; 15) La utilización de esta metodología debería incluirse en las mallas curriculares de las carreras del área de la salud en forma permanente.
Este cuestionario fue sometido a revisión de fachada15 por 3 docentes expertos con formación en simulación clínica y posteriormente fue revisado por estudiantes de noveno semestre de la carrera de enfermería, para determinar su claridad. Se realizó una prueba piloto con 5 estudiantes de noveno semestre, que no participaron como sujetos de estudio de la investigación. Presentó una confiabilidad importante con un Alfa de Crombach de 0,913, con un puntaje promedio de acuerdo con la escala Likert de 3,92 (DS= 0,56), cercano al 4, que corresponde a "de acuerdo", con un puntaje mínimo de 2,67 y un máximo de 5. Los promedios variaron significativamente (p= 0,035) entre mujeres (X= 3,88; DS= 0,55) y hombres (X= 4,19; DS= 0,48). Esta escala permitió medir la percepción de la importancia de la simulación clínica para desempeño del estudiante en su práctica clínica.
Para el análisis estadístico los datos fueron codificados e ingresados al programa MS Excel de Office 365, y analizados con el programa SPSS v.15. Se utilizaron medidas de tendencia central y de variabilidad para el análisis descriptivo de las variables: promedios, desviación estándar, máximo y mínimo. Para la asociación entre variables con distribución normal se empleó pruebas paramétricas como Tde Student, Anova, correlación de Pearson, y no paramétricas para las variables con distribución no normal, como Mann-Whitney, KruskalWallis y correlación de Spearman, sin embargo, las asociaciones realizadas no obtuvieron significancia estadística, por lo que no se presentan estos resultados.
Respecto al abordaje cualitativo se utilizó muestreo por conveniencia, los participantes fueron seleccionados, de acuerdo a los requisitos establecidos en la fase cuantitativa, además se contactaron los participantes que contaban con las características suficientes para obtener un buen relato de acuerdo a los objetivos planteados, de tal forma de tener apreciaciones acabadas de sus impresiones frente a esta metodología y por ello fueron catalogados como informantes claves.
Se realizó entrevista en profundidad a cada informante clave, alcanzando saturación de los discursos a la octava entrevista realizada, agregando dos participantes adicionales para corroborar el cumplimiento de la saturación de los datos en base a las temáticas planteadas en la entrevista para develar el fenómeno de estudio y el objetivo de esta fase de la investigación, obteniendo finalmente la participación de 10 estudiantes.
Los discursos fueron grabados y transcritos fielmente, realizando un análisis de contenido, mediante reducción fenomenológica. Para cautelar la calidad de los datos cualitativos se realizó triangulación por investigadores.
La rigurosidad científica, en el caso de la aproximación cualitativa, se garantizó utilizando criterios de rigor según Guba y Lincoln16: respecto del valor de verdad, los datos fueron recolectados de acuerdo a los relatos de los participantes y analizados siguiendo reducción fenomenológica; respecto a la aplicabilidad, la metodología fenomenológica fue adecuada para obtener los relatos subjetivos de los participantes y develar el fenómeno de estudio; para garantizar la consistencia en los relatos, se exploraron todos los temas relevantes para el fenómeno de estudio, hasta la saturación de los datos; finalmente, para asegurar la neutralidad, los investigadores se mantuvieron en todo momento al margen de prejuicios y juicios referente a los datos obtenidos en la investigación.
Lo antes expuesto da fe de la rigurosidad y veracidad de los resultados del estudio y destacan que la credibilidad (triangulación por los investigadores), dependencia (réplica paso a paso, permitiendo juzgar el grado de correspondencia con otros contextos), confirmabilidad (ejercicio de reflexión y consenso con otros investigadores) y transferibilidad (recogida abundante información descriptiva y desarrollo de descripciones minuciosas), se utilizaron como referentes de validez para los estudios cualitativos.
Tanto en la aproximación cuantitativa como cualitativa, se aplicaron las consideraciones éticas, donde el desarrollo del presente estudio revistió mínimos riesgos para los estudiantes, como por ejemplo, la utilización de tiempo personal para concertar la entrevista. En concordancia con lo anterior, el estudio fue aprobado por el comité ético científico institucional17 y previo a la recogida de datos, los participantes firmaron un consentimiento informado.
RESULTADOS
Caracterización sociodemográfica de los/as estudiantes: La población estaba compuesta principalmente por estudiantes de sexo femenino (85,7%), solteras (94,3%), sin hijos (96,2%), del sector urbano (91,5%), vivían arrendando (52,8%) y acompañadas (77,4%), la familia a la que pertenecían era monoparental (21,4%) y biparental (54,4%). Provenían de colegio particular subvencionado (58,5%), para postular a la universidad cursaron algún tipo de preuniversitario (74%), como droga lícita señalaron consumo de alcohol (71,1%) e ilícita consumo de marihuana (2,7%), además de señalar "otros" (10,8%), destacando el porcentaje global para la variable "Consumo de sustancias" con un 86,7 %, presentaban redes de apoyo compuestas por la familia materna, amigos, pareja, iglesia etc. (92,5%) (Tabla 1).
Todas las aseveraciones del "Cuestionario evaluación de percepción sobre utilización meto dología simulación clínica" presentaron mayores porcentajes de respuesta a partir de los 3 puntos (ni de acuerdo ni en desacuerdo); las aseveraciones 1 y 8 referidas a "enfrentar la práctica clínica" y "el logro de los objetivos de aprendizaje", respectivamente, obtuvieron mayor porcentaje de respuesta (57,5%) en el puntaje 4 (de acuerdo); la aseveración 15 referida a "la inclusión de la simulación clínica en las mallas curriculares", tuvo mayor porcentaje de respuesta en el puntaje 5 (totalmente de acuerdo) (Tablas 2). Los estadísticos descriptivos del cuestionario están señalados en la Tabla 3.
La distribución de algunas aseveraciones con la suma de los porcentajes de respuesta alcanzados en las respuestas "de acuerdo" y "totalmente de acuerdo" se detalla continuación: 2) "La simulación me ha ayudado a integrar teoría y práctica" (88,5%); 4) "me sentí comprometido en mi autoaprendizaje" (86,7%); 6) "la metodología utilizada ayuda a utilizar el razonamiento crítico y la toma de decisiones" (95,2%); 9) "las experiencias vividas con la aplicación de la metodología fueron importantes en mi aprendizaje" (74,3%); 12) "la utilización de la metodología ha contribuido a reconocer la responsabilidad social que me compete" (76,4%); 14) "en general la experiencia de trabajar con la simulación clínica ha sido satisfactoria" (79,1%); 15) "la utilización de esta metodología debería incluirse en las mallas curriculares de las carreras del área de la salud en forma permanente" (91,4%).
Las aseveraciones con menos porcentajes de respuestas, en la suma de la clasificación "en desacuerdo" y "ni de acuerdo ni en desacuerdo" fueron: 1) después de empezar a utilizar esta metodología sentí que mi forma de enfrentar las situaciones en la práctica clínica había evolucionado positivamente" (29,2%) y 10) "la interacción con la simulación ha mejorado mi competencia clínica, con relación al grado de desarrollo de habilidades y destrezas adquiridas" (47,2%) (Tabla 2).
Desde el punto de vista cualitativo se develaron 3 categorías y 12 subcategorías (Tabla 4):
Categoría "Sentimientos y emociones vivenciados": Los estudiantes expresaron que los principales sentimientos y emociones emanaban de la experiencia vivida, reforzando la responsabilidad de su actuar profesional, al disminuir el temor a equivocarse y producir daño, con sensación de seguridad, confianza y satisfacción en las acciones con el equipo, familia y paciente:
"A uno como estudiante, le permiten aprender..., o sea, saber cómo enfrentar situaciones con una postura más...no tan nerviosa, no tan asustados, sino con una postura más..., con ojo más crítico" (E5). "Dentro del campo clínico como que uno tal vez se sentía como más seguro y confiado de que hay cosas que uno ya ha experimentado en cierto modo y lo otro de no tener miedo" (E8).
"Como que uno se siente como más orgullosa, más satisfecha de poder llevar a la práctica lo que vio en la práctica simulada" (E3).
Categoría "Importancia y valor que le otorga": Los informantes develaron el valor de contar con este tipo de entrenamiento, planteando que debe ser reconocido como sello de la formación, indicando la relevancia de la retroalimentación proporcionada por el docente en el debriefing, aportando desde su experiencia y la de los compañeros al compartir las perspectivas individuales, resaltando su importancia y beneficio como método para favorecer el éxito en la resolución de las situaciones planteadas.
La posibilidad de atreverse a interactuar en la resolución de problemas planteados en escenarios de simulación fue indicada como importante, otorgándoles la oportunidad de equivocarse al enfrentar situaciones que habitualmente no están a su alcance y poder practicar, sin provocar daños a terceros ni lesionar su aspecto emocional.
Participar en actividades de simulación les permite adquirir herramientas de afrontamiento, extendiéndose este beneficio a la vida personal, donde la memoria generada con los aprendizajes, les sirve para afrontar situaciones:
"Yo creo que sería bueno que esto permanezca en el tiempo, que se diga en enfermería de la UACh se enseña a través de simulación, yo creo que sería parte de la identidad, que debería formar parte de la identidad del estudiante de enfermería de la Austral" (E1). "Da buenas herramientas... para afrontar el quehacer del campo clínico... tanto en la atención directa al paciente como en nuestra vinculación con el equipo y nos otorga herramientas para afiatar lazos"(E2). "Cuando uno visualiza lo que hizo, el rebobinar darse el tiempo de pensar que hubiese hecho de otra manera, como hubiese actuado mejor, o que hice bien, y que hice mal, que tengo que mejorar o reforzar, esa es la mejor parte de todo" (E4).
Categoría "Ámbito de mejora al que apunta": Los participantes revelaron que la utilización de simulación clínica les confirió algún grado de experiencia para la resolución de situaciones difíciles, favoreciendo el auto conocimiento, pudiendo reconocer cómo se desenvuelven frente a dichos escenarios, identificando sus fortalezas y brechas en las que deben trabajar, explorando, también, la interacción con los equipos de trabajo y poder extrapolar estas habilidades a la vida personal:
" Con las simulaciones uno va destacando la importancia que tienen también las relaciones humanas, las relaciones en el equipo, entonces uno le entrega importancia también a esos aspectos, no solamente a lo asistencial" (E3). "Hay cosas que las vemos en la teoría pero que nunca las vemos en la práctica realmente y que...llegado el momento...ya tenemos la experiencia de haberlas vivido por esta metodología" (E6). "Uno puede poner en práctica competencias necesarias frente a situaciones adversas, a situaciones de la vida diaria que se presenten, permite también actuar a tiempo, rápido, con seguridad y también manejar las relaciones humanas" (E8).
DISCUSIÓN
Las características sociodemográficas se comportaron de acuerdo con la distribución que han tenido históricamente las carreras de enfermería, predominando el sexo femenino y de procedencia de zonas urbanas, diferenciándose de otros hallazgos en que la mayor parte de ellos no pertenecen al mismo lugar donde se encuentra la casa de estudios18.
Por otro lado, pertenecen al sector urbano, la mayoría no vive con su familia de origen, presentan alta frecuencia de consumo de alcohol, acompañado de algún grado de consumo de marihuana y otros tipos de sustancias; pero a pesar de ello reconocen contar con redes de apoyo y en un alto porcentaje viven acompañados. La presencia de consumo se ve reflejado en diferentes estudios como en México donde muestran que las principales sustancias consumidas son el alcohol y tabaco en porcentaje importante19,20. Es necesario destacar la relevancia sobre el consumo de alcohol y marihuana, además de otro tipo de sustancias, pues, como factor de riesgo, podría repercutir negativamente en el rendimiento académico, además de experimentar las conocidas consecuencias lesivas en la salud de los estudiantes, por ello debe ser abordado por la institución, a fin de mitigar dichos efectos y favorecer el bienestar de los jóvenes para un buen desempeño académico.
Hay aspectos del análisis tanto de los hallazgos cuantitativos como cualitativos que concuerdan. La gran mayoría de los estudiantes estaban de acuerdo con la metodología de simulación clínica, valorando la adecuada formulación y desarrollo de los escenarios de simulación; reconocieron que les ayudaba a mejorar la autonomía en el aprendizaje para integrar los conocimientos a la práctica diaria, destacando que la metodología potencia notablemente habilidades y destrezas clínicas, desarrollo del pensamiento crítico y toma de decisiones. Esto está confirmado por diversos estudios que hablan del desarrollo de habilidades, autoconfianza y satisfacción en la metodología21-24, aspectos que favorecen el desarrollo personal, el desempeño profesional y el juicio clínico y que deben ser potenciados en la educación superior y, en específico, en las carreras de las ciencias de la salud.
Además, se observa que la metodología de simulación clínica brinda el incentivo necesario para lograr que los estudiantes se involucren en la experiencia, yendo más allá de los ámbitos teóricos o prácticos, visualizando aspectos de responsabilidad social como profesional de la salud en formación. Por lo tanto, trabajar con la metodología de simulación ha sido satisfactorio para los estudiantes, manifestando estar de acuerdo con su inclusión de manera permanente en las mallas curriculares de las carreras del área de la salud, como lo demuestra un estudio realizado en estudiantes de Farmacia, que preferían que la simulación clínica se incorporara tempranamente en el currículo, incluso antes que otras metodologías de enseñanza aprendizaje25.
Destaca la percepción de aumento del nivel de seguridad y confianza de los estudiantes sobre su desempeño al enfrentar situaciones complejas de la atención en contextos reales, además de contar con la posibilidad de equivocarse en un entorno simulado, aprendiendo del error y entrenar competencias como liderazgo, trabajo en equipo, manejo de conflictos, comunicación efectiva, distribución de recursos, toma de decisiones, etc., lo que se ha descrito en algunos estudios, no solo en estudiantes de enfermería, sino que también en otras carreras del área de la salud25,26.
Desde el punto de vista fenomenológico los estudiantes manifiestan emociones positivas, atribuidas a las experiencias de simulación clínica que influían en su disposición a enfrentar, no solo actividades clínicas, sino también situaciones de vida personal. En este proceso, surgen sentimientos de satisfacción frente a la metodología, porque al saber qué errores se han cometido y cómo pueden ser subsanados, se sienten más preparados para enfrentar una situación real. Estas experiencias, que las pueden extender a su vida diaria, se transforman y reconocen como un aprendizaje significativo. Estos hallazgos se reafirman con los encontrados en algunos estudios donde, además, se señala que los estudiantes muestran sentimientos de orgullo al aplicar lo aprendido, acompañado por cierta ansiedad y preocupación por mejorar27.
Según los informantes, el periodo reflexivo desarrollado en el debriefing es un momento fundamental para internalizar las competencias alcanzadas y poder analizar la mejor manera para enfrentar la situación planteada en la actividad de simulación, señalando que la guía del docente les resulta clave en el proceso. Varios estudios concuerdan con que esta etapa de la simulación clínica se traduce en resultados muy positivos para los estudiantes28,29, apoyado en el logro de aprendizaje reflexivo que permite reconocer aspectos positivos y áreas de mejora para el desempeño en futuras intervenciones.
Los estudiantes le otorgan gran valor a la oportunidad de practicar, poder equivocarse sin dañar a los pacientes y con ello desarrollar habilidades y aprender a afrontar situaciones. Destacan que la adquisición de experiencia y el auto-conocimiento son relevantes para su desempeño posterior, sobre todo en aspectos que interviene el factor humano, donde el saber ser es clave para un buen resultado. Esto se observa como un aspecto positivo para la salud mental de las personas, pues influiría directamente en la autoestima y autoconcepto. Esto está claramente descrito en un estudio realizado en Corea del Sur, donde además resultaba positivo para la eficacia colectiva y se relacionaba negativamente al estrés percibido30.
Según los informantes la simulación clínica se muestra como una metodología eficiente, que optimiza el proceso de enseñanza aprendizaje, favoreciendo además el desarrollo de habilidades no procedimentales relacionadas con competencias genéricas, hechos que concuerdan con diversos estudios en los que se ha demostrado ampliamente su beneficio y efectividad31-34.
Por otra parte, implica experimentar sentimientos que generan memoria emocional que permiten forjar recuerdos permanentes, favoreciendo el aprendizaje significativo. Además de observase como posible factor protector frente a ciertas alteraciones emocionales provocadas por el desarrollo de actividades clínicas, se visualiza como aspecto favorecedor para la mantención de una buena salud mental en el ámbito académico, aspecto que podría ser profundizado en futuros estudios.
Sería importante la revisión de los currículos de las carreras para poder insertar esta metodología tempranamente permitiendo que el estudiante visualice su desarrollo académico, profesional y personal, además de potenciar durante el transcurso de la carrera aquellos aspectos positivos que esta metodología representa para los estudiantes.
Como limitaciones del estudio es posible señalar que si bien, en el caso de la aproximación cuantitativa, se contó con un universo de 106 estudiantes, este pudiera ser insuficiente para realizar análisis estadístico con alta sensibilidad, por lo tanto, se seleccionaron los estadígrafos más apropiados para el análisis los datos. Además, otra limitación podría estar relacionada con el hecho de no haber podido incluir en el estudio a estudiantes de otras carreras del área de la salud, lo que podría haber enriquecido la obtención de resultados y la posterior discusión y conclusiones de este estudio.
Es necesario señalar que incluir solo a los estudiantes de la carrera de enfermería podría haber influido, de cierta manera, en las respuestas de los estudiantes, transformándose en un posible sesgo al ser los investigadores, además, docentes de la misma disciplina. A fin de evitar lo anterior, en la fase de reclutamiento no se consideró una muestra y se incluyó el universo de estudiantes que habían cursado 7° y 8° semestre en cada cohorte. Además se optó por recolectar los datos en modalidad de cuestionarios auto aplicados y en el caso de las entrevistas, estas fueron realizadas por el investigador que no tuvo actividades directas con aquellos estudiantes durante el periodo de recolección de datos.
CONCLUSIONES
Los estudiantes destacan la importancia de la metodología de simulación clínica como preparación previa al momento de enfrentarse a situa ciones difíciles o desconocidas en la atención y la transcendencia para la satisfacción usuaria, la seguridad del paciente y, por consiguiente, la propia. Le confieren un alto valor para su desarrollo profesional y personal, y al logro de un aprendizaje significativo, que puede ser extrapolado al campo clínico, su utilización genera diversos sentimientos, reconociéndola como parte de la identidad del estudiante de Enfermería de la Universidad Austral de Chile.
La metodología resulta satisfactoria para los estudiantes, generando memoria emocional, convirtiéndose en una herramienta fundamental en la formación profesional para el desarrollo, incremento y optimización de habilidades procedimentales y no procedimentales, como el pensamiento crítico y juicio clínico, que apuntan al logro de competencias primordiales para el ejercicio profesional, desde una perspectiva ética, beneficiando directamente a estudiantes, pacientes y equipo de trabajo en escenarios reales y fortaleciendo con ello la calidad y seguridad de la atención brindada.