INTRODUCCIÓN
Mundialmente el uso de drogas afecta mu chas vidas y tiene un alto costo. La magni tud de su uso, la mortalidad asociada, el daño causado y los problemas psicosociales relacionados al fenómeno de las adicciones continúa aumentando. El uso de drogas en el mundo es más prevalente en la adultez emergente que en otros grupos de edad1,2. En Chile existe un alto nivel de consumo de marihuana en jóvenes entre 19 y 25 años, con una prevalencia de 17,5% para consumo último año, y que muestra un aumento de 5 puntos porcentuales al comparar con los es tudios nacionales anteriores3,4. Sumado al aumento del consumo se observa la am plia legitimidad que tiene el uso de sustan cias tanto legales como ilegales al interior de la sociedad, lo que genera la invisibilización del consumo de tipo problemático y las con secuencias sociales que de él derivan4.
El uso de drogas en la adultez emergente (19 a 25 años) aparece como parte de un pro ceso de distanciamiento y oposición que ex perimentan los jóvenes respecto del mundo de los adultos. La elaboración de la identidad que acompaña esta etapa se basa en prácticas que buscan construirla y delimitarla desde una perspectiva juvenil, ser joven significa el ingreso a este mundo donde se establecen formas específicas de expresión, códigos y discursos, distintas a las de los adultos2,5.
En este proceso los jóvenes necesitan sen tirse parte de algo, así, el grupo de pares toma especial relevancia, pues son ellos los que constituyen un nuevo referente de identidad, actitudes y conductas. El grupo de pares se constituye en un espacio de aprendizaje, de experiencias y de compartir conocimientos, además de refugio respecto del mundo adul to. Espacio fundamental en tanto permite constituir una determinada identidad grupal, adoptando elementos que los distinguen de otras personas o grupos, desde la vestimenta a las formas de actuar y comportarse6,7,8,9.
La Teoría de Normas Sociales explica la in fluencia que ejercen los pares en el consumo de drogas, siendo la percepción que tienen los jóvenes sobre las normas de comporta miento de sus compañeros lo que influye en la propia conducta. La norma percibida con siste en las propias percepciones y creencias de lo que es un comportamiento "normal" en las personas del entorno, y estas creencias in fluyen en las propias conductas10,11,12,13.
Las normas sociales son subjetivas, se construyen por la persona a través de su re lación con los referentes importantes, como amigos, compañeros, familia. En situaciones donde las normas son implícitas, impuestas por unos pocos y no abiertamente discuti das, o cuando se da una percepción errónea de las mismas, las personas pertenecientes a un grupo se adhieren a una idea de lo que se debe hacer o pensar sin necesariamente con cordar con ella y sólo porque piensan, erró neamente, que la mayoría de sus pares está de acuerdo con esa norma14,15.
La diferencia entre lo que se piensa que son los comportamientos ajenos y lo que realmente son, se describe como "concep ción errónea". Existe una concepción erró nea cuando se subestima o se sobrestima la prevalencia de comportamientos o conduc tas en una población o grupo14,15. La li teratura muestra una fuerte evidencia de la percepción inexacta de la norma de consumo de droga de los pares (percepción errónea) sobre el consumo real de drogas en los estu diantes universitarios13,15,16,17,18,19. La sobrestimación del uso de drogas en los pares ocu rre en relación al grupo de referencia.
El enfoque de normas sociales, especial mente la norma descriptiva, ha probado ser el mejor factor predictivo para el consumo de drogas entre estudiantes universitarios. Donde la sobrestimación del consumo de cualquier droga es un factor de riesgo para el inicio, mantención e incluso el aumento del consumo de drogas en los estudiantes de educación superior(13, 16,17,18,19).
Esta investigación tuvo por objetivo eva luar la norma percibida del consumo de ma rihuana en los pares en estudiantes de las Carreras de Enfermería y Educación de una universidad pública de una región del norte de Chile, debido a la importancia que ambos profesionales tienen en la formación de los futuros adultos y el cuidado de la salud de las personas. La norma percibida sobre ma rihuana ha sido poco estudiada a nivel na cional, sin embargo, conocer si existe o no diferencia significativa entre el consumo real y la norma percibida de consumo (subesti mación, estimación adecuada o sobrestimación) es relevante para establecer medidas de apoyo a los jóvenes, propósito final de este proyecto.
El consumo de marihuana en edades tem pranas constituye una preocupación central desde el punto de vista de las políticas públi cas, pues se identifica como puerta de entrada hacia otras sustancias que originan trayecto rias de consumo problemáticas y consecuen cias negativas para los proyectos de vida de las personas jóvenes19,20,21. Especialmente cuando su consumo aparece como algo coti diano dentro del espacio universitario, lo que no sucede del mismo modo con sustancias como la cocaína o la pasta base, las cuales son rechazadas fundamentalmente por asociarse a niveles de adicción mayor22,23,24.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realizó un estudio cuantitativo, descrip tivo de corte transversal. La población del estudio fueron 166 estudiantes de segundo a cuarto año de las carreras de Educación y Enfermería de una universidad pública del norte de Chile. La muestra fue intencionada y quedó constituida por el 65% del universo en estudio, quienes decidieron voluntaria mente participar y firmaron Consentimiento Informado.
Se analizaron las variables consumo de drogas real, de acuerdo a lo declarado por cada estudiante, según frecuencia de consu mo alguna vez en la vida, último año, último mes, 2 a 3 veces al mes, una vez a la sema na, 2 a 3 veces a la semana y todos los días. La variable norma percibida de consumo de marihuana de los pares, definida como lo que los estudiantes creen respecto del consu mo de droga de sus compañeros11,12, se midió con preguntas respecto al porcentaje de compañeros que piensan que consumen marihuana según las mismas frecuencias de consumo. Además se analizaron las variables sociodemográficas edad, sexo, trabajo, estado civil y carrera de los estudiantes que partici paron en la investigación.
Para la recolección de la información se utilizó el instrumento desarrollado por Bus tamante et al.24. Encuesta autoaplicada de 30 preguntas, dividida en cuatro secciones: la primera sección se enfoca en la informa ción sociodemográfica; la segunda valora la percepción sobre el consumo de drogas entre los pares; la tercera mide el propio consumo de drogas, y la cuarta mide conocimiento respecto a las políticas universitarias sobre el uso de drogas, consecuencias del consumo y el acceso a las drogas. El tiempo de aplica ción de la encuesta fue de 20 a 30 minutos y se aplicó en la última hora de clases previo acuerdo con los profesores a cargo de los cur sos. A los estudiantes se les explicó el objetivo de la investigación y quienes estuvieron de acuerdo en participar firmaron el Consenti miento Informado, luego de esto se les entre gó la encuesta.
Para el análisis estadístico, se compararon las variables sobre consumo real con la nor ma percibida de consumo según las diferen tes frecuencias de consumo y ambas variables se relacionaron con las variables sociodemográficas utilizando los estadígrafos medidas de frecuencia, media y Chi cuadrado. Para el análisis primero se estructuró la base de da tos en programa Excel y posteriormente se utilizó el programa estadístico Stata 11.
Durante todo el proceso de la inves tigación se consideraron los aspectos éticos incluyendo confidencialidad, voluntariedad y consentimiento informado25. Las en cuestas se mantienen separadas de los Con sentimientos con el fin de no identificar a los estudiantes. Los resultados sólo fueron utili zados con fines de investigación.
RESULTADOS
En el estudio participaron 166 estudiantes de segundo a cuarto año de Enfermería y Edu cación. Las características sociodemográficas de los participantes fueron las siguien tes: 81,4% de mujeres, 75,8% entre los 19 y 25 años (solteros y en su mayoría no traba jan); 76% de la Carrera de Enfermería y 68% cursaba los últimos años de sus respectivas carreras.
Al analizar el consumo real de marihuana, para alguna vez en la vida se observaron por centajes similares entre quienes declaran ha ber consumido marihuana (52%), y quienes dicen no haberla consumido nunca (48%). Para el consumo en los últimos doce meses, el 54,8% de estudiantes refiere haber consu mido marihuana en el último año.
Respecto al consumo real de marihuana para tres veces al mes o más, el 25,5% de los estudiantes dice haber consumido marihua na en este período. Según sexo destaca que las mujeres consumen en mayor porcentaje que los hombres (76,9 versus 23%) y por carrera se observa que en Enfermería el porcentaje de consumo real es mayor que en Educación (65,3 vs 34,62%) diferencia estadísticamente significativa (p = 0.035) (Tabla 1).
Respecto a la norma percibida de consu mo de marihuana, esto es el porcentaje de compañeros de universidad que los estu diantes creen que consumen marihuana, se observa que la mayoría de los estudiantes (68%) opina que más del 40% de sus pares ha consumido marihuana alguna vez en la vida y cerca de la mitad de los universitarios (44,5%) piensa que incluso más del 60% de sus pares ha consumido marihuana alguna vez en la vida. La media de percepción de consumo en los pares para el consumo algu na vez en la vida es 55% (Gráfico 1).
Con relación a la percepción de consumo según la frecuencia con que sus compañeros consumen marihuana, más del 80% piensa que sus pares la consumen más de tres veces al mes, incluso el 12% percibe que sus com pañeros consumen marihuana todos los días.
Al analizar la norma percibida por sexo, se observa que las mujeres presentan una per cepción de consumo levemente superior a los hombres (84,21 versus 82,5%), y al com parar por carrera los estudiantes de Educa ción muestran una percepción de consumo mayor a los de Enfermería (96 versus 78,7%), diferencia estadísticamente significativa (p = 0.043) (Tabla 2).
Al comparar norma percibida con consu mo real, se observa que para el consumo al guna vez en la vida un porcentaje importante de estudiantes (44,5%) percibe que más del 60% de sus pares ha consumido marihuana, lo que demuestra sobrestimación del consu mo al comparar con consumo real alguna vez en la vida (60 vs 51,9%). Al comparar la me dia de norma percibida para alguna vez en la vida versus el consumo real (55 vs 52%) per siste la sobrestimación del consumo aunque son sólo 3 puntos porcentuales de diferencia.
Respecto a la relación entre norma perci bida y consumo para prevalencia de último año, se encuentra que la sobrestimación del consumo de marihuana es relevante. La sobrestimación se observa tanto al comparar lo que percibe la mayoría de los estudiantes que dicen que más del 80% de sus pares consu men más de tres veces al mes (80 vs lo real 25,5%) o al comparar la media de la norma percibida con el consumo real con frecuencia tres veces al mes o más (57 vs 25,5%).
Finalmente, se observa sobrestimación del consumo al comparar norma percibida con consumo real para la frecuencia de último año, de los estudiantes en todos los niveles de las carreras, diferencia estadísticamente sig nificativa (p = 0.040) (Gráfico 2).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN
Lo primero que destaca en este estudio es el elevado porcentaje de estudiantes que declara consumir marihuana. El consumo real para alguna vez en la vida aparece con un 52% de los estudiantes, lo que es mayor a lo que se observa en los estudios naciona les sobre consumo de marihuana en jóvenes (52 vs 45,7%)3. Lo mismo ocurre respecto a la prevalencia de consumo en último año, con un 54,8% de los participantes de esta in vestigación comparado con el 24%3,4. Es relevante la alta prevalencia de consumo de marihuana declarado por las mujeres, situa ción similar a otros estudios donde se plantea el fenómeno de la feminización del consumo y que ocurre respecto al consumo de tabaco y el alcohol16,26.
La alta prevalencia de consumo de mari huana en estos estudiantes es diferente según la carrera a la que pertenecen. Tal como apa rece en otras investigaciones nacionales16,22,26, los estudiantes de enfermería pre sentan una mayor prevalencia de consumo de marihuana que los estudiantes de educa ción. El alto nivel de consumo que muestran los estudiantes se podría explicar por la alta exigencia existente en la universidad, la alta competitividad y la dificultad para aceptar la frustración a la que se ven expuestos los es tudiantes de enfermería durante su vida uni versitaria27.
Con relación a la norma percibida, los re sultados muestran que los estudiantes uni versitarios tienen una percepción errónea sobre las normas que siguen sus pares res pecto al consumo de marihuana. En general los estudiantes perciben un consumo de ma rihuana mayor al real, con diferencia de más de diez puntos porcentuales, lo que muestra sobrestimación del consumo. Esto ocurre tanto para el consumo alguna vez en la vida como para el consumo en el último año en cada año de la carrera y para último mes, si tuación similar a otros estudios nacionales e internacionales16,17,18,24,28.
Los universitarios perciben que el consu mo de drogas de sus pares es más alto de lo que en realidad es y esta percepción errónea, de acuerdo a la Teoría de la Norma Social11,12,15 es un factor de riesgo que influye en el propio uso de drogas. Los jóvenes sobrestiman sistemáticamente no sólo el nivel de consumo (norma descriptiva) sino también la aceptación del consumo (normas inducti vas) de sus pares11,12,15. La sobrestimación del consumo de sustancias nocivas es un factor de riesgo en sí mismo, lo que puede resultar en una alta tasa de incremento del consumo. Si los estudiantes creen que el uso de marihuana es la norma aceptada en la universidad, por desconocer el nivel de consumo real, tienen mayor probabilidad de incurrir en el uso abusivo de la droga12,13,27,29.
A la sobrestimación del consumo de dro gas se suma como factor de riesgo el valor social que se le da al consumo de drogas15,29,30,31). Hoy en día el consumo de marihuana en los jóvenes aparece como experiencia de orgullo e incluso como algo necesario para ser aceptado por los pares con los que se com parten los espacios universitarios4,32. El alto consumo informado por los participan tes del estudio confirma el que actualmente el consumo de marihuana en los estudiantes universitarios aparece como un elemento que lo ayuda a sentirse parte de un grupo, además de ayudarlo a distraerse y relajarse frente a las altas exigencias que perciben en el ambiente universitario28,32. El consumo de marihuana aparece como algo cotidiano, como una práctica natural y parte del proce so de socialización que experimentan los es tudiantes dentro del contexto universitario, con lo que se normaliza el consumo33,34,35.
La dificultad actual es que se encuentra una realidad universitaria donde ya el consu mo de marihuana es elevado y donde además existe sobrestimación importante del consu mo. Ambos factores de riesgo relevantes a la hora de proponer estrategias preventivas. Sumado al aumento del consumo se obser va la amplia legitimidad que tiene el uso de sustancias tanto legales como ilegales al in terior de la sociedad3,15,16,22,33,35, lo que genera la invisibilización del consu mo de tipo problemático y las consecuencias sociales que de él derivan, en especial en la población juvenil. Tema relevante a conside rar especialmente cuando en el país, como en otros, se está discutiendo la legalización del cultivo y uso de marihuana.
Esto debiera ser un tema de análisis pro fundo en las universidades de la región. Cada vez más los jóvenes usan las drogas en especial la marihuana como una sustancia que ayuda a su recreación sin considerar los riesgos que puede traer el consumo de las mismas4,33,35. Las políticas y programas de prevención deben considerar la educación de lo que son las normas en las universidades y deben estar destinadas a reducir las normas erradas con respecto al consumo de drogas en los pares. Implementar proyectos de información ma siva respecto a las cifras de consumo real que presentan los pares ha mostrado resultados exitosos y eficientes en otros países15,29,34,35.