INTRODUCCIÓN
Enfermería es una profesión dinámica que se desarrolla y transforma con los cambios en la sociedad y los modos de vida de los usuarios, representa la fuerza laboral más importante en la salud, más del 50%, pero a la vez una escasez que se expone en la meta global de salud para el año 2030, porque en la actualidad tienen múltiples retos1. Para ese año, los enfermeros enfrentarán desafíos en educación, investigación, liderazgo y gestión, porque se necesitarán modelos eficaces para la planificación de recursos humanos y personal capacitado, así como docentes con experiencia en la enseñanza clínica con tecnología avanzada2.
En este contexto, el Instituto Nacional de Investigación en Enfermería (NINR por sus siglas en inglés), destaca la necesidad de una agenda ambiciosa para enfermería, con énfasis en una formación en investigación3, además de la colaboración entre líderes tanto de la práctica clínica como de la academia, para desarrollar modelos de atención innovadores y mejorar los ambientes de práctica4.
Por su parte, la American Nurses Association (ANA) define a la enfermería como la protección y promoción de la salud, la prevención de enfermedades y lesiones, el alivio del sufrimiento a través del diagnóstico y tratamiento, y la asistencia a individuos, familias, comunidades y poblaciones5. Todo aquello implica realizar actos de cuidado, basados en la experiencia humana, que facilitan el crecimiento, el aprendizaje y la conexión en comunidad, y junto con ser esenciales para la creación y el mantenimiento de la salud, están vinculados a la espiritualidad y la salud emocional6. Ya Florence Nightingale, pionera de la enfermería, consideraba que la espiritualidad era esencial para crear un entorno hospitalario saludable, y era tan importante como las necesidades físicas del paciente7.
Hemos aprendido que la salud depende del equilibrio entre factores físicos, psicológicos, sociales, culturales y espirituales, siendo este último el factor que ayuda a mantener este equilibrio y enfrentar la enfermedad. El cuidado espiritual, que implica "estar con los pacientes", contribuye a la curación, al bienestar espiritual y al ajuste psicológico8.
Así, el cuidado espiritual desde Caritas Veritas en enfermería requiere respeto y reconocimien to de las creencias del paciente, especialmente en momentos de hospitalización y emergencia. Aunque a menudo se olvida en las instituciones de salud, es crucial para pacientes en situa ciones difíciles, porque este cuidado abarca sentimientos, valores, creencias y religión, cuestiones esenciales en el desarrollo de las intervenciones de enfermería que promueven el crecimiento continuo, preservan la dignidad humana y contribuyen a una sociedad más solidaria9. Cuidar a alguien en su momento de necesidad es un honor y una inversión en la sociedad10).
En la perspectiva de Caritas-Veritas, Watson11) propone orientaciones para la práctica del cuidado enfermero: 1) Abrazar, está relacionado al amor bondadoso; 2) Inspirar, es la fe-Esperanza; 3) Confianza, es cultivar las practicas espirituales más allá del ego hacia la presencia transpersonal;
4) Nutrir, son las relaciones basadas en el amor, la confianza y el cuidado; 5) Perdonar, es permitir la expresión de sentimientos positivos y negativos; 6) Profundizar, es buscar soluciones por medio del proceso de cuidado; 7) Equilibrio, como participación en la enseñanza y el aprendizaje transpersonales dentro del contexto de una relación de cuidado; 8) Co-crear, es la creación de un ambiente curativo; 9) Contribuir, es la ayuda hacia las necesidades básicas; y 10) Ser abierto, es abrirse y atender a los misterios espirituales y dimensiones existenciales de la vida-muerte.
Son diversas las evidencias latinoamericanas vinculadas a las experiencias del cuidado espiri tual realizado por enfermería: en México, las enfermeras reconocen y abordan las necesidades espirituales, realizando actividades cristianas que benefician la recuperación de los pacientes12; en Venezuela los cuidados espirituales dirigidos al paciente con insuficiencia renal crónica me joran la calidad de vida, la autoconciencia y el sentimiento de ser amado en los pacientes13; en Brasil, la dimensión espiritual del cuidado se aborda mediante diversas prácticas religiosas y espirituales, respetadas y alentadas por las enfermeras que muestran actitudes acordes con la Teoría de Jean Watson y que aplican los elementos del Proceso Caritas en la asistencia espiritual en cuidados paliativos14; en Perú, al estudiar el bienestar espiritual y la calidad de vida se encontró una relación negativa significativa entre ambas variables, es decir, a medida que la calidad de vida mejoraba, el bienestar espiritual disminuía, porque los pacientes recurrían a la espiritualidad principalmente cuando sentían que su vida estaba en peligro, y a veces priorizaban sus preocupaciones laborales por sobre la espiritualidad al enfrentar síntomas de enfermedad15.
Con todo, el presente estudio permitirá ampliar el conocimiento del cuidado espiritual que respeta las creencias de los pacientes, fomenta su comprensión, empatía y mantiene un cuidado humanizado. Asimismo, analiza el cuidado espiritual desde Caritas Veritas, contribuye al desarrollo de estudios sobre su significado y profundiza los enfoques teóricos en enfermería que favorecen el desarrollo de la profesión.
Según lo descrito, el objetivo del estudio fue analizar el cuidado espiritual de las Caritas Veritas 1, 2 y 4 de Jean Watson a través de la experiencia y conocimientos del profesional de enfermería que laboran en áreas de hospitalización y emergencia de un hospital de Perú.
MATERIAL Y MÉTODO
Tipo y diseño de estudio: Estudio descriptivo con enfoque cualitativo16 que indaga sobre el cuidado espiritual desde Caritas Veritas de Jean Watson, aplicado por enfermeras y enferme ros en áreas de hospitalización y emergencia en un hospital de la región La Libertad, Perú. El diseño está destinado a describir datos de las características, propiedades y perfiles de personas, comunidades, grupos, procesos, cosas o cualquier otro elemento recolectado y transcrito sobre diversos conceptos, aspectos y componentes de la investigación. Se identificó un grupo de palabras que fueron llamadas categorías para posteriormente, recabar información sobre cada una de ellas.
Muestra: La selección de muestra fue no probabilística, voluntaria, anónima y se identificó a las enfermeras (os) según los siguientes criterios de inclusión: enfermeras nombradas y contratadas de las áreas de emergencia y hospitalización, con al menos tres meses de antigüedad en la institución hospitalaria. Finalmente, participaron 21 licenciadas en enfermería, de sexo femenino.
Técnica de recolección de datos: Para la ejecución del estudio se solicitó la autorización al director del hospital distrital, y al área de docencia e investigación de la Red de Trujillo. Posteriormente, se coordinó con la jefa de en fermeras para la selección del profesional de en fermería que voluntariamente aceptó participar en el estudio, previa firma del consentimiento informado. A continuación, se acordó con el profesional de enfermería el día y hora para la entrevista semiestructurada al inicio o al finalizar el turno, así como la autorización para la grabación de voz. Las entrevistas tuvieron una duración promedio de 30 minutos y se consideró la anonimidad de cada enfermera mediante la asignación de la letra E.
Análisis de datos: Se llevó a cabo el procesamiento de los datos a través de tres fases: 1) Reducción de datos: las transcripciones de cada discurso de los participantes fueron recopiladas y se redujeron en ideas principales para seleccionar las categorías y las subcategorías; 2) Análisis descriptivo: a partir de los datos obtenidos, el investigador asignó un significado a estos e identificó las relaciones entre ellos, con el tema de estudio y las caritas de Watson identificadas en los discursos; 3) Interpretación: proporcionando una explicación de las categorías y subcategorías identificadas. Finalmente, se relacionó con la teoría, es decir, con las caritas veritas de Jean Watson en las intervenciones de enfermería.
Criterios de rigor y calidad: Se rigió a través de la triangulación de datos por la utilización de diversas fuentes y los métodos de recolección, la transcripción de los textos de las entrevistas y la relación con la literatura estudiada. Además, se tomaron en cuenta las consideraciones de rigor científico, tales como dependencia y confidencialidad.
Aspectos éticos: Se siguieron las consideraciones éticas establecidas en el informe de Belmont17, considerando los principios de respeto a las personas, beneficencia y justicia. Se obtuvo el consentimiento informado de los participantes y se solicitó permiso para grabar sus voces durante las entrevistas. Los resultados no estuvieron modificados por intereses propios y tampoco fueron influenciados. El estudio fue aprobado por el comité de investigación y ética de la Red de Trujillo (N° 6138-22).
RESULTADOS
Caracterización de las enfermeras participantes: El grupo estuvo conformado por 21 licenciadas de enfermería que laboraban en las áreas de hospitalización y emergencia, cuyas edades fluctuaron entre los 24 a 50 años, egresadas de universidades privadas y públicas, el 60% tenía menos de 3 años de experiencia laboral, con un rango de experiencia entre los 4 meses a 22 años; el 84% profesaba la religión católica.
Cuidado espiritual de las Caritas Veritas 1, 2 y 4 de Jean Watson: Los discursos de las enfermeras sobre el cuidado espiritual en hospitalización y emergencia se dividen en dos categorías: I) Bases de Caritas Veritas y II) Prácticas del cuidado espiritual.
Categoría I: Bases de Caritas Veritas (Tabla 1): relaciona los diez procesos caritas de Watson con el respeto por las creencias y valores de los pacientes, promoviendo tranquilidad y empatía.
Categoría II: Prácticas de amor y bondad (Tabla 2): destaca la importancia de la relación de confianza y ayuda entre enfermeras y pacientes, así como la valoración de sus creencias para fortalecer su fe y amor propio.
DISCUSIÓN
La categoría "Bases de Caritas Veritas", evidencia que los enfermeros perciben e interactúan con los pacientes, influenciados por su experiencia y actitudes, aunque a menudo la atención es mecánica. El cuidado espiritual es esencial, requiriendo acciones visibles que aborden las necesidades espirituales y se basan en principios de acoger, acompañar, discernir e integrar aspectos espirituales para una atención holística. Es fundamental promover debates sobre temas espirituales en el entorno clínico para mejorar la atención integrada18. Al respecto, Castillo et. al.19 afirman que el cuidado espiritual es un cuidado cotidiano centrado en el cuerpo del paciente que recibe cuidados paliativos, "cubrir las necesidades de los pacientes" se entiende generalmente como el buscar en el paciente un estado de confort, ayudar al alivio del dolor.
Las enfermeras describen el cuidado espiritual como una actitud de preocupación y compromiso hacia los pacientes, integrando el cuidado físico, emocional y espiritual, y respetando sus creencias y valores. Este cuidado es por medio de palabras, gestos y escucha activa en momentos de crisis. Según, Boff20) implica responsabilidad y afecto, fomentando la compasión y mejorando la dimensión espiritual y la recuperación del paciente21.
Ampliando lo anterior, Mayeroff22 sostiene que el cuidado implica inspiración, dignidad, respeto y la búsqueda de la felicidad, ayudando al crecimiento de personas o ideas. Las entre vistadas coinciden en que el cuidado espiritual se basa en una actitud positiva, promoviendo el bienestar integral de los pacientes, como destaca la Enfermera E4 al cuidar tanto su desarrollo profesional como el bienestar físico y espiritual.
El cuidado espiritual incluye confort físico, psicológico y emocional, considerando las creencias del paciente. Conde y Rodríguez23) destacaron que los pacientes con Covid-19 experimentan tanto aspectos positivos como negativos del cuidado espiritual. Así mismo, Torres et al.24 evidenciaron que la educación en cuidado espiritual mejora habilidades de comunicación y planificación en enfermería, permitiendo una atención integral.
En la subcategoría sobre el respeto por las creencias y valores, las enfermeras entrevistadas indican que la fe de los pacientes se ve influenciada por su experiencia en los servicios de hospitalización o de emergencia. Morales y Palencia25 en Colombia encontraron que el personal de enfermería se compromete a fortalecer la dimensión espiritual, respetando creencias y valores para mejorar la salud y aliviar el dolor físico y espiritual. Además, la espiritualidad, más allá de la religión, promueve la unidad y las relaciones, generando exigencias para renovar la fe y respetar las creencias religiosas19.
El Carita Verita de Jean Watson23 "estar auténticamente presente", fomenta el respeto hacia las creencias y valores del paciente, fortaleciendo así la relación entre la enfermera y el paciente. Esta autentica presencia facilita el cuidado espiritual, lo que a su vez contribuye a la buena salud laboral del profesional de enfermería, aliviando tanto el dolor físico como el espiritual de los pacientes en situaciones vulnerables, como la hospitalización o las emergencias. En este contexto, el respeto se considera esencial en la práctica de la enfermería.
La categoría sobre "Prácticas del cuidado espiritual" destaca la importancia de la relación de ayuda y confianza entre enfermeras y pacientes para el cuidado transpersonal. Estas relaciones fomentan emociones positivas y negativas a través de empatía, aceptación externa, coherencia y comunicación efectiva26. Boff19 enfatiza que la empatía y la ternura, al compartir experiencias emocionales, permiten fortalecer el valor personal y mejorar la conexión con los demás.
El cuidado transpersonal requiere que los enfermeros prioricen las necesidades espirituales del paciente sobre sus propias expectativas. Según Watson12 en Caritas Veritas, la "relación de ayuda-confianza" es crucial, destacando la importancia de mantener una comunicación adecuada, escucha activa y genuino interés en el paciente durante su estancia hospitalaria.
Durante la pandemia COVID-19, a pesar del uso de la mascarilla, las enfermeras hacen hincapié que la escucha activa es fundamental para conocer al paciente y sobre todo sus creencias, valores y virtudes. Aun así, Hoernke et al.27 destacan que la comunicación se dificulta con mascarillas, por lo que se deben usar medios alternativos como fotografías y escritura para mejorar la comunicación.
Finalmente, las prácticas de amor, bondad, empatía y solidaridad son esenciales para un cuidado humanizado en hospitalización y emergencia. Las enfermeras deben proporcionar bienestar psicológico, espiritual y emocional, especialmente ante pensamientos negativos28. En cuidados paliativos, es crucial responder a las emociones del paciente con compasión y afecto, fortaleciendo el vínculo y proporcionando tranquilidad29.
Watson25 propone en la primera Carita Verita la "práctica del amor-bondad, la compasión y la ecuanimidad". Los enfermeros deben cuidar con amabilidad y respeto, enfocándose en el bienestar del paciente y gestionando sus propias emociones. Esta actitud promueve una relación positiva y ayuda en la recuperación del paciente30.
Con todo, el estudio resalta la importancia del cuidado espiritual en enfermería, enfocado en las creencias y valores del paciente y su integración en las intervenciones de los enfermeros. La empatía y la confianza son claves para una relación efectiva.
En relación al aporte de la investigación para el área de la salud y la educación, se considera fundamental sensibilizar sobre la importancia del cuidado espiritual y la relación de ayuda-confianza para mejorar la interrelación de los profesionales de enfermería con los pacientes. Es necesario participar en actividades espirituales, como meditación y lectura, para fortalecer la paz interior y ofrecer un cuidado espiritual basado en Caritas Veritas de Jean Watson, enfocado en valores humanistas, presencia auténtica y relación de ayuda-confianza. Se deben respetar las creencias y valores de los pacientes, manteniendo la equidad con prácticas de amor, de bondad y dando una atención utilizando el contacto visual, gestual y palabras de tranquilidad.
En las instituciones de salud, es necesario respetar las creencias, valores y decisiones de los pacientes en todo momento y capacitar en la teoría del cuidado transpersonal de Watson, destacando los Caritas Veritas para las intervenciones de enfermería. De igual forma, para la educación, se propone desarrollar cursos en el pregrado sobre espiritualidad para fortalecer la formación en el cuidado espiritual y desarrollar material didáctico-ilustrativo para estudiantes de enfermería e instituciones, basados en el estudio.
El estudio no estuvo exento de limitaciones, como el tiempo limitado de las enfermeras para completar la guía de entrevista y la dificultad para encontrar artículos locales sobre el tema. Además, en todas las entrevistas participaron solo mujeres, por lo que se sugiere que en futu ras investigaciones se incluya a personal de salud de ambos sexos.
CONCLUSIONES
La categoría "Bases de Caritas Veritas" describe el cuidado espiritual en enfermería como respeto por las creencias y valores del paciente, proporcionando confianza y empatía; incluye compromiso afectivo, acompañamiento y responsabilidad, aliviando la desesperanza y brindando tranquilidad física y psicoemocional. Este cuidado espiritual considera la diversidad cultural y la conexión con Dios, satisfaciendo necesidades espirituales y mejorando diagnósticos e intervenciones. La subcategoría, respeto por las creencias y valores destaca la tolerancia en el cuidado, cumpliendo con el código de ética del Colegio de Enfermeros del Perú y mejorando la interacción enfermera-paciente al aliviar el dolor físico y espiritual, en línea con la segunda Carita Verita de Watson sobre estar auténticamente presente y respetar las creencias religiosas.
En la segunda categoría "Prácticas del cuidado espiritual", los enfermeros demuestran sensibilidad, compromiso, respeto y paciencia; fomentan la ayuda-confianza y las prácticas de amor y bondad con los pacientes, siendo empáticos, amables y comunicativos, así como el escuchar y orar por la recuperación de ellos, ayudándoles a enfrentar su enfermedad y fortaleciendo su fe. La comunicación es crucial, beneficiando a ambos, paciente y enfermera, según la cuarta Carita Verita "relación de ayuda-confianza". Las prácticas de amor y bondad incluyen contacto visual, verbal y gestual, promoviendo la tranquilidad y paz interior del paciente, en línea con la primera Carita Verita de Watson "práctica del amor-bondad, la compasión y la ecuanimidad" y las resonancias del cuidado de Boff.
Los profesionales de enfermería brindan el cuidado espiritual desde caritas-veritas de Watson en las áreas de hospitalización y emergencia, donde cada una reconoce que está presente este cuidado en las intervenciones que realizan, pero en corto tiempo. El cuidado espiritual es a través del contacto visual, verbal y gestual, demostrando que tanto la escucha activa como el buen trato son la conexión con el paciente. Lo anterior, es a través del intercambio de palabras, frases o ideas para conocer, comprender, fortalecer su salud y brindar un equilibrio entre la paz interior y el ser superior. Por tal motivo, las licenciadas concluyen que es importante el cuidado espiritual en su quehacer, respetando y reconociendo la religión, costumbres, valores y el amor a Dios, al propio y al de los demás