INTRODUCCIÓN
La promoción de salud es el proceso que permite a las personas, de manera individual y colectiva, aumentar el control de la salud y sus determinantes1. La inactividad, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la mala alimentación han sido los principales factores conductuales que contribuyen a la aparición de las enfermedades no transmisibles (ENT). Según la Organización Mundial de la Salud, 41 millones de personas mueren al año por estas enfermedades, el 77% de estas muertes se concentran en países de bajo y mediano ingreso, representando las ENT el 80% de las muertes prematuras2.
Según el Modelo de Promoción de la Salud (MPS) propuesto por Nola J. Pender, el énfasis debe centrarse en el empoderamiento de las personas para lograr un buen estado de salud, y considera no sólo a la nutrición y la actividad física como estilos de vida sino a otras dimensiones como responsabilidad sanitaria, manejo del estrés, relaciones interpersonales y actualización3.
El MPS debería ser considerado en la adolescencia y la juventud porque es en estas etapas donde se adoptan conductas de salud que se mantendrán durante el transcurso de la vida. Los estudiantes de educación superior se encuentran en esta transición de crecimiento y desarrollo que une la adolescencia y la edad adulta joven y muestran precisamente muchos cambios rápidos en el cuerpo, la mente y su entorno social4. El reconocimiento temprano de los estilos de vida no saludables podría ayudar a evitar la utilización de la atención médica y los costos asociados con las ENT, sin embargo, por ser una población joven sin afecciones tienen poca conciencia de prevenir estas enfermedades5.
Un estudio realizado en Australia evidenció que los estudiantes de educación superior tuvieron conductas de estilo de vida poco saludables en la nutrición (89,50%), el 50,30% consumió excesivamente alcohol a lo largo de la vida y el 38,10% no realizó actividad física6. En Ecuador un estudio indicó que gran parte de los estudiantes comen sin un horario fijo y consumen alimentos poco saludables, no practican regularmente actividad física, no descansan adecuadamente y tienen un alto consumo de alcohol, de tabaco y otras drogas7. En algunas investigaciones realizadas en Perú se observa que los estudiantes tienen estilos de vida no saludables8,9, incluso los que llevan una carrera en salud presentan esta tendencia10.
Nola Pender indicó que para comprender las conductas promotoras de la salud es necesario identificar a los factores personales (biológicos, psicológicos y socioculturales)3. Algunos de los factores identificados son la edad, debido a que los estudiantes que tienen estilos de vida poco saludables son los más jóvenes11; también aquellos que tienen desigualdades sociales y educativas como quienes declaran bajos ingresos económicos, quienes viven lejos de la ciudad12, aquellos con un bajo rendimiento académico13 y que no cuentan con un seguro de salud14,15. En Perú, actualmente, existen seguros privados con coberturas distintas y seguros del Estado, entre los más utilizados están el Seguro Integral de Salud (SIS) y EsSalud16. Cabe señalar que las personas aseguradas con SIS (seguro para personas en situación de pobreza y pobreza extrema) tienden a estar insatisfechas con la atención en salud debido a las aglomeraciones poblacionales o a la gran demanda de pacientes17.
En Perú existe poca evidencia disponible de la población de estudiantes de educación superior pública y que viven fuera de la ciudad o Lima provincia. Por otra parte, muchos problemas de salud y discapacidades pueden ser evitados si las conductas de riesgo para la salud se identifican y modifican en una etapa temprana de la vida. Por lo tanto, el objetivo de este estudio se enfoca en analizar el estilo de vida que promueve la salud y factores personales asociados, en estudiantes de educación superior pertenecientes al distrito de Lurigancho (Lima-Perú).
MATERIAL Y MÉTODO
Tipo de estudio: El diseño del presente estudio fue observacional, transversal, analítico y con un enfoque cuantitativo.
Población y muestra: La muestra estuvo conformada por 320 estudiantes matriculados en el primer semestre del año 2023 de una población de 528. El análisis estadístico mostró que la prevalencia de los expuestos fue 63% y la prevalencia de los no expuestos fue 41% obteniendo una potencia estadística de 86,06% siendo un buen indicador18. Se incluyeron a los estudiantes de todos los ciclos, carreras y de ambos turnos (diurno y nocturno) de un instituto tecnológico público ubicado en Lurigancho-Chosica, uno de los distritos que conforman la provincia de Lima. Se excluyeron a los estudiantes que no llenaron completamente los instrumentos, siendo un muestreo por conveniencia.
Recolección de datos: El estilo de vida fue medido a través del cuestionario de perfil de estilo de vida promoción de salud (PEPS-I). Este instrumento, creado por Nola Pender et al. (1996), permite investigar patrones y determinantes del estilo de vida que promueve la salud. Ha sido validado internacionalmente en idioma inglés y tiene una confiabilidad alta puesto que tiene un alfa de Cronbach de 0,92 y para las subescalas un alfa entre 0,70 y 0,9019. En la versión en español obtuvo un coeficiente de alfa de Cronbach de 0,93 y para las subescalas entre 0,70 y 0,87 siendo también altas20. Actualmente este instrumento es utilizado en múltiples investigaciones en población edad adulta y estudiantes de educación superior a nivel mundial, Latinoamérica y Perú21. El cuestionario está integrado por 48 ítems con una escala de cuatro respuestas: nunca (1); a veces (2); frecuentemente (3) y rutinariamente (4) y están distribuidas en seis dimensiones: nutrición (6 ítems), ejercicio físico (5 ítems), responsabilidad en salud (10 ítems), manejo del estrés (7 ítems), soporte interpersonal (7 ítems) y autoactualización (13 ítems). En tanto el estilo de vida se clasificó por un cálculo de la media aritmética en dos categorías: saludable (121-192 puntos) y no saludable (48-120 puntos).
Respecto a la construcción de los factores personales, se consideró a los determinantes del modelo de promoción de la salud de Nola Pender para clasificarlos en biológicos, psicológicos y socioculturales22. En los factores biológicos se consideraron a la edad, sexo, enfermedad actual y antecedente patológico familiar. En cuanto a los factores psicológicos fueron: duración del sueño y tiempo de pantalla en el día (televisión, celular, computador o tablets). Referente a los factores socioculturales fueron: lugar en que reside, ocupación, seguro de salud, con quien vive y nivel socioeconómico que fue medido con la Escala de Graffar - Méndez Castellano, que clasifica en cuatro dimensiones a través de variables como la profesión del jefe de la familia, el nivel de instrucción de la madre, principal fuente de ingreso y las condiciones de alojamiento23. Los autores incluyeron otros grupos de factores que no fueron considerados específicamente en el modelo de Nola Pender, pero son muy importantes en una población estudiantil, éstos fueron los factores académicos entre los que se incluyeron programa académico, ciclo de estudio, turno y rendimiento académico. Este último factor tuvo valores de 0 a 20 correspondientes al promedio aritmético ponderado acumulado de las notas obtenidas en todos los cursos que el estudiante ha llevado, incluidos los reprobados. Finalmente, los factores conductuales incluidos en el estudio fueron consumo de tabaco y de alcohol.
Procedimiento: En primera instancia se pidió autorización al director del instituto. Posteriormente, se pidió permiso a los docentes de las diferentes carreras para ingresar a las aulas. La técnica de recolección fue a través de la encuesta y se les informó a los estudiantes sobre el consentimiento informado y luego se les entregó los cuestionarios autodirigidos.
Análisis de datos: Los cuestionarios auto-administrados que llenaron los estudiantes se analizaron con el paquete Stata versión 17 mediante frecuencias, medias y desviación estándar y pruebas de Chi-cuadrado y t de Student. Además, se empleó la razón de prevalencia (RP) para cuantificar la relación entre los factores biológicos, socioculturales y académicos con los estilos de vida. Posteriormente, se introdujeron al modelo multivariante de la Regresión de Poisson ajustado los factores que obtuvieron un valor p menor a 0,20. Para identificar los factores asociados al estilo de vida se considerarán valores significativos p< 0,05 e intervalos de confianza (IC) al 95%. Sólo los factores asociados significativamente en el análisis bivariado y después de verificar la bondad de ajuste mediante la prueba de Hosmer-Lemeshow, se consideraron en el análisis multivariado.
Aspectos éticos: La investigación fue aprobada por el Comité de Ética de Investigación en Salud (CEIS) institucional con N° Reg.: CE-1197. Antes de recolectar los datos se entregó a todos los estudiantes un consentimiento informado escrito y se les comunicó que la información sería anónima, protegida y utilizada para fines científicos de acuerdo con los principios éticos de investigación.
RESULTADOS
Características de los estudiantes: De los 320 participantes, la media de la edad en años de vida fue 24,41, mayoritariamente del sexo femenino (68,44%) y no presentaban una enfermedad actual (88,44%). El promedio de horas que declararon dormir al día fue 6,84 y las destinadas al uso de una pantalla durante el día fue 5,26. La mayor parte de ellos declaró una pobreza relativa (34,69%) o media (45%). Un 62,81% estudió y trabajó al mismo tiempo, 73,44% contó con un seguro integral de salud (SIS) que brinda el Estado, 31,88% estudió la carrera de Enfermería y 29,38% Administración y 56,88% estudió en el turno nocturno. El resto de la descripción de las variables se observa en la Tabla 1.
Estilos de vida de los estudiantes: En la Tabla 2 se evidencia que más de la mitad de todos los estudiantes tuvo estilos de vida no saludables (55%). Respecto a las dimensiones, un gran porcentaje de ellos tuvo un estilo de vida no saludable respecto a: nutrición (58,75%), ejercicio físico (81,56%), responsabilidad en salud (84,38%) y manejo del estrés (72,81%). Sin embargo, un grupo importante presentaron estilos de vida saludables respecto a las dimensiones soporte interpersonal (58,13%) y actualización (78,13%).
Tabla 1 Características de los estudiantes de un instituto tecnológico público, distrito Lurigancho-Chosica, provincia de Lima, Perú (n=320).

Tabla 2 Estilo de vida de los estudiantes de un instituto tecnológico público, distrito Lurigancho-Chosica, provincia de Lima, Perú (n=320).

Estilo de vida y factores relacionados: Los factores que se relacionaron significativamente con el estilo de vida fueron la edad, el nivel socioeconómico, el seguro de salud y el rendimiento académico (valor p < 0,05), el resto de las variables no resultaron significativas (Tabla 3). Sin embargo, en el análisis bivariado crudo se observa que el estilo de vida se asoció significativamente con los factores: edad (RP crudo: 1,02; IC 95%:1,01-1,03), tipo de seguro EsSalud (RP crudo: 2,83; IC 95%: 1,35-5,96) y privado (RP crudo: 3,89; IC 95%: 1,75-8,61) y rendimiento académico (RP crudo: 1,14; IC 95%: 1,03-1,25) (Tabla 3).
Tabla 3 Factores relacionados al estilo de vida que promueven la salud de los estudiantes de un instituto tecnológico público, distrito Lurigancho-Chosica, provincia de Lima, Perú (n=320).

En el análisis multivariado o ajustado se utilizó el modelo de Regresión de Poisson ajustado para las variables que según la prueba de Hosmer-Lemeshow se obtuvo un p-valor de 0,30. Los estudiantes con más años de vida (RPa: 1,02), con un tipo de seguro privado (RPa: 3,49) y con un mayor rendimiento académico (RPa: 1,15) tuvieron más posibilidades de tener estilos de vida saludables (Tabla 4).
DISCUSIÓN
Un hallazgo importante del estudio es que más de la mitad de todos los participantes tiene un estilo de vida no saludable tal como en otro estudio citado6, específicamente en la dimensión nutrición. Aunque no existe un estudio similar en la región peruana, este hallazgo concuerda a una investigación realizada en un Instituto Superior de Quito-Ecuador, cuyos estudiantes consumen a veces las tres comidas básicas del día, consumen habitualmente bebidas azucaradas y tienen un insuficiente consumo de frutas y vegetales7. Una explicación podría estar relacionada con el hecho de que a los estudiantes no les gusta restringirse del consumo de comidas rápidas y bebidas artificiales y no piensan en las consecuencias negativas de una mala alimentación a futuro5. Otro motivo posible es que el domicilio está lejos de la ciudad universitaria y, por ende, el estudiante consume alimentos no saludables que venden cerca del lugar o en la misma universidad24. Los estudiantes que no estudian una carrera en salud tienen poco conocimiento sobre los alimentos saludables y una parte de ellos no cuenta con dinero suficiente para adquirirlos25.
Una gran parte de los estudiantes tuvo un estilo no saludable respecto a las dimensiones: responsabilidad en salud26, manejo de estrés y ejercicio físico. El hallazgo concuerda con investigaciones realizadas en Perú y Brasil que evidencian que los estudiantes no realizan actividad física7,27. Una explicación de este hallazgo es que en su malla curricular sólo cuentan con un curso de educación física, también está vinculada a la inexistencia de entornos físicos en las propias casas de estudios y en tiempos de ocio prefieren salir a pasear con personas cercanas, y, en otros casos, no tienen tiempo para ejercitarse porque estudian y trabajan al mismo tiempo25. Cabe destacar que gran parte de los participantes del estudio pasan más de cinco horas al día en la pantalla, lo que promueve una vida sedentaria. En cuanto al manejo del estrés, esta investigación presenta un 72,81 de estudiantes que tienen un mal manejo, resultado que coincide con un estudio realizado en estudiantes universitarios de Argentina, quienes obtuvieron en este ítem la peor valoración debido a las exigencias académicas y carga laboral que contribuyen a disponer de poco tiempo para acudir a una consulta con un médico así como para realizar actividad física28.
Referente a las dimensiones soporte interpersonal y autoactualización los estudiantes tuvieron estilos de vida saludables. En una investigación realizada en Chile se observa que los estudiantes tuvieron una puntuación alta sobre la dimensión relaciones interpersonales, debido al aumento de amistades que conocen dentro de la universidad26. Es importante resaltar que los participantes del estudio no poseen estilos de vida saludables en varias dimensiones por diferentes factores, pero tienen una actualización saludable pese a que un gran grupo de ellos posee un nivel socioeconómico inferior y postulan para ingresar a un instituto superior público que les permite crecer profesionalmente.
En el análisis multivariado se evidencia que el factor biológico: edad se asoció con estilos de vida. Investigaciones realizadas en Colombia11, España29 y Bélgica30 demuestran similar hallazgo y la razón es debido a que los más jóvenes tienen más posibilidad de tener estilo de vida no saludable y hábitos nocivos11.
Otro factor que se asoció al estilo de vida fue el seguro de salud, una variable sobre la que existe poca evidencia, sin embargo, investigaciones previas mencionan que la adquisición de un seguro de salud es importante para la salud de los estudiantes y que debe ser promovido en los diferentes programas educativos de nivel superior público o privado14,15. En una investigación realizada en Perú, las mujeres que contaban con un seguro de salud privado tuvieron un mayor acceso a la atención sanitaria en comparación de las que tienen SIS o no cuentan con un seguro, esto se debe a las desigualdades que existen aún en el Perú y otros países respecto a los tipos de seguros de salud y la atención sanitaria, teniendo las personas con ingresos bajos una cobertura de salud limitada, desventaja que se acrecienta porque no pueden pagar los copagos que conlleva el tener acceso a un seguro privado31.
Finalmente, el factor rendimiento académico guarda relación con los estilos de vida, resultado que coincide con investigaciones realizadas en Colombia13 y Perú9. Los motivos que mencionan estos estudios sobre esta asociación se deben a que una alimentación saludable se vincula con menos problemas de aprendizaje y, por ende, mejora el rendimiento académico. Asimismo, la actividad física aumenta la concentración de los estudiantes y, por ende, el rendimiento académico. Estudios revelan que cuando se es disciplinado y responsable de sus estilos de vida también se es en otro ámbito como el académico9,13.
Entre las limitaciones del presente estudio se encuentran que la muestra no es representativa de todos los estudiantes de educación superior que habitan en la ciudad de Lima debido a su conformación. En esta misma línea, existen posibles sesgos de respuesta en los instrumentos al responderlos de manera autodirigida. No obstante, esta investigación puede servir como modelo para futuros estudios con muestras más grandes y que incluyan otras variables como las creencias y la conducta previa de la salud y los conocimientos sobre los beneficios y las barreras de las conductas de la salud.
CONCLUSIONES
Se concluye que más de la mitad de los estudiantes no tiene un estilo de vida saludable, específicamente en las dimensiones nutrición, ejercicio físico, responsabilidad y manejo del estrés. Referente a los factores personales asociados, a partir del análisis multivariado, se relacionan la edad, el seguro de salud y el rendimiento académico. Ante estos hallazgos se recomienda que el profesional de enfermería en conjunto con las autoridades de las instituciones superiores tenga en cuenta los factores personales de los estudiantes para adoptar estrategias efectivas según sus necesidades y promover entornos físicos saludables en la comunidad educativa y mejorar las conductas en salud