INTRODUCCIÓN
Las especies de la familia Chrysopidae son los insectos más abundantes del orden Neuroptera (Penny, 2002). Brooks y Barnard (1990) citaron cerca de 1200 especies y subespecies reconocidas, clasificadas en 86 géneros y subgéneros. Está considerada como una de las familias de entomófagos más importantes del orden Neuroptera, debido a que 15 géneros presentan especies con potencial como agentes de control biológico (New, 2001). Las larvas de todas las especies y los adultos de algunos géneros son depredadores y se alimentan de una amplia variedad de insectos fitófagos tales como áfidos (Hemiptera: Aphididae), cóccidos (Hemiptera: Coccidae), mosquitas blancas (Hemiptera: Aleyrodidae) y otros insectos de cuerpo blando que se localizan en el follaje. Por esta razón, algunas especies se reproducen actualmente de manera masiva y se utilizan exitosamente para el control biológico de plagas agrícolas (Penny, 2002).
Dentro de la familia Chrysopidae se encuentra Ceraeochrysa valida (Banks) (Neuroptera: Chrysopidae), considerado un depredador generalista (Winterton y Makarkin, 2010) y cuya distribución en diferentes estados de la república mexicana (Valencia et al., 2006; Cortez-Mondaca et al., 2011; Córdoba-Urtiz et al., 2014) hacen suponer que tiene gran potencial para ser incluido en programas de control biológico (Palomares-Pérez et al., 2016), ya sea por aumento o conservación. Estudios de laboratorio indican que es capaz de alimentarse hasta de 100 ninfas de Diaphorina citri Kuwayama 1908, (Hemiptera: Liviidae) en 24 h (Cortez-Mondaca et al., 2011), plaga considerada como la más importante de los cítricos debido a que transmite la bacteria Candidatus Liberibacter sp. (Martínez y Wallace, 1967; Bové, 2006) responsable de la enfermedad Huanglongbing (HLB) (Huang et al., 1984; Bové, 2006) y causante de la muerte de millones de árboles en el mundo (Halbert y Manjunath, 2004;
Actualmente, el área de Insectos Entomófagos del Centro Nacional de Referencia de Control Biológico (IE-CNRCB) se encuentra desarrollando y validando alternativas que involucran la producción y uso de C. valida como uno de los depredadores con gran potencial para ser utilizado en el control biológico de diversas plagas agrícolas (Tauber et al., 2000).
De todos los factores ambientales, el que ejerce un efecto mayor sobre el desarrollo de los insectos es probablemente, la temperatura. Ello se debe principalmente a su importante incidencia sobre los procesos bioquímicos (Wagner et al., 1984). Por lo tanto, no es extraño utilizar la temperatura y su influencia sobre el tiempo de desarrollo de los insectos. De acuerdo a esto, el presente trabajo tuvo como objetivo evaluar la influencia de la temperatura a 30°C en el ciclo biológico y producción masiva de huevos de C. valida, con la finalidad de acortar el ciclo y producir mayor cantidad de individuos en el menor tiempo posible.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se utilizaron cámaras bioclimáticas contro ladas a 30°C ± 1, manteniendo condiciones fijas de 60 a 65% HR y 14:10 (L:O). La temperatura de 25°C utilizada en la producción de crisopidos del laboratorio de IE-CNRCB se consideró como tes tigo.
El trabajo se realizó en el laboratorio de IE-CN-RCB, ubicado en la ciudad de Tecomán, Coli ma, México (18°55'37,62'' N; 103°53'01,45''O; 45 m.s.n.m.).
Ciclo de vida: Con un microscopio estereoscópico se seleccionaron del pie de cría del laboratorio de IE-CNRCB 100 huevos de C. valida con 24 h de edad. Se colocaron con un pincel de cerdas finas en cajas de Petri de plástico de 5 cm de diámetro. Los huevos se observaron diariamente y una vez que eclosionaron a larva I se registró y se estableció como la duración del periodo de incubación.
Para comprobar el periodo larval, las larvas recién emergidas se tranfirieron individualmente a cajas de Petri de 5 cm de diámetro y se alimentaron hasta completar su ciclo con huevos de Sitotroga cerealella (Oliver) (Lepidoptera: Gelechiidae). La duración de cada ínstar se registró mediante el tamaño de la larva y la presencia de la exuvia.
El estado de pupa se estableció cuando se observó la presencia del cocón y culminó con la emergencia del adulto.
Una vez que emergió el adulto, este se trasladó y se observó hasta su muerte en vasos de unicel de 8 cm de diámetro por 6 cm de alto. Para facilitar la aireación y evitar la fuga del insecto, en la tapa superior se hizo una abertura de 4 cm de diámetro que se cubrió con tela de organza.
Además en la parte lateral inferior se realizó una perforación de 1,5 cm de diámetro, la cual se tapó con algodón y se humedeció diariamente para suministrar agua al adulto. En el interior del vaso se colocó un trozo de papel bond de 1,5 x 2 cm impregnado con dieta artificial (miel, levadura de cerveza, polen, ácido ascórbico y espirulina) como alimento.
El análisis de la duración del ciclo biológico se estimó con la comparación de la media y error estándar (Ott, 1993) del testigo.
Producción de huevos: Se utilizaron cilindros de PVC de 24,5 cm de diámetro por 30 cm de alto. Se cubrieron con tela mosquitera (Tela mosquitera de plástico verde en bobina surtek Hm4) en ambos extremos y se colocaron a razón 1:1 (♀:♂) 200 adultos de la misma edad de C. valida. Los adultos se alimentaron cada tercer día con la dieta artificial antes mencionada colocada a lo largo de una regla de plástico de 30 cm de largo por 3 cm de ancho y ubicada de forma inclinada en el interior de los cilindros. Para abastecer de agua a los insectos, en la parte superior externa se colocó diariamente algodón húmedo.
Como sustrato de oviposición se forró el interior de los cilindros con cartulina negra de 80 cm de largo por 30 cm de alto, la cual se retiraba y sustituía diariamente por uno nuevo. Con la ayuda de tijeras de punta fina, los huevos colocados en la cartulina se recortaron por el pedicelo.
El registro de la cantidad de huevos se realizó pesándolos en forma conjunta en una báscula de precisión (Precisa Gravimetric AG Dietikon, Switzerlan XT220A). La equivalencia de huevos por gramo se registró mediante el conteo del número de huevos en un gramo (3600 huevos g-1).
El análisis estadístico para comparar la producción de huevos se realizó con una prueba t-student y al no ajustarse los datos a los supuestos de normalidad, estos fueron sometidos a una prueba no paramétrica utilizando el programa estadístico SAS 9.2 (2008).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La duración del ciclo biológico de huevo hasta la emergencia del adulto a 30°C fue de 26,3 ± 0,5 días, con un rango de 25 a 29 días. Del total de individuos evaluados, 76 insectos alcanzaron el estado adulto; 41 fueron hembras y 35 machos, cuyo ciclo biológico se completó a los 27,9 y 24,6 días, respectivamente. El huevo eclosionó en promedio en 4,1 ± 0,06 días, el estado larval tuvo en promedio una duración de 11,6 ± 0,34 días, donde LIII con 4,5 ± 0,12 días es el instar más prolongado. La pupa por su parte presentó una longevidad de 10,6 ± 0,18 días.
El testigo completó su ciclo biológico a los 36,2 ± 01,68 días, con un rango de 34 a 41. Se registraron 68 insectos que completaron su ciclo hasta la emergencia del adulto; de los cuales 30 fueron hembras y 38 machos, y su ciclo biológico comprendió 36,6 y 35,7 días, respectivamente. El huevo eclosionó en promedio a los 5,6 ± 0,13 días, y el instar larval que duró más tiempo fue larva III con 5,13 ± 0,048 días. El estado de pupa duró 14,26 ± 0,43 días.
En comparación con el testigo, el análisis de las medias indica que el ciclo biológico de C. valida a 30°C redujo su longevidad 9,93 ± 1,1 días de huevo a la emergencia del adulto. La larva II con 2,3 ± 0,21días es la de mayor reducción. En condiciones controladas de 24 ± 2°C, HR de 60 65% y alimentado con ninfas de D. citri,Pacheco-Rueda et al. (2013) obtuvieron un ciclo biológico de C. valida de huevo a adulto de 35 días, dato que coincide con el testigo pero que difiere con el tratamiento a 30°C.
En estudios realizados con otra especie de Crysopidos, Khan et al. (2012) y Nadeen et al. (2012) indican que la tasa de desarrollo de Chrysoperla carnea (Stephens) disminuye gradualmente con el aumento de la temperatura. Autores como Venzon y Carvalho (1993) observaron que Ceraeochrysa cubana (Hagen) (Neuroptera: Chrysopidae) decrece su desarrollo larval cuando se eleva la temperatura.
Producción de huevos. La producción de huevos no se ajustó a los supuestos de normalidad como lo expresa el estadístico Kolmogorov-Smirnov (p < 0,0357), por lo tanto estos se sometieron a una prueba de tendencia central no paramétrica de Wilcoxon-Mann-Whitney (Siegel y Castellan, 1995). El paquete estadístico SAS detectó que la variable temperatura tiene dos niveles, por lo que se realizaron tres pruebas: prueba de Wilconxon (Pr > z = 0,3106; Pr > Izl = 0,6212), prueba t aproximada (Pr > z = 0,3114; Pr > Izl = 0,6228) y prueba de Kruskall-Wallis (Pr > chi-cuadrado = 0,6171). Estas pruebas indicaron que no existe diferencia estadística entre la población a 30°C con una producción de huevo de 1,54 ± 0,02 gr (5561,22 huevos) y el testigo con 1,36 ± 0,01 gr (4924,82 huevos).
En la Fig. 1 se observa que en los primeros 20 días, la producción de huevos a 30°C es superior numericamente al testigo, dato que indica que al aumentar la temperatura, aumentó la oviposición de 200 individuos. Esto se debe a que el periodo de preoviposición se acortó de 1 a 2 días.
Con un total de 39,93 ± 4,33 días para lapoblación a 30°C y 47,80 ± 4,29 para el testigo, la prueba de t con un α = 0,05 indica que no existe diferencia estadística en la longevidad entre ambas poblaciones (t-value = 0,16; Pr > 0,8781).

Fig. 1 Producción de huevo (mg) de C. valida a 25°C y 30°C en el laboratorio de entomófagos del Centro Nacional de Referencia de Control Biológico (CNRCB). Fig. 1. Egg production (mg) of C. validated at 25°C and 30°C in the entomophagous laboratory of the Centro Nacional de Referencia de Control Biológico (CNRCB).