SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número64EL PODER MORTAL DE LA FOTOGRAFÍA EN "EL INFIERNO TAN TEMIDO" (1957) DE JUAN CARLOS ONETTIEl espejo empañado. Sobre el realismo y el testimonio (desde la literatura hispanoamericana). índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Acta literaria

versión On-line ISSN 0717-6848

Acta lit.  no.64 Concepción  2022

http://dx.doi.org/10.29393/al64-7csrp10007 

ARTÍCULO

LA CONEXIÓN DEL SIGNIFICADO DE RAZÓN POÉTICA CON EL POSTULADO ESTÉTICO-HEURÍSTICO NERUDIANO DEL CANTO GENERAL

THE CONNECTION OF THE MEANING OF POETIC REASON WITH THE NERUDIAN AESTHETIC-HEURISTIC POSTULATE OF CANTO GENERAL

Rodrigo Pulgar Castro1 

1Universidad de Concepción. Departamento de Filosofía. Concepción Chilerpulgar@udec.cl

RESUMEN

Resumen: A fin de lograr interpretar el sentido de las preguntas en el contexto de intención narrativa declarado en el Canto General que es: "(...) contar la historia" (Amor América), se dialoga con la fórmula de razón poética sostenida por María Zambrano. Así, planteamos que el carácter de la obra poética a partir de un reconocimiento del valor epistémico de la pregunta, se despliega como lugar posible de leer filosóficamente, lo cual no significa que el Canto General sea un texto filosófico, sino espacio abierto a la reflexión para develar significantes antropológicas y culturales.

Palabras clave: filosofía y literatura; razón poética; hermenéutica filosófica

ABSTRACT

Abstract: In order to interpret the meaning of the questions in the context of narrative intention stated in the Canto General which is: "(...) tell the story" (Amor América), it dialogues with the formula of poetic reason held by María Zambrano. Thus, we propose that the character of the poetic work from a recognition of the epistemic value of the question, unfolds as a possible place to read philosophically, which does not mean that the Canto General is a philosophical text, but space open to reflection to reveal anthropological and cultural signifiers.

Keywords: philosophy and literature; poetic reason; philosophical hermeneutic

"Yo te interrogo, sal de los caminos,/ muéstrame la cuchara, déjame, arquitectura,/roer con un palito los estambres de piedra,/subir todos los escalones de aire hasta el vacío,/ rascar la entraña hasta tocar el hombre" (Poema X).

Introducción: La posibilidad filosófica de la literatura

Una de las tareas de la filosofía es significar un hecho descubriendo en proceso una nota concluyente de distinción ontológica; en resumen: su entidad. Sabido es que asumir un hecho implica significarlo, y para lograrlo se aplican criterios axiológicos como es el valor de utilidad. Lo cierto es que el juego axiológico es sobre el suceso mismo, la circunstancia en donde se presenta, y toca a quien realiza la función filosófica. Éste, en efecto, se resignifica en la dinámica axiológica, vinculándose así a un modo de operar de carácter epistémico que se atreve con materias dispares. En esta episteme entran temas de investigación que no en pocas ocasiones sigue lo canonizado por épocas y autores fundacionales. Mas lo central es comprender que toda investigación lo es en asuntos que despiertan curiosidad, y esto ocurre con la literatura en la medida que presenta situaciones como, por ejemplo, dilemas de la relación persona sociedad e historia.

Si el ejercicio filosófico es analizar, describir e interpretar la relación persona-realidad, no existe a priori veto alguno a buscar luces en un campo de creación como es la literatura; especialmente, cuando se tratan formas de existencia, realidades socio-políticas. Los argumentos a favor de la posibilidad de pedir a la literatura están ahí en esas narraciones. Argumentos a favor están en la misma historia del pensamiento, véase simplemente la pauta presente en Historia de la relación filosofía-literatura en sus textos. Sugerencias para el ejercicio e invención de nuevos pensamientos, editado en Suplementos. Materiales de trabajo intelectual, mayo 1992, No 32, monografías temáticas, o, por mencionar unas, las obras de Enrique Lynch Filosofía y/o literatura. Identidad y/o diferencia (2007), María Zambrano Filosofía y poesía (2001); Martha Nussbaum con Love's Knowledge (1992) que en castellano se tradujo por El conocimiento del amor. Ensayos sobre filosofía y literatura (2005).

1. Un ejemplo de la posibilidad de la literatura: La propuesta de valor filosófico del Canto General (CG)

Sabido es que un texto escrito es capaz de representar la relación persona-realidad, y una obra como el Canto General (CG), por su estructura y contenido, facilita datos suficientes para interpretar la relación. Neruda lo deja entrever al identificar su objetivo en Amor América: "Yo estoy aquí para contar la historia", propósito que lo aproxima en cierta medida a la tarea filosófica, en particular, a la filosofía de la historia en cuanto es ella: "una interpretación sistemática de la Historia Universal de acuerdo con un principio según el cual los acontecimientos históricos se unifican en su sucesión y se dirigen hacia un significado fundamental" (Lõwith, 1958: 10). Según este patrón, en la tarea poética del CG existe materia suficiente para dar curso a una filosofía de la historia, además que en él se hace realidad la idea de Ricoeur que "la memoria es del pasado" (2010: 33). Así declarado el CG como lugar de memoria para descubrir el significante de la relación entre persona y realidad en el espacio Latinoamericano, la hipótesis es que al interior del CG ocurre la acción de interrogar, la cual es entendida como una operación que guía todo el proceso de develamiento de los factores propios de una historia socio-cultural con sus expresiones humanas y territoriales1. El planteamiento consiste en revisar el texto desde el eje interrogativo para leer filosóficamente lo que el autor relata poéticamente a fin de cumplir el objetivo propuesto de ser cronista de la historia.

Partimos del principio de que la literatura tiene un valor epistémico relacionado con la utilidad hermenéutica, al momento que hace posible dar cabida y validez a un despliegue plural de sentidos. Se trata, por cierto, de una situación que responde a la variable primaria del acto de interpretar: escalas ascendentes que van revelando de manera secuencial significados diversos y complementarios. Secuencialmente, consiste en una realidad puesta por la hermenéutica que implica reconocer que en ningún momento se logra plena respuesta a la interrogante sobre el sentido final de la obra. Jean Grondin retrata tal condición al transcribir un diálogo con Gadamer. En lo medular dice: "La universalidad -continuó- se encuentra en el lenguaje interior, en el hecho de que no se pueda decir todo. No se puede expresar todo lo que hay en el alma" (Grondin, 1999: 15); por tanto, interpretación inconclusa, nunca acabada. Hay que observar en la respuesta de Gadamer a Grondin, la presencia de una realidad de facto asociada a los tiempos de lectura al cual el texto se ve enfrentado: la del narrador y la del tiempo del texto mismo que tiene su propia historia. Esto configura aquel punto nodal que consiste en aceptar la posibilidad de revelar el significado del tiempo original de redacción. En fin, clave temporal vista a modo de variable a la cual todo texto está dinámicamente atado. Agréguese a lo anterior el tiempo del lector con su propia temporalidad que perfectamente puede modificar los sentidos comprensivos, sus grados de profundidad interpretativa, distancias y aproximaciones, dependiendo de las maneras con que cada percepción se enfrenta al relato.

Ante el hecho evidente de la pregunta, y desde una opción epistémica que obedece al interés de ir más allá del análisis descriptivo para lograr una comprensión interna de la obra -verdadero propósito hermenéutico-, se recurre a la fórmula de razón poética que propone María Zambrano. Su elección se justifica al ser "razón integradora poética, concebida como método de conocimiento y como razón práctica" (Bungard, 2002: 27)2. Forma de razón que se ajusta bien al propósito de mostrar el sentido de la propuesta poética nerudiana llevada a terreno en el CG, obra que se convierte para nosotros en terreno de prueba para señalar la plausibilidad de la razón poética como fondo que conduce el acto poético. Acto interpretativo apoyado en el entendido de que la forma de razón indicada por Zambrano tiene significado como método al poseer la condición de ser: "La luz que posibilita la visión y la revelación de lo humano" (Revilla, 2005: 188), por tanto:

(...) no es, como Jesús Moreno ha indicado, 'lisa como espada, sino curvatura de luz y tiempo, un descender y curvarse en todo recoveco oscuro', y permite transitar desde la oscuridad padecida en las entrañas a la luz del pensamiento. Es este tránsito el que opera la "razón poética", cuando rescatando el logos sumergido que discurre por las entrañas, recaba del "fondo creador de la memoria" el principio que hace de ella una razón germinante. (Revilla, 2005: 188)

Todo el interés puesto en comprender el sentido de la interrogante al interior de una obra como el CG, y hacerlo desde un método como el de la razón poética, va de la mano con la necesidad de señalar el valor gnoseológico-epistémico de la literatura. Con ello, la filosofía puede echar mano a la pregunta queriéndola como un recurso creativo; recurso que revela la obra actuando dinámicamente y dispuesta a un abanico de interpretaciones. Hay, en suma, un motivo subyacente al propósito de resignificar filosóficamente la obra literaria; motivo que consiste en poner en valor la pregunta por su utilidad hermenéutica tanto para el narrador poético como para el receptor. En este empeño, se plantea que la pregunta misma es cómplice en el proceso de convertir la obra poética en una invitación epistémica, condición identificable con la llamada por Zambrano razón poética.

Trazada la posibilidad filosófica de la obra literaria como lugar de búsqueda, se aborda la dialéctica de la relación entre persona y realidad. Re lación que, en el caso de Neruda, es el objetivo principal del acto poético y donde "contar la historia" como acto intencional, tributa al proceso de descubrimiento del significado de la realidad humana. En otros términos: la consistencia del acto poético se ordena al pensamiento en cuanto tiene valor como materia que la filosofía reconoce; verlo así, significa reconocer el texto desde la columna interrogativa que ofrece una posibilidad epistémica-comprensiva o de aproximación hermenéutica a los signos de la relación persona y realidad; lo cual tiene el efecto de posicionar la poesía como un mecanismo comprensivo, gracias a la presencia de una interrogante que se resuelve en la acción humana, pues tal como dice Ricoeur: "El primer paso de lo teórico a lo práctico está al alcance de la mano, en la medida en que lo que ciertas ficciones reescriben es precisamente la acción humana" (2006: 205).

La pregunta, al actuar como mecanismo hermenéutico, confluye en un proceso que hace de la pregunta misma una respuesta afirmativa al postulado que: "la literatura constituye un proceso recreador, y ha de ser pensada y analizada con categorías y esquemas mentales dinámicos" (López Quintas, 1993: 132-33), asunto posible en "la medida que la interpretación ayude al lector" (Romo Feito, 2007: 102), ya que "contribuye a integrarle en lo que dice el texto, que es a lo que se llama fusión de horizontes" (id). En suma, la pregunta por ser hermenéuticamente funcional al objetivo de tener una mayor intelección del rumbo de la reflexión seguida en el CG, lleva a pensar que se está construyendo como obra en clave de razón poética, al construirse en un contexto que revela el hecho indicado por Heidegger, esto es que con "la directiva pregunta que interroga por el sentido del ser está la investigación ante la cuestión fundamental de la filosofía" (1991: 38); situación que, por cierto, valoriza la preocupación por dilucidar el rumbo y temáticas de las preguntas en una obra poética que reflexiona la realidad.

2. La condición epistémica-hermenéutica

El ejercicio de aprehensión del sentido de la pregunta poética encuentra su ruta intelectiva en la función primordial que es dar dirección a la intención narrativa, con ello se realiza la tarea filosófica que consiste en reconocer valor hermenéutico al escenario narrativo del CG. En el proceso que intenta dar cuenta de lo anterior, se sigue la idea de Martha Nussbaum sobre la presencia de un factor filosófico en el texto literario, tanto en la motivación del texto como en su desarrollo, pero -y por sobre todo- en cuanto producto cultural. En sentido estricto, Nussbaum refiere a la carga valorativa presente en el acto de escribir una novela, algo perfectamente aplicable a la poesía:

(...) en los términos de la vieja disputa la elección de escribir un drama trágico (o, ahora podemos decirlo, una novela) ya expresa cierta comprensión valorativa. Entre estos parece haber compromisos con la relevancia ética de los acontecimientos no controlados, el valor epistemológico de la emoción, la diversidad e inconmensurabilidad de las cosas importantes. Las obras literarias (...) no son instrumentos neutrales para la investigación de todas las concepciones. (2005: 65)

La filósofa norteamericana afirma el valor del texto literario como lugar de develamiento de dilemas éticos. Entre esta afirmación y la propuesta de razón poética hay sintonía, pues tanto en Nussbaum como en Zambrano se plantea la comprensión del ejercicio literario como lugar en donde se informa sobre cuestiones humanas. Nussbaum y Zambrano reconocen legitimidad a la valorización filosófica de la literatura; en esta línea -pensamos- el CG es una muestra de aquello al reunir la condición de obra abierta. En efecto, el CG se construiría como obra siguiendo el flujo de las preguntas que, por esta circunstancia, la expone al examen filosófico. Examen posible gracias al hecho que el acto de escribir es un acto de lectura, asunto que tonifica el circuito texto lector que Rosenblatt lo significa de este modo:

La obra literaria existe en el circuito vivo que se establece entre el lector y el texto: el lector infunde significados intelectuales y emocionales a la configuración de símbolos verbales, y esos símbolos canalizan sus pensamientos y sentimientos. De este proceso complejo emerge una experiencia imaginativa más o menos organizada. (2002: 51)

Siendo tal como lo plantea Rosenblatt, el circuito hermenéutico integrado por lector y texto habla sobre la capacidad comprensiva valorativa del autor como condición para la viabilidad epistémica del texto, siendo ella una exigencia solicitada por la razón poética para poder hacerse cargo de la dinámica que toda interpretación tiene. Así, y en propiedad de la comprensión valorativa -que, dicho sea de paso, es preocupación de la razón poética- se está frente a lo más característico del circuito hermenéutico, esto es: el factor polisémico de toda interpretación. Si la condición puesta por la razón poética es un asunto del juego hermenéutico, entonces tenemos que la base de sustentación se apoya precisamente en el supuesto de principio interpretativo que dice que la sola lectura del texto significa ya un paso, es decir, es ya obra reconstruida en el entendido de que "la reconstrucción tiene la tarea, entre otras, de fijar los lugares de indeterminación, en la obra correspondiente, estableciendo el campo de la variación de posibles compleciones" (Warning: 1989, 15), en donde por compleciones se entiende lugar que llena la obra. En sentido estricto, la compleción es un fenómeno reconstructivo llevado por el receptor en función de responder al desafío derivado de la indeterminación de todo texto, lo cual significa que, por la función reconstructiva, se revela una situación de carácter interpretativo dinámico dado en la lectura. De esta manera, la idea de la indeterminación de la obra torna verosímil la legitimidad de una tesis sobre la pregunta como mecanismo narrativo al interior del CG y, a su vez, la hipótesis que la pregunta es una vía de acceso para lograr en propiedad una adecuada aproximación intelectual sobre la intencionalidad que el poeta-autor pone en acción narrativamente, y que el lector, en cuanto intérprete, reconstruye en procura de hacerse de su sentido llenando, para tal efecto, los espacios de indeterminación propios de la dinámica escritural (no se olvida acá que la escritura en su primera forma es un acto de lectura). Con lo indicado se postula el valor del criterio hermenéutico asociado al preguntar mismo; al punto de sostener que la validez del postulado mismo está en que la pregunta facilita, al narrador como al receptor, experimentar lo que vendría a ser la problemática fundamental que subyace en el propósito poético, y que en Neruda se apoya en el objetivo narrativo indicado, es decir: "contar la historia".

Aceptada que la intencionalidad poética se ordena a narrar la historia, entonces el proceso desde sus inicios identifica el mecanismo epistémico como razón poética que, como una modalidad de la razón, se activa en el juego-constructivo literario desplegándose secuencialmente en dos vías: informar -el poema da cuenta de la historia- y, a la vez, mostrar-críticamente la realidad. Por estas vías es como la razón poética conduce el proceso interpretativo a partir de la pregunta, dando cauce a una reflexión poética de la realidad. Vista así, inevitablemente la acción de poetizar se establece válidamente como instancia de comunicación entre los distintos participantes del fenómeno poético: materia, narrador y receptor. De este modo, la dialéctica que lleva implícita toda pregunta es por excelencia intersubjetiva, cuestión que acontece en esos momentos en los cuales se descubre la materia de la narración y, en asociación, también el talante de quién asume el riesgo de la pregunta, lo cual construye un espacio o modo profundamente intersubjetivo. Pero, ¿qué resultado tiene este modo de ser intersubjetivo? Quizá simplemente el mostrar una necesidad derivada por la indeterminación que -se insiste- es una característica de toda situación narrada, vale decir: sujeta a interpretación por un receptor; condición de base para experimentar el propósito poético de descubrimiento del sentido de la historia.

Cuando se reconoce la pregunta como clave hermenéutica se asume que la pregunta es consustancial al texto, al serlo se convierte en condición interpretativa que resulta clave para aproximarse comprensivamente al problema de la existencia que, sabemos, es el fondo del propósito poético. Puesto el contexto interpretativo, la poesía logra resignificarse como aquel lugar que tiene la particularidad de cumplir la exigencia de un ejercicio reflexivo, ejercicio que cumple ahora la función de "llevar la filosofía a reencontrarse con la vida, hacerla alegre o beatífica" (Lynch, 2007: 22). El pensador argentino lo puede plantear sin dejo de duda alguna, ya que su teoría considera que el efecto del reencuentro entre ambos campos, tributa al desarrollo tanto de la filosofía como de la literatura; avance posible al momento que ocurre el movimiento de "abandonar el rígido patrón de la verdad" (id). Sabido es que esta posibilidad no es nueva, su antecedente se encuentra en el siglo XIX, tiempo en que "filósofos y poetas buscaban con ahínco renovar los lazos espirituales que antaño los unían y que habían quedado rotos tras la condena de los poetas y la función mimética de la poesía que Platón sanciona en el Libro X de República" (id). Lynch hace suya esta cuestión, y al hacerlo debe necesariamente recordar a renglón seguido que:

(...) la verdad fue desde el origen de la filosofía un signo de identidad del discurso filosófico y que, en cambio, la experiencia individual o las vicisitudes de los pueblos -esto es, la vida y las ilusiones que ésta conlleva- eran materia de relatos, narraciones de la historia y la literatura, un terreno en el que la verdad queda de hecho suspendida. (íd)

Recapitulando: tenemos que el carácter de las interrogantes en el caso del poeta y específicamente en el CG, es parte constitutiva de la hipótesis que apunta a lograr el develamiento del significante de las variables espacio y tiempo -por sobre todo el espacio-. Ambas tienen el poder efectivo para conocer la verdad por medio de la interrogante poética. El antecedente de este proceso lo entrega el mismo Neruda al momento de declarar en el CG el objetivo fundamental de la obra y, específicamente, cuando ejecuta una pregunta desde un lugar determinado. En efecto, el significado del acontecimiento que consiste en elevar una pregunta, descubre un espacio, de uno que mantiene una particular relación hermenéutica con el sujeto de la pregunta, al referir directamente a su situación de sujeto narrativo convocado a algo específico: "Yo, incásico del légamo,/ toqué la piedra y dije:/ Quién/ me espera?" (Amor américa (1440)); para enseguida manifestar su yo determinado -más sí en desarrollo- en una geografía nunca plenamente conocida: "Tierra mía sin nombre, sin América,/ estambre equinoccial, lanza de púrpura,/ tu aroma me trepó por las raíces/ hasta la copa que bebía, hasta la más delgada/ palabra aún no nacida de mi boca" (Amor América (1440)).

El panorama de intelección sobre la realidad humana es una posibilidad para la razón poética, especialmente si se trata de buscar comprender factores antropológicos y culturales en un contexto geográfico abierto, pues es a partir de esa realidad abierta a la interrogante, cuestión que ocurre en todo el proceso de búsqueda, que interesa intentar la identificación del espacio como criterio demarcatorio a fin de lograr el ejercicio epistémico seguida por la acción poética. Lo dicho significa aceptar el valor heurístico de la escenografía interrogativa, y para ello -se insiste- la razón poética es una buena ruta comprensiva tanto de la obra, de la materia, así como del sujeto narrativo. Así, y con ello ya en curso, se puede seguir la dirección de las preguntas en el desarrollo constructivo del texto, por tanto, de su proceso de armado según una teleología que se enmarca en el propósito de narrar la historia. Se trata de una teleología que otorga legitimidad al planteamiento de que se está frente a la posibilidad narrativa en el sentido de razón poética.

El texto transformado en obra por acción de un lector, alcanza rango de perspectiva interpretativa de hechos, cosas y personas. En este escenario de corte hermenéutico, se asume que las preguntas son puestas al servicio de un ejercicio comprensivo respecto de la finalidad del texto que es "hablar sobre asuntos humanos"; asunto posible al ser ellas las que articulan la narración llevando a la realidad el objetivo declarado en Amor América. Cuando sucede, es decir, cuando la pregunta actúa como llave que abre la senda comprensiva sobre el hacer humano, ésta dinamiza la acción narrativa posibilitando una reflexión poética respecto de la existencia. De esta manera, el ejercicio de preguntar arquitectura el desarrollo de un pensamiento poético capaz de satisfacer el objetivo nuclear propuesto por el poeta. En suma, con la pregunta como instrumento, se logra que avance construyéndose el pensar poético bajo la idea supuesta que todo lo que mueve el CG, consiste en revelar el sentido de lo humano en el acontecer histórico. En otros términos: el lugar de la pregunta al interior de la narrativa poética consiste intervenir en el proceso de descubrir -por causa epistémica continua- el fondo de preocupación existencial de la obra; esto significa que en la pregunta se da un modo hermenéutico tal como se puede conjeturar siguiendo los versos que lo proponen:

De dónde soy, me pregunto a veces, de dónde/ Diablos/vengo, qué día es hoy, qué pasa? (El corazón magallánico); Ay!, pero recuerdo, dónde están?, dónde están? (Terremoto); Dónde estoy? (El fugitivo); Qué alegría, Miguel!/ Tú me preguntas dónde estoy? (Carta a Miguel Otero Silva, en Caracas); Dónde estoy, me preguntan/ en otras tierras donde voy errante? (González Videla); Dónde estás, has perdido/ antiguo hermano, tu dureza dulce? (En los muros de México)

A esto hay que sumar el valor hermenéutico que caracteriza la pregunta que, en el específico del caso del CG, es producto de una inquietud respecto del yo vinculado al singular otro y al plural los otros; inquietud que determina la diversidad de contextos interrogativos desde un fondo de preocupación común que es el sentido del yo como su finalidad. Esta suerte de identidad entre contextos interrogativos se explica porque, en lo singular y en lo plural, importa la urgencia por hacerse comprensivamente del dato histórico a fin de lograr apropiarse del sentido de la existencia.

3. Tiempo y espacio

Junto con comprender las funciones propias de la pregunta, tanto como las causas que prueban su uso, aparece la conquista intelectiva del espacio y del tiempo; ambas tienen significante existencial, lo que exige reconocerlas y valorizarlas como variables antropológicas en un tejido hermenéutico. Ambas, por cierto, conforman el tejido epistémico y nuclear del proceso que descubre el significado interrogativo. Ambas, así entendidas, se comportan como categorías explicativas existenciales y, por ello, configurativas del pensamiento poético nerudiano. Las identificamos en el CG como articuladoras del proceso narrativo; y lo son, por el vínculo con la existencia del mismo modo como lo es la pregunta en su rol de vigilar el rumbo y alcance de la obra poética. Con las variables tiempo y espacio, resulta que las preguntas tienen mayor incidencia en la búsqueda comprensiva sobre el hacer humano, e importan si el propósito es obtener una mayor inteligencia sobre el sujeto. Un ejemplo -y de los más claros por su evidencia- lo conforman interrogantes como:

Qué era el hombre? En qué parte de su conversación abierta/ entre los almacenes y los silbidos, en cuál de sus movimientos/ metálicos/ vivía lo indestructible, lo imperecedero, la vida? (Poema II)

Con la cláusula hermenéutica armada desde las variables existenciales, y por el carácter interrogativo asociado a ellas, es sostenible la hipótesis que las dos preguntas del Poema II son expresiones de una perspectiva reflexiva que tiene en los inicios del CG definido el fondo de la tarea poética que es ser una crónica de la historia. Planteamos la idea, ya que claramente la fórmula intencional se viste de preguntas, y es en ellas donde encontramos la idea matriz de un pensar poético que determina, por causa epistémica, un método útil al deseo evocativo. Y, ¿cuál es éste? Se asume que la pregunta posee un talante capaz de situar, en el núcleo de la especulación poética, los sucesos humanos ocurridos en tiempos y lugares específicos.

La primera de las preguntas que el poema levanta: "Qué era el hombre?", pone al poeta en situación de observador, acto seguido, lo desafía a develar el significado del ser existencial al pedirle responder sobre su constitución humana. De esta manera, la pregunta opera como recurso hermenéutico dando inicio al juego interpretativo, pero también como articulador del objetivo nuclear del CG. Con ambas situaciones en juego, tenemos que la pregunta responde al hacer propio de la filosofía, desple gándose epistémicamente en apertura a una realidad de la cual pretende su inteligencia. La situación de apertura habla de un esfuerzo focalizado en resolver la identidad del sujeto enraizado, ya que la pregunta en tanto trazada pide, para obtener la respuesta buscada, de un horizonte compuesto de variables que afectan al sujeto mismo de la pregunta. De esta forma la pregunta desarrollada como llave epistémica, consigue activar la intención poética que consiste en responder por el sentido histórico que explica el ser de la persona.

Al asumir la conciencia interrogativa como móvil de la acción narrativa-poética sobre la historia, vemos al pasado significando el punto de conjunción de la posibilidad de explicar la existencia en el presente. Esta fórmula que resignifica la interrogante poética como razón poética, tiene efecto en la inteligencia del sentido de la existencia, además, no solamente denota el carácter heurístico del texto poético, es -y en cuanto ejercicio interrogativo- el mecanismo sobre el cual el texto funciona desde la óptica de un sujeto que no teme el contacto con la realidad. Existe en este ejercicio un proceso dialéctico que calza con la fórmula estética de una poesía sin pureza que lo acompaña desde Madrid (Bellini, 1993: 249); vale decir, de una que no desecha nada relacionado con la figura humana. Sabido es que, y en el caso particular de Neruda, una poesía sin pureza es una declaración de principio estético; principio cuyo prisma es la mirada humana que no desecha a priori nada para su relato, pues todo lo que el poema recoge, apunta al deseo de descubrir su propio significante como persona enraizada a una historia. No sorprende, entonces, que en su base hermenéutica-constructiva exista una mirada al espacio realizada por una figura que interroga, ya que es el espacio donde suceden los hechos, donde los objetos adquieren peso significativo desde la mirada humana.

En cuanto los objetivos nerudianos tienen como elemento nuclear la condición humana, la percepción de los fenómenos sociales avanza cuando se descubren en diálogo las cosas y los acontecimientos desde una referencia humana. Aquí, inmerso en el diálogo, el sujeto reflexivo tiene la función de dar con la conexión entre cosas y acontecimientos en una unidad de sentido3. Entendemos que es una conexión generada en una intersubjetividad en donde la pregunta actúa como eje hermenéutico. Lo interesante es que se trata de un proceso que hace coincidir la pregunta con el objetivo nuclear, al expresar la existencia de una relación de hechos que la interrogante o la serie de ellas descubre, y en cuyo centro se ubica la persona.

Puestos en la óptica de intelección de una obra que traduce un pensar poético sobre la existencia, el poeta logra dar vida a un relato que sirve de explicación de los avatares humanos. Ya con el texto puesto a la mano, se está en propiedad de un pensar poético nacido de la comprensión del texto como un poema global, por tanto, como plena manifestación de un modo de razón poética, es decir, un pensar poético elaborado como-sí naciera de una intención inicial y, a la vez, articulado en consonancia al afán de responder a una problemática de fondo que lo obliga a ello. De suyo, es un hecho reconocido en primera persona: "Yo estoy aquí para contar la historia", intención que empapa todo el CG.

La idea llevada acá es que la intencionalidad poética guía la inteligencia poética a fin de no dejar fuera nada que tenga relación con la vida: cosas, hechos y personas. Se trata de una consideración poética omni-abarcante-plural, nacida desde el momento que se ve en las cosas, hechos y personas, activa la materia prima que es parte de una crónica sobre la historia. Ciertamente este modo de operar es estético-ético; modo que construye una epistemología cómplice de una perspectiva estética, de una cuyo empeño está puesto en recoger todo sin excluir deliberadamente nada, y en cuyo principio de acción está la idea de que las cosas se comprenden en su esencia por su previa relación sostenida con la persona y no independientes de aquella. Por esto no sorprende que las preguntas sean hechas a personas, hechos, lugares o cosas, y que por su mención permanezca la idea de que ellas son las que sostienen la realidad humana. Una prueba, entre otras tantas que el universo poético del CG ofrece, es el trozo del poema siguiente: "Piedra en la piedra, el hombre, dónde estuvo?/ Aire en el aire, el hombre, dónde estuvo?" (Poema X).

¿Qué persigue el texto? Contar la historia como si de una filosofía sobre la persona se tratase y, en esa misma línea epistémica, descubrir en proceso dialéctico la presencia de una cosmología con peso metafísico en relación a la figura humana; situación revelada desde el instante que aflora el vínculo entre sujeto y naturaleza, vínculo que se comporta como el substrato del hacer poético. Es precisamente en este horizonte intersubjetivo, donde la posibilidad de preguntar convierte en realidad la conquista de una respuesta lo suficientemente adecuada a la intención de comprender el sentido constitutivo del vínculo, para concluir en su conocimiento como una cuestión existencial básica.

El asunto de la pregunta como instancia de una posible inteligencia de la realidad, comporta en sí el evento de reconocer la existencia misma del sujeto cuyo sentido descansa en la intersubjetividad. El poema parece dar con ello:

Como el llanero escuchas en tu mano la copa/ de la tierra, poniendo tu oído en las raíces:/ desde lejos un viento del hemisferio temible,/ el galope en la escarcha de los carabineros;/ donde la aguja cose con agua fina el tiempo/ y su desmenuzada costura se destruye:/ qué hay para ti en la noche del costado salvaje/ aullando con la boca toda llena de azul? (Melancolía cerca de Orizaba (1942)).

El fragmento da una aproximación a la idea respecto del carácter esencial de la intersubjetividad mostrada en la acción poética; especialmente, si en el proceso de descubrimiento se subrayan elementos cosmológicos tales como tierra, raíces, viento, hemisferio, agua, tiempo, y se los aprehende dentro de esa interrogante final que pregunta por el ser del ser humano.

A propósito de esta situación, con la intersubjetividad se revela una preocupación poética antropológica en un contexto metafísico, al menos en inquietud metafísica. De suyo, un examen del comportamiento a los elementos desnuda la vitalidad de aquellos factores antropológicos, lo cual es signo de una metafísica revelada en cada acción de la naturaleza con efecto en una configuración antropológica-cultural. Lo evidente desde una lectura intersubjetiva sobre la acción natural -pues de esto trata todo- es el entendido que lo constitutivo de la relación sujeto cosmos, encuentra su continente de respuesta en el tiempo. Variable epistemológica desnudada en la dirección a la cual apunta la pregunta abierta: "Tiempo en el tiempo, el hombre, dónde estuvo?" (Poema X).

4. Conclusión

Se ha pretendido rescatar la particularidad del preguntar como parte de la función filosófica que procura rescatar el valor de la literatura, tarea propia de lo que sabemos es la llamada razón poética. En este sentido, referimos a una lectura del CG siguiendo el patrón de la pregunta, descubriendo en su interpretación una intencionalidad puesta al servicio de mostrar situaciones históricas, también, y en asociación, carga antropológica y cultural. Hay ahí claramente un dinamismo que tiene efectos en la configuración de lo que vendría a ser la persona, hecho visible en el fragmento siguiente que -en sentido metafórico- refiere a una pregunta nacida del estado de duda que la existencia trae consigo: "Pasó la voz temblando y oscura sobre mi caballo,/ más lenta y más profunda que un vuelo: me detuve,/ dónde estaba?" (Chucao).

En suma, la pregunta que busca descubrir el sentido de la existencia, acaba por convertirse en un recurso epistemológico puesto al servicio de una hermenéutica sobre el existir de la persona; ¿hecho posible al momento que quien existe es el mismo que cuestiona su lugar al preguntarse "dónde estaba?" Éste, al preguntar, en efecto, verbaliza su propia posición existencial, y al hacerlo alcanza cierta inteligencia sobre sí mismo. De esta forma, el descubrimiento que se produce a razón del preguntar mismo, co rresponde a una autopoiesis o auto-reflexión sobre el estado existencial.

Asociada a la serie de destinatarios que el conjunto de preguntas va revelando en el proceso de configuración de los modos de existencia posibles, aparece el valor gnoseológico del poema nerudiano. Ahí se localiza la importancia de la pregunta. Y quizás, por lo mismo, la teleología del CG se legitima como un punto que permite aventurar que la finalidad y sentido del canto poético, consiste en preguntar para afirmar la clave del tiempo a fin de significar el dinamismo de la existencia: "Qué espera? /Y yo os digo, espera como vosotros el tiempo" (Los enigmas).

La evidencia antropológica-filosófica de la respuesta que remite al tiempo, recoge la mutabilidad común a todo lo que concurre al espacio, síntoma de la búsqueda de un principio de unidad existencial. Principio que sólo se puede concretizar a partir de una narración adecuada al propósito comprensivo que acompasa el texto. Lo indicado da cuenta de por qué la pregunta tiene valor epistémico, pues con ella a la mano, el cronista de la historia, según la intención declarada en el CG, construye un proceso que recoge aquellos elementos que le permiten responder sobre su propio sentido. Al respecto, véase sobre este punto la declaración que sigue: "Yo no soy sino la red vacía que adelanta/ ojos humanos" (Los enigmas).

Según el curso de la oración última, todo sucede en afán aclaratorio, vale decir, todo es producto de aquella urgencia por descubrir el principio existencial, de uno que conduce a una buena inteligencia de la persona contextualizada, de una existencia inserta en un territorio y tiempo determinado a veces, pero en otras indeterminado. En fin, todo el largo poema es un indicio de la preocupación nerudiana que, desde la fragilidad y la confusión característica de su propio existir, lo impulsa a preguntar para escarbar en la situación del ser humano con un objetivo puesto en conocer y comunicar un principio que, por su naturaleza, de razón de la existencia, por tanto, la justifique.

Desde la pregunta que posiciona el núcleo de preocupaciones existenciales, se interpreta la dimensión histórica de la persona que, como hecho hermenéutico, es aplicable en la intelección del fenómeno humano general. Así entendida la dinámica que caracteriza el ser del ser persona como lugar de pregunta, entonces el territorio de la respuesta es ontológico. De esta forma, el resultado del interrogar no es sólo a propósito de lograr cierta comprensión de la dinámica existencial. La metodología del preguntar facilita que la lectura-interpretativa al poema, refiera directamente a los factores de existencia al responder a lo que efectivamente se busca: llegar a tener a la mano una ley de comprensión universal (Grondin, 1999) sobre el sentido humano-histórico, de aquello que lo constituye como tal y, precisamente por ello, hacer del interrogar parte de la génesis de una poesía ascendente, y cuyo talante hermenéutico refiere a un proceso que persigue comprender el ser del ser persona en contextos dinámicos.

Financiamiento

Proyecto Multidisciplinario UdeC código 219.064.050-M.

Bibliografía

Bellini, Giuseppe (1993). "Neruda en Madrid", en Anales de Literatura Hispanoamericana, N° 22. [ Links ]

Bungard, Ana (2002). Más allá de la filosofía. Sobre el pensamiento filosófico-místico de María Zambrano, Madrid: TROTTA. [ Links ]

Grondin, Jean (1999). Introducción a la hermenéutica filosófica, Barcelona: Herder. [ Links ]

López Quintas, Alfonso (1993). La formación por el arte y la literatura, Madrid: RIALP. [ Links ]

Lõwith, Karl (1958). El sentido de la historia. Aguilar. [ Links ]

Lynch, Enríque (2007). Filosofía y/o literatura. Identidad y/o diferencia, Bs. Aires: FCE. [ Links ]

Moreno Sanz, Jesús (1993). La razón en la sombra. Antología del pensa miento de María Zambrano, Madrid: Siruela. [ Links ]

Neruda (1993). El Canto General, OC. Bs. Aires: Losada. [ Links ]

Nussbaum, Martha (2005). El conocimiento del amor. Ensayos sobre filosofía y literatura, Madrid: A. Machado Libros. (Traducción del original Love's Knowledge por Rocio Orsi Portalo y Juana María Inarejos Ortiz) [ Links ]

Pulgar, Rodrigo (2013). Neruda a (des)tiempo. Aproximación filosófica a un pensamiento poético no deseado, Concepción: Escaparate. [ Links ]

Revilla, Carmen (2005). El horizonte de la razón poética: "aljibes de claridad y de silencio", en Pensamiento y palabra, en recuerdo de María Zambrano [1904-1991], Junta de Castilla y León (Mora García-Moreno Yuste, eds). [ Links ]

Ricoeur, Paul (2006). Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II, Bs. Aires: FCE . (Traducción del original Du texte a Faction. Essais d' hermeneutique II por Pablo Corona). [ Links ]

Ricoeur, Paul (2010). La memoria, la historia, el olvido, Bs. Aires: FCE (traducción del original La Memorie, l'histoire, l'obli por Agustín Neira). [ Links ]

Romo Feito, Fernando (2007). Hermenéutica, interpretación, literatura, Barcelona: Anthropos. [ Links ]

Rosenblatt, Louise (2002). La literatura como exploración, México: FCE. (Traducción del original Literature as Exploration por María Eugenio Dubois). [ Links ]

Warning, Rainer (1989). La estética de la recepción en cuanto pragmática de la literatura, en Estética de la recepción, Madrid: Visor (La balsa de Medusa), Rainer Warning (ed). 1989. (Traducción del original Rezae-phonsãsthetik. Theorie und Praxis por Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina). [ Links ]

1A favor de la propuesta es que solo una de las 15 secciones que componen el CG, Las flores de Punitaqui, no tiene interrogante alguna.

2Zambrano escribe: "Hace ya años, en la guerra, sentí que no eran nuevos principios" ni "una Reforma de la Razón" como Ortega había postulado en sus últimos cursos, lo que ha de salvarnos, sino algo que sea razón, pero más ancho, algo que se deslice también por los interiores, como una gota de aceite que apacigua y suaviza, una gota de felicidad. Razón poética... es lo que vengo buscando. Y ella no es como la otra, tiene, ha de tener muchas formas, será la misma en géneros diferentes". (en Moreno Sanz, 1993: 615)

3Se debe decir que "El sentido de potencia de la naturaleza que el relato nerudiano revela, torna el relato mismo en un acceso epistemológico a la experiencia vital como variable de aprehensión cosmológica". (Pulgar, 2013: 36)

Recibido: 12 de Agosto de 2021; Aprobado: 05 de Julio de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons