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Acta literaria

versión On-line ISSN 0717-6848

Acta lit.  no.44 Concepción  2012

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-68482012000100005 

Acta Literaria N°44, I Sem. (73-87), 2012

 

ARTICULOS

 

La escritura política de Michelle Cliff

Michelle Cliff's political writing

 

Lucía Stecher
Universidad de Chile. Santiago, Chile 
luciastecher@gmail.com


RESUMEN

Este artículo analiza la obra narrativa de Michelle Cliff, deteniéndose principalmente en las transformaciones que es posible reconocer entre el ciclo formado por las novelas que protagoniza Clare Savage (Abeng No Telephone to Heaven) y la escritura de Free Enterprise. La publicación de esta última novela corresponde a la etapa en que la autora se identifica como escritora política, con lo que busca construirse un lugar de enunciación menos expuesto a las críticas de quienes no aceptaron su autocaracterización como escritora jamaiquina o escritora negra. El artículo muestra cómo Free Enterprise, además de ser una novela que rescata sujetos e historias subalternas vinculadas a la lucha contra el colonialismo y la esclavitud, constituye también un espacio simbólico para la elaboración de las ansiedades autoriales de Michelle Cliff.

Palabras clave: Literatura caribeña, posicionamiento autorial, memoria e historia.


ABSTRACT

This article analyses Michelle Cliff´s narrative work in light of the changes between the cycle of novels centered on the character of Clare Savage (Abeng and No Telephone to Heaven) and the writing of Free Enterprise. At the time this last novel was published, Cliff identified herself as a political writer, a label that can be understood as part of the author's attempt to build a place of enunciation less exposed to the criticism of her self-identification as a Jamaican or black writer. The article shows how Free Enterprise, in addition to being a novel that recovers subaltern subjects and stories related to the fight against slavery and colonialism, also constitutes a symbolic space for the elaboration of Cliff's authorial anxieties.

Keywords: Caribbean literature, authorial position, memory and history.


 

En una entrevista concedida a Meryl Schwartz en 1993, la escritora jamaiquina-americana Michelle Cliff reflexiona sobre las principales transformaciones por las que ha atravesado su carrera literaria, sobre todo en relación a la forma en que concibe su escritura. Según Cliff, un aspecto central de su trayectoria está constituido por su progresivo desplazamiento desde una escritura centrada en la reflexión en torno a su identidad jamaiquina hacia su autodefinición como escritora política. De esta manera, ella se reconoce como parte de una "comunidad de novelistas políticos"1 (Schwartz, 1993: 597) que pese a provenir de muy diversos orígenes comparten los mismos intereses. En una etapa anterior, que corresponde a la escritura de Abeng (1995 [1985]) y No Telephone to Heaven (1996 [1987]), Cliff se presentaba como una escritora jamaiquina negra, pese a que su fenotipo le permite "pasar" por blanca. Si bien las primeras novelas de Cliff tienen también una dimensión política importante, lo que la autora quiere destacar en relación a la última etapa de su escritura es que su compromiso no es con causas particulares (ligadas a una pertenencia nacional, racial o de género), sino con la denuncia de diversas situaciones de opresión y violencia, independientemente de la época y el lugar en que ocurran y sobre todo en los casos en que son invisibilizadas y negadas por los relatos históricos oficiales.

La etapa en que Cliff se identifica como escritora política coincide con la publicación de Free Enterprise (1993), novela con la que abandona el escenario principal de sus dos primeros libros –Jamaica– por un espacio norteamericano transnacional decimonónico. En este libro se realiza el tránsito desde la focalización en temáticas nacionales (jamaiquinas) contemporáneas hacia el tratamiento de problemáticas más universales en un marco temporal extendido. Pero además de esta interpretación de la trayectoria de Cliff como un paso de preocupaciones locales a otras transnacionales, también es posible comprender este tránsito considerando lo difícil que ha sido para Cliff construir un lugar de enunciación desde el cual reclamar "la identidad que le enseñaron a despreciar"2. En este sentido, la opción de adscripción a una comunidad de "escritores políticos" puede ser vista como una estrategia de defensa frente a las actitudes de rechazo de algunos literatos afrocari-beños, que han cuestionado la autenticidad de las representaciones de la cultura caribeña en la obra de Cliff2. Si bien ella participa de los proyectos políticos anticoloniales que identificaron a la primera generación de escritores del Caribe inglés (Edmonson, 1999), el carácter afrocéntrico y también muy masculino de los mismos ha dificultado el posicionamiento autorial de mujeres y sobre todo de mujeres blancas en el universo literario caribeño contemporáneo (Condé, 1993). Si a eso se agrega la migración de Cliff a los Estados Unidos, que también ha sido usada como argumento para poner en duda su identidad jamaiquina, se puede comprender muy bien la ansiedad asociada a su posición marginal en el universo crítico y literario caribeño.

En su obra poética y narrativa, Cliff expresa y elabora de diversas maneras las dificultades con las que se ha enfrentado en sus esfuerzos por ser aceptada como una autora que se ha distanciado de su origen social privilegiado y de su educación británica, para asumir un compromiso profundo con los sectores subalternos, especialmente con las mujeres y los negros. Sus mundos de ficción están poblados por personajes que rompen con sus familias y relaciones infantiles y a través de distintos caminos pasan a formar parte de colectividades alternativas que resisten el orden político hegemónico. La fragilidad de estas comunidades no se debe solamente a su posición subalterna, sino también a las dificultades que enfrentan sus miembros para construir alianzas sólidas, que permitan integrar los distintos orígenes y experiencias de género, raza y clase. En la reiterada ficcionalización de relaciones de amistad entre mujeres de distinto origen racial y social podemos reconocer el esfuerzo de Cliff por explorar en las posibilidades y límites de su posicionamiento autorial en el contexto afrocéntrico de la producción crítica y literaria caribeña.

Este artículo presenta un análisis de la obra narrativa de Cliff, deteniéndose especialmente en los cambios y continuidades entre sus dos primeras novelas y Free Enterprise. Como veremos, entre las dos primeras novelas de Cliff y la tercera existen una serie de transformaciones que muestran el tránsito de preocupaciones más locales (jamaiquinas) a un enfoque transnacional. Pese a ello, es posible reconocer también una serie de continuidades temáticas –más allá de los cambios epocales y de ubicación geográfica, en todas las novelas juega un rol central el rescate de las memorias de los oprimidos y la visibilización de sus formas de resistencia–, pero que tienen una articulación narrativa distinta a la que encontramos en Abeng No Telephone to Heaven. Me interesa detenerme en la estructuración de Free Enterprise en torno a una serie de núcleos elididos sobre los que se realizan una serie de operaciones de desplazamiento que llevan al centro de la representación a sujetos que ocupan una diversidad de posiciones subalternas. La reconstrucción de personajes históricos y la ficcionalización de relaciones entre individuos provenientes de distintos lugares del mundo y vinculados a través de redes de intercambio constituye el principal eje articulador de la narrativa de Free Enterprise. Pero también existe en esta novela un subtexto que expresa las ansiedades autoriales de Cliff y que permite interpretar algunas de sus líneas argumentales como esfuerzos por constituir narrativamente espacios de enunciación heterogéneos e inclusivos4.

CONTINUIDAD Y RUPTURAS EN LA NARRATIVA DE CLIFF

En su portada, Free Enterprise se presenta como "A Novel of Mary Ellen Pleasant". Esta información señala el carácter de ficción histórica o historiografía literaria de la novela, que es la denominación que Cliff (1994) da a su proyecto narrativo. Mary Ellen Pleasant fue una mujer afroamericana, reconocida por su compromiso con la lucha abolicionista y por la elevada situación económica que alcanzó a tener gracias a sus negocios hoteleros en San Francisco en el período de la Fiebre del Oro. Pese a que son reconocidos sus aportes económicos a los movimientos abolicionistas norteamericanos, su presencia en los libros de historia es prácticamente nula y al final de sus días se vio rodeada de acusaciones de brujería. En su tumba se lee la inscripción "Ella fue amiga de John Brown" (Cliff, 2004: 213), personaje que la historiografía contemporánea considera central en la lucha antiesclavista del siglo XIX (Johnson, 2009). En la novela de Cliff, la importancia de estos personajes se ve radicalmente invertida: Pleasant pasa al centro de la escena mientras John Brown ocupa un lugar secundario, apareciendo sólo en función de su relación y diálogos con la primera. Además, pese a lo que parece indicar la portada, el protagonismo en la novela es compartido por muchas y muy diversas mujeres, siendo Mary Ellen Pleasant una de ellas.

Free Enterprise inaugura un nuevo ciclo en la escritura de su autora, quien se había despedido de su personaje Clare Savage al final de No Te -lephone to Heaven (la protagonista de las dos primeras novelas de Cliff muere en el fallido atentado a un set fílmico norteamericano en Jamaica, el que es atacado por Clare y su guerrilla por su utilización exotizante de las figuras de los líderes cimarrones Nanny y Cudjoe) (Stecher, 2008). Por otra parte, esta novela deja el siglo XX jamaiquino ficcionalizado por Cliff anteriormente, para ambientarse sobre todo en la Norteamérica de las últimas décadas del S. XIX. Pero probablemente la diferencia más importante es que en Free Enterprise la posición de enunciación se desplaza del "yo" autobiográfico a una serie de voces y perspectivas que profundizan el carácter polifónico de la escritura de Cliff. En Abeng No Telephone to Heaven, la historia y sociedad jamaiquinas son exploradas fundamentalmente –aunque no en forma exclusiva– desde la perspectiva de Clare Savage. Es en torno a este personaje que se articula la mirada crítica de la autora, quien ficcionaliza su propia historia en este relato de la vida de una niña y luego joven jamaiquina que pese a poder pasar por blanca, opta por identificarse con los negros y pobres de su país. A través del personaje de Clare se muestra la constitución de una sociedad que continúa lastrada por la historia de esclavitud y colonialismo y cuya historiografía invisibiliza tanto las experiencias de opresión como la existencia temprana de rebeliones de esclavos y sus descendientes.

Como señalé anteriormente, Free Enterprise explora temáticas y exhibe obsesiones presentes también en los primeros libros de la autora. Este es el caso, por ejemplo, de la permanente contraposición entre historia oficial y memoria en distintos episodios y personajes de la novela. En ella se visibiliza la existencia de una serie de mujeres norteamericanas de las que hasta ahora se sabe muy poco (además de Mary Ellen Pleasant, este texto ficcionaliza algunos episodios de la vida de la fotógrafa Clover Adams y la abolicionista afroamericana Mary Shadd Carey). Al igual que las dos primeras novelas de Cliff, Free Enterprise muestra las luchas que deben emprender los personajes insatisfechos con los lugares sociales y simbólicos a los que pertenecen en virtud de su nacimiento. Así, las mujeres deben enfrentar grandes dificultades –a las que en muchos casos terminan por sucumbir– para explorar caminos distintos a los de la maternidad y el matrimonio; también son penalizados socialmente los blancos que renuncian a sus privilegios y participan de la lucha contra el racismo y los negros que escapan a su posición de subordinación económica y social.

En el tránsito de las dos primeras novelas a la tercera, observamos cómo preocupaciones similares reciben una nueva organización narrativa, articulada en gran medida a través de la construcción de muchos personajes y voces narrativas. Mientras que Abeng No Telephone to Heaven se estructuran en torno a dos planos narrativos que permanentemente remiten el uno al otro –el del crecimiento de la protagonista en el seno de una familia opresiva y el de Jamaica como nación que se constituye dentro de relaciones coloniales y neocoloniales–, en Free Enterprise desaparece la configuración en torno a una protagonista, su familia y la nación. En reemplazo de esas figuras tenemos muchos personajes y un espacio transnacional escindido entre sujetos hegemónicos (hombres blancos, occidentales, de clase social alta), subalternos (migrantes y exiliados de distintas colonias) y un grupo de mujeres blancas liberales que ocupan una posición intermedia y relativamente ambigua. La narrativa se centra, en esta novela, en los dos últimos grupos, combinando libremente la recuperación de personajes históricos con la construcción de caracteres de ficción.

La formación de Clare Savage como eje de las primeras novelas contrasta profundamente con la situación de las protagonistas de Free Enterprise en el presente de la enunciación. Mientras Clare se encuentra en un proceso de búsqueda, cuestionamiento y crecimiento, que dota a las primeras novelas de un gran dinamismo narrativo, la enunciación de Free Enterprise se ubica en un momento en que los personajes principales ya entraron a la vejez o han muerto y, lo que es más importante, han sufrido el fracaso del proyecto de Harpers Ferry5. En vez del impulso vital y las contradicciones y conflictos que empujaban el desarrollo de Clare Savage, tenemos a los personajes de esta novela instalados en la derrota. Estos no se construyen en torno a acciones presentes ni proyectos futuros, sino que se perfilan fragmentariamente a partir del trabajo de la memoria realizado en los diálogos y en el intercambio epistolar con otros personajes. El personaje de Mary Ellen Pleasant, por ejemplo, emerge de la confluencia de las cartas que recibe y escribe y del retrato que de ella pinta Annie Christmas en sus encuentros con los internos del leprosario. La imagen resultante es incompleta y muestra el carácter fragmentario e inestable de las memorias; muestra también cómo todo relato retrospectivo se ve confrontado a olvidos, contradicciones y silencios, que no siempre se puede (o se quiere) completar narrativamente.

Los principales espacios representados en este texto contribuyen asimismo a su tono nostálgico y de derrota. A diferencia de las escenas de ciudad y naturaleza jamaiquinas, descritas con gran intensidad y detención en las primeras novelas de Cliff, en Free Enterprise nos encontramos con lugares aislados y derruidos. Los dos escenarios más importantes son la casa al borde del río Misisipí a la que se muda Annie Christmas en su vejez y el leprosario de Carville, cuyos habitantes están casi totalmente aislados del resto de la sociedad. Lo más llamativo de la casa de Annie son los árboles de la entrada, en cuyas ramas la dueña ha colgado botellas de productos de distintas épocas y orígenes. Pese a su esfuerzo por lavar las botellas y eliminar su olor, éste permanece y se impregna en toda la atmósfera del lugar, en la que coexisten "ingredientes de aquí, allá y de todas partes" (Cliff, 2004: 5). La casa, el árbol y sus botellas son la metáfora que abre el libro, prefigurando lo que será uno de sus temas más importantes: la pervivencia de la memoria (aunque invisible y volátil como los olores, perdura en el tiempo y los espacios). Por su parte, el leprosario de Carville –único lugar visitado por Annie Christmas en su retiro– funciona como espacio de condensación de distintas formas de opresión y resistencia. En este establecimiento se encuentran recluidos enfermos procedentes de distintos territorios colonizados o pertenecientes a pueblos perseguidos. El confinamiento y disciplinamiento a los que se ven sometidos estos personajes –sefarditas, maoríes, hawaianos, tahitianos y caribeños– son denunciados como estrategias de confrontación con la alteridad racial que se reproducen en distintos momentos de la historia de los Estados Unidos. Los enfermos, por su parte, resisten el encierro y las amenazas de borramiento identitario a través de la actividad colectiva de narrar historias. Sus relatos muestran la continuidad entre las experiencias de los pueblos de América Latina y el Caribe sometidos al dominio europeo y la de los habitantes de los territorios del Pacífico conquistados en el siglo XIX. Frente al desaliento de uno de los personajes por lo que considera la inminente desaparición de sus voces e historias, otro responde: "Una vez que se dice algo (…) se va con el viento; no muere. Nuestras palabras escapan al cosmos, al espacio" (Cliff, 2004: 59). Al igual que los olores adheridos a las botellas, las voces y relatos de alguna manera permanecen, siempre y cuando mantengan un espacio donde ser contados y un grupo humano que los escuche.

DETRÁS DEL ESCENARIO

Free Enterprise radicaliza la fragmentación y las rupturas cronológicas y genéricas características de la narrativa de Cliff. Los núcleos en torno a los que se organiza el material narrativo en esta novela finalmente son elididos –so-bre todo el ataque a Harpers Ferry y la biografía de Mary Ellen Pleasant– y lo que se muestra de ellos es mucho menos que lo que se omite. En el texto importan menos los episodios efectivamente conocidos y documentados de la vida de la protagonista, que mostrar el carácter irrecuperable y por lo tanto inenarrable de las experiencias de sujetos que han quedado fuera de la representación. Junto a ello, Cliff, y en esto sigue de cerca el proyecto de Toni Morrison (2008) que busca recuperar la subjetividad de los esclavos y sus descendientes en los Estados Unidos, destaca el rol que juega la imaginación literaria en el esfuerzo por acceder a "cierto tipo de verdad" sobre experiencias y sucesos que han dejado escasos registros históricos oficiales. Para recuperar estas vivencias, Cliff se detiene en la ficcionalización de escenas cotidianas de sus personajes y en el rescate de las dimensiones menos "heroicas" de sus luchas de resistencia.

El privilegio de las miradas periféricas sobre los acontecimientos históricos se realiza narrativamente en el episodio en que Clover Adams y su prima van a visitar el teatro en el que fue asesinado Lincoln6. Como no pueden entrar al establecimiento porque está cerrado, lo rodean y se encuentran con una testigo muy marginal: una ex esclava que vive en el pasaje aledaño al teatro y sostuvo las riendas del caballo del asesino del Presidente. El foco de la narración se traslada así del gran escenario y del personaje principal (el teatro y Lincoln) a un sujeto totalmente subalterno, sin ninguna posibilidad de formar parte de un relato histórico convencional, pero que en este texto adquiere una voz y una vida propias. De hecho, llama la atención la conciencia que exhibe de su dignidad y derecho a ser escuchada, lo que es reforzado simbólicamente por su nombre: Sherezade.

En la representación del encuentro entre la fotógrafa Clover y la ex esclava Sherezade, la narración se desvía del gran escenario histórico para poner en su lugar el diálogo entre dos mujeres de origen muy distinto. A través de este encuentro se explora tanto en las posibilidades de expresión de una voz marginal como en los límites y dificultades de los proyectos artísticos que aspiran a representar sujetos subalternos7. Como todas las mujeres blancas de Free Enterprise, Clover Adams encarna una ideología liberal progresista, con conciencia y culpa por sus privilegios de raza y clase. Pese a esta conciencia, y quizás debido a la preeminencia de los sentimientos de culpa, el acercamiento de Clover a Sherezade tiene rasgos que oscilan entre el oportunismo y el paternalismo. Al igual que en otras relaciones entre mujeres de distintos orígenes sociales y raciales representadas en la narrativa de Cliff –entre las que destaca la que establecen Clare y Zoe en Abeng– en este caso es Sherezade la que reconoce más lúcidamente la asimetría del vínculo que le propone Clover (tomarle una foto y llevarse su imagen) y la que busca establecerse como sujeto que puede tanto contar una historia como escuchar la de su interlocutora. El primer paso de Clover frente a la acusación de Sherezade de querer apropiarse de su imagen sin haberse preocupado de saber quién es, es adoptar una actitud de escucha paternalista. Ante esto, su interlocutora no se limita a contar su historia, sino que empieza a preguntarle también a Clover por la suya. De esta manera, la artista es conminada a participar en una relación que también la involucra en términos personales e incluso afectivos. Es más, una vez que Clover, guiada más por un voluntarismo culposo que por un proyecto claro, decide volver a buscar a Sherezade para llevársela, se encuentra con que ella ya se ha ido. Así, aunque Clover es la que se dirige hacia Sherezade y aspira a re-presentarla, la relación en gran medida es definida por la ex esclava que enseña a la artista a verla como sujeto individual y no sólo como ejemplo de una comunidad. Aunque a primera vista podría pensarse esta escena en términos de la ya clásica pregunta de Gayatri Spivak por la posibilidad de hablar del subalterno, me parece que su fuerza y conflictividad residen en la elaboración de la posición de la artista. Los subalternos en Cliff suelen tener muy claras las relaciones de poder y dominación que rigen sus sociedades y el lugar que ellos ocupan en esta constelación. En ese sentido son extremadamente lúcidos y no están alienados socialmente como los personajes que ocupan posiciones intermedias y más ambiguas.

La escisión subjetiva de personajes como Clare Savage, Clover Adams y Annie Christmas se debe en gran parte a la fragilidad de las posiciones de poder de las mujeres blancas. La observación de Elizabeth Nunez-Harrel (1985), de que el término despectivo "cucarachas blancas" es usado por mujeres negras de Trinidad sólo para referirse a mujeres blancas –y nunca a los hombres de ese color– da cuenta de la precariedad de su estatus social. En el caso de Clover Adams, la focalización de la narrativa en sus intercambios con su marido y artistas hombres con los que le interesa relacionarse, releva su posición subordinada y la reiterada desvalorización de su trabajo como fotógrafa. Se muestra así cómo el escultor Saint-Gauden pierde sin sentir remordimientos una de las fotos con las que Clover había buscado contribuir a la construcción del memorial Shaw. El rescate narrativo de la vida de esta fotógrafa busca oponerse a la destrucción de sus cartas perpetrada por su marido después de su suicidio y al olvido al que ha sido condenada por la historia. A través de la figura de Clover Adams, Cliff muestra cómo la invisibilización de las mujeres en los relatos históricos atraviesa las clases sociales y las distintas razas. Así como Mary Ellen Pleasant desaparece para la historia detrás de John Brown, Clover Adams es opacada por su marido, el historiador y escritor Henry Adams (Agosto, 2000).

No parece haber una salida muy clara, en los textos de Cliff, para la sensación de no pertenencia y alienación que atraviesa las vidas de sus protagonistas blancas. Así como muchos de los actos de resistencia que ficcionaliza Cliff terminan en la derrota, también fracasan o son duramente castigados los esfuerzos de las mujeres que buscan construir identidades opuestas a las que les son dadas en forma "natural" o "esencial". Al convertir estas experiencias de fracaso en objetos privilegiados de su representación, Cliff releva el valor de la resistencia y los esfuerzos por transformar el mundo, aun cuando las perspectivas de éxito sean, de momento, escasas.

TRANSGRESIONES Y CASTIGOS

Annie Christmas es el personaje que realiza en su trayectoria personal el cambio radical que inicia Clare Savage en No Telephone to Heavenal unirse a los guerrilleros jamaiquinos. Clare muere en la primera acción de su grupo y Annie Christmas es brutalmente castigada en Free Enterprise por haber transgredido las fronteras de raza y género. Después de enterarse de que el ataque a Harpers Ferry había fracasado, Annie se refugió, disfrazada de hombre negro, en una comunidad cimarrona, que no tardó en ser descubierta por soldados que asesinaron a todas las mujeres y niños. Annie se salvó por su disfraz masculino, pero al percatarse del engaño, los soldados la castigan obligando a todos los cimarrones a violarla repetidas veces. Después pierde la pintura negra de la piel y termina convertida en una mujer blanca encadenada y humillada. Este es el episodio que lleva a Annie a abandonar la causa abolicionista, distanciarse de Mary Ellen Pleasant y recluirse en su casa en Carville. El fin de los sueños y la participación política conduce a Annie a la inmovilidad y el ostracismo, sólo aliviados por las visitas a la colonia de leprosos.

El castigo y posterior aislamiento de Annie Christmas tiene un antecedente narrativo en los capítulos finales de Abeng, en que Clare Savage busca consolidar su amistad con la niña negra Zoe, invitándola a una actividad vedada para las niñas: cazar al jabalí Cudjoe. Al no lograr su propósito terminan bañándose desnudas en el río, escena de gran armonía y erotismo que es bruscamente interrumpida por la aparición de un campesino. Al ser descubierta en su desnudez, Clare busca espantar al hombre con un tiro del fusil que llevaba a la cacería, y termina dando muerte accidental al viejo buey de su abuela. El castigo que recibe la protagonista por transgredir su rol de género –la cacería había sido concebida como una revancha contra su exclusión de los juegos de sus primos– es el "exilio" en casa de una tía vieja rígida, conservadora y racista y el alejamiento definitivo de su amiga Zoe.

En Free Enterprise reaparece la escena del baño campestre de dos mujeres. Pero esta vez la focalización se invierte. La narración deja de estar centrada en las mujeres que comparten su intimidad, para ser focalizada en Annie Christmas, que trasvestida de hombre negro viaja hacia el sur para participar en el ataque a Harpers Ferry. En un desvío para dar de beber a su caballo, Annie se encuentra con dos mujeres bañándose desnudas en la laguna. Al ver este 'hombre negro' las mujeres empiezan a gritar, con lo que Annie supo que "su suerte estaba echada" (Cliff, 2004: 195). La protagonista se acerca a las mujeres y les dispara: "Disparé una vez sobre sus cabezas, más para acostumbrarme a la tarea que me esperaba que por otra cosa, luego le disparé a cada una de ellas. El griterío paró y ellas se hundieron en el agua (…). Había terminado. (…) Yo había asesinado a dos mujeres desarmadas, excepto que en realidad no lo estaban" (Cliff, 2004: 195).

Es bastante claro el diálogo intertextual entre las dos escenas de baño femenino y también la inversión de perspectiva desde la cual son narradas. Pero, ¿qué significa que esta vez la focalización se desplace a Annie Christmas, que ocupa el lugar del campesino en la primera escena y se enfrenta a las mujeres que aunque desarmadas pueden constituir una grave amenaza a su integridad? Si no estuviera disfrazada –si conservara su apariencia de mujer de clase alta jamaiquina– estas mujeres no representarían ningún peligro "real". Pero la apariencia que después la salvará momentáneamente –en el encuentro posterior con los soldados que la dejan viva por creerla hombre–, en este contexto particular la expone. Además de mostrar la fragilidad de estas identidades alejadas de sus referentes de origen y constituidas en forma provisional y performática, estas escenas también evidencian el lado desgarrador de la ruptura. El asesinato de las mujeres que se bañan juntas representa simbólicamente la necesidad de Annie Christmas de estar permanentemente en guardia –y de matar una y otra vez–, lo que considera como elementos blancos de su identidad. Si a pesar de estar desarmadas las mujeres le resultan tan amenazantes, es justamente porque la atraen hacia una posición a la que no puede dejar de pertenecer totalmente.

La mayor fragilidad y los más dolorosos intentos de desplazamiento identitario son encarnados por aquellas protagonistas que tienen rasgos que las acercan a la figura de Cliff (al igual que Clare Savage, Annie Christmas tiene ojos verdes, proviene de una familia de clase media alta jamaiquina y entre sus ancestros se cuentan tanto plantadores como esclavos). Al ubicar a Annie Christmas en los Estados Unidos, participando de la lucha por la abolición de la esclavitud, la autora parece buscar un nuevo contexto en que la ruptura con el origen pueda ser lograda en forma más radical y la identificación con la lucha de los esclavos y sus descendientes esté menos interferida. Como hemos visto, esto tampoco se logra totalmente: a diferencia de los espíritus, que según las creencias afrocaribeñas no pueden atravesar el agua, los recuerdos y nostalgias del pasado sí están presentes en forma permanente en la vida norteamericana de Annie Christmas. Por otra parte, también en los Estados Unidos Annie Christmas tiene dificultades para integrarse totalmente en el mundo negro y sólo logra estar más o menos tranquila en su casa solitaria y en sus contactos con los habitantes del leprosario.

Es posible leer estos desplazamientos de Clare Savage y Annie Christmas también en términos del posicionamiento autorial de Cliff. Si, como ya vimos, en una primera etapa se definió como una escritora jamaiquina negra, después se sintió identificada con los escritores que describen su literatura como política. La comunidad del leprosario, en que juega un lugar central el acto de contar historias que buscan rescatar del olvido las experiencias de opresión y resistencia, puede muy bien estar representando este espacio de escritores políticos. Es interesante la conciencia que tienen los enfermos del leprosario de la precariedad de su forma de resistir, pero también la certeza de que en ese momento es lo único que pueden hacer (Cliff, 2004: 59).

CONCLUSIONES

Free Enterprise es una novela compleja, que construye un universo narrativo poblado por muchos personajes y estructurado a partir de diversas textua-lidades. A diferencia de las dos primeras novelas de Cliff, articuladas sobre todo en torno al desarrollo de Clare Savage, acá ninguna historia asume un lugar protagónico y muchas voces se anuncian con relatos que no tienen desarrollo posterior. Dentro de su fragmentariedad y lo elusivo de su construcción, las historias de Annie Christmas, Clover Adams y Mary Ellen Pleasant son las que tienen mayor relevancia y continuidad en el libro. En mi lectura he procurado mostrar cómo a través de la ficcionalización de la vida de personajes históricos (Adams y Pleasant) y de la construcción de la figura de la migrante y activista jamaiquina Annie Christmas, Cliff procura rescatar la memoria y formas de lucha de mujeres ignoradas por los discursos historiográficos. En uno de sus ensayos la autora se pregunta: "¿Cómo capturamos la historia que sólo ha permanecido para ser imaginada? La que se ha ido al bosque, la que quedó bajo el océano, la que está enterrada en los terrenos baldíos de las grandes ciudades?" (Cliff, 1994: 196). Su respuesta la encontramos en parte en esta novela, en la que a través del ejercicio de su imaginación literaria busca capturar las formas y huellas de historias sumergidas.

En las historias a las que he prestado particular atención las mujeres representadas buscan lugares y sentidos de pertenencia distintos a los que les corresponden por nacimiento. En términos de Edward Said (2004), lo que se muestra es el esfuerzo por construir lazos afiliativos que conllevan o implican una ruptura con las relaciones de filiación. En mi análisis muestro las sanciones y fracasos que rondan estos esfuerzos, así como también los desgarros asociados a las rupturas radicales, nunca capaces de eliminar totalmente las memorias del pasado. Estas trayectorias individuales, marcadas por la opresión y resistencia, se encuentran y sostienen colectivamente en el leprosario. Este lugar puede ser leído como una alegoría de esa comunidad de escritores políticos de la que se siente parte Cliff y que se sustenta en torno a intereses comunes y no exige de sus miembros una determinada pertenencia étnica, racial o nacional. La relación de cercanía y distancia que cultiva Annie Christmas con respecto al leprosario, combinada a su sensación de no pertenecer totalmente a ningún lugar, también recuerdan la declaración de Cliff de sentirse un poco fuera de "casi todos los grupos" a los que se acerca o en los que participa (entrevista de Raiskin y Cliff, 1993: 60).

NOTAS

1 Esta y todas las traducciones del inglés son mías, a menos que se indique lo contrario.

2 Parafraseo acá el título del primer poemario de Cliff, Claiming an Identity The Taught Me to Despise.

3 Por ejemplo, en la antología de escritoras afrocaribeñas Her True-True Name, Cliff es incluida pero con explícita expresión de reservas por parte de las antologadoras debido a su piel clara (Mordecai y Wilson, 1989). El escritor Kamau Brathwaite, por su parte, afirma que el criollo blanco es fundamentalmente incapaz de representar la genuina sociedad caribeña (que el autor concibe como negra, popular y revolucionaria) (Edmonson, 1993).

4 En cierta forma, la trayectoria de Cliff pareciera escenificar, a un nivel individual, algunos de los hitos fundamentales de los debates del siglo XX en torno a la identidad caribeña: el rescate de la belleza y valor del aporte negro que propulsara Aimé Cesaire en su reivindicación de la negritud se correspondería con la primera etapa en la configuración autorial de Cliff, en la que busca identificarse como escritora negra, en tanto esa parece ser la única identidad desde la cual puede ejercer una labor creativa contestataria. En sus últimos escritos y reflexiones, esos parámetros parecen ampliarse, con una concepción de la identidad caribeña más plural y diversa. En este sentido, Cliff podría estar dialogando con la obra de otro gran intelectual martiniqueño, Edouard Glissant, quien defendió precisamente el carácter complejo de la antillanidad, configurada por distintas presencias e historias.

5 El 16 de octubre de 1859 el abolicionista norteamericano John Brown ocupó el arsenal del pueblo de Harpers Ferry ubicado en el estado de Virginia Occidental (West Virginia). Con las armas de este arsenal, Brown y su grupo esperaban armar a esclavos del sur para que se rebelaran contra su situación de esclavitud. Sin embargo, dos días después el ataque fue neutralizado y John Brown condenado a la horca por traición (http://www.wvculture.org/history/jnobrown.html).

6 Este episodio combina la utilización de una fuente real, como es una carta escrita por Adams, con la ampliación y enriquecimiento literarios de uno de los pasajes que relata (Johnson, 2009: 133).

7 El tema de la representación artística de sujetos y hechos históricos es abordado en distintos episodios de esta y otras novelas de Cliff. En Free Enterprise la reflexión se centra principalmente en cómo reconstruir y honrar la imagen de personajes históricos ya desaparecidos –como en el caso de la construcción del monumento a Robert Gould Shawy del Regimiento 54, que se ficcionaliza también en la novela–, ofreciendo un lugar no sólo a los héroes reconocidos, sino también a los sujetos anónimos que construyeron la historia. Por otra parte, Cliff critica también la comodificación de la historia de la esclavitud, que es exotizada en la industria turística (el "Plantation Inn" en No Telephone to Heaven) y comodificada en la escena de Free Enterprise en que el cuadro de Turner representando esclavos tirados por la borda de un barco es valorado por ser una buena inversión, sin que exista real conciencia de lo que se representa (Cliff, 2004: 69-79).

 

REFERENCIAS

Agosto, Noraida. 2000. Michelle Cliff's Novels: Piecing the Tapestry of Memory and History, New York: Peter Lang.

Cliff, Michelle. 1980. Claiming an Identity the Taught Me to Despise, Water-town: Persephone Press.

____. 1994. "History as Fiction, Fiction as History", en Ploughshares, Vol. 20, No. 2/3, Intimate Exile (Fall), pp. 196-202.

____. 1995 [1985]. Abeng, New York: Plume.

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Recibido: 02.11.2011. Aceptado: 04.04.2012.

* Este artículo presenta resultados del Proyecto Fondecyt de Iniciación 11080065 dirigido por su autora.

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