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Acta literaria

versión On-line ISSN 0717-6848

Acta lit.  n.37 Concepción  2008

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-68482008000200010 

 

Acta Literaria N°37, II Sem. (119-122), 2008

 

RESEÑAS

Feminismo, género y diferencia(s) de Nelly Richard

Santiago de Chile: Palinodia, 2008. 117 pp.

 

M. ANGÉLICA FRANKEN
Pontificia Universidad Católica de Chile. Chile. E-mail: mafranke@uc.cl


 

La crítica y ensayista Nelly Richard publica a principios de este año su último volumen de ensayos titulado Feminismo, género y diferencia(s). Su larga trayectoria como directora de la Revista de Crítica Cultural, la cual fue fundada en 1990 y ha establecido un diálogo fecundo entre los debates políticos, culturales y el arte en Chile, es una antesala ineludible a este último libro publicado en la editorial Palinodia, que circula efectivamente por los ámbitos de la política, la literatura, la crítica literaria y el arte en Chile; al igual que sus libros como Márgenes e instituciones. Arte en Chile desde 1973 (2007, 2da. edición), Fracturas de la memoria. Arte y pensamiento crítico (2007), Residuos y metáforas (1998), y Masculino/femenino. Prácticas de la diferencia y cultura democrática (1993).

La recopilación de ensayos que nos ocupa ahora, elaborados y corregidos entre los años 1993 y 2007, producto de diversas conferencias y publicaciones de la autora, posee un alto valor como conjunto, al dar cuenta del desarrollo del pensamiento de Richard en torno a la crítica literaria feminista de las últimas décadas. Cada uno de los ensayos posee una estructura interna coherente y unitaria que permite igualmente una lectura individual. El uso de un lenguaje académico claro y ordenado, como el de títulos y subtítulos pertinentes para una lectura más compleja sobre lo señalado, posibilita seguir y comprender también las diversas posturas o acercamientos críticos que se pueden y se han efectivamente suscitado en relación al eje central. Así, el lector constata el panorama de la reflexión feminista actual como a su vez se entera de los más variados críticos y académicos que han tratado estas ideas desde diferentes ángulos y planteamientos. Autores como Diamela Eltit, Julia Kristeva, Josefina Ludmer, Jean Franco, Soledad Bianchi, Raquel Olea y una serie de otros importantes críticos cuyos pensamientos son presentados por Richard, permiten establecer la confrontación y el diálogo certero que caracteriza estos ensayos.

Este volumen de cinco ensayos tiene como supuesto de trabajo las investigaciones académicas de Richard en relación al feminismo como una posible nueva forma de subjetividad política que posee la capacidad de participar e interceder en los debates y luchas de poder entre los sujetos y las instituciones políticas y sociales de nuestro país. Como señala la misma autora en la presentación al libro, lo “femenino” o lo “feminista” debe ser leído como una estrategia de enunciación en estos ensayos que se articulan en torno al feminismo como vector de acción política en lo social, como fuerza de intervención teórica que pone en duda la organización simbólica dominante y, por último, como una fuerza estética que altera las codificaciones sociales (p. 7). Es en base a estas tres manifestaciones del feminismo que Richard establece una unión de los ensayos, que más allá de ser unidades individuales y exhaustivas en sí mismas dialogan entre ellas configurando un panorama más completo de la mujer chilena y su representación en la crítica feminista en el ámbito de la cultura, la política, la teoría y el arte.

A partir de la introducción del trascendental hecho histórico del primer Congreso Internacional de Literatura Femenina Latinoamericana realizado en Chile en 1987 bajo dictadura militar, la autora plantea las principales interrogantes de la creación literaria surgidas allí, como la distinción entre “literatura de mujeres” y “escritura femenina”, o la “feminización de la literatura”. Lo fundamental es que a lo largo del ensayo “¿Tiene sexo la escritura?”, Richard introduce la figura de la mujer en la cultura, la mujer y la tradición cultural. ¿Cuál es su lugar la mayoría de las veces?: El margen, el descalce, el exceso respecto a la simbólica cultural dominante (p. 27). Ahora esta ubicación limítrofe reconfigura su escritura como transgresión, como desobediencia, desobediencia que no sería excluyente a las mujeres, sino posible también en los hombres, en el afán voluntarioso de todo el texto de desarticular los signos “hombre” y “mujer” y afirmar las identidades como entidades mutables, en transformación, y no sujetas a una condición o determinación exclusivamente biológico-sexual.

Después de tales afirmaciones surge la interrogante de Richard de cómo textualizar precisamente las marcas de lo femenino para destruir las nociones homogéneas de identidad que han sido impuestas por el sistema patriarcal y ante ello afirmar “la función desestabilizadora de lo femenino” que resiste a cualquier oposición binaria del tipo masculino/femenino, identidad/diferencia, sexo/género, sexo/escritura, entre otros (p. 45). En relación a estas problemáticas analiza los dilemas que se han desarrollado entre la crítica feminista académica y la corriente feminista que defiende la experiencia cotidiana y práctica de la mujer en sociedad. Confrontaciones que van a dialogar también en el ensayo “Experiencia, teoría y representación en lo femenino latinoamericano” con el imaginario cultural que tiene Occidente de Latinoamérica, como un “otro” marcado por el sello de lo femenino. En “El repliegue del feminismo en los años de la transición y el escenario Bachelet”, aborda la relación mujer y política, sobre todo a partir de la función transgresora y antidictatorial que tuvieron los movimientos feministas en los años 80, que luego en la transición derivaron sus fuerzas al trabajo profesional de las ONGs y al inicio de los estudios de género en diferentes universidades nacionales y extranjeras.

Este repliegue de la lucha feminista durante la conquista de la democracia en Chile tuvo un hito para Richard en la performance urbana que se vivió con la celebración de la toma de mando de Michelle Bachelet, que significó para muchos una nueva captura del poder. Sin embargo, lo señalado por Richard reabre la pregunta que ella misma desarrolla en su ensayo expositivo, pregunta que subyace a este mismo como de forma indirectamente a todos los anteriores: ¿qué significa hacer política desde las mujeres? Este libro intenta responder esta pregunta o por lo menos entregar una propuesta válida. Por esto mismo, en “Los desafíos crítico-políticos del feminismo deconstructivo” menciona, entre otras cosas, los aportes que han entregado el psicoanálisis, el deconstructivismo y la crítica cultural a la configuración de la crítica feminista, pero ante todo afirma la necesidad de que ésta se esté permanentemente inventando, que cambie de modo constante sus estrategias en sus relaciones con la teoría contemporánea y, en especial, que establezca puentes y cruces entre la estética y la política, entre la academia y la cultura. Llamado o proyecto que al parecer Richard ya ha comenzado a perfilar y presentar en estos ensayos.

Por último, en “Arte, fugas de identidad y disidencias de códigos” Richard articula la relación entre feminismo y arte cuando otorga voz a diferentes artistas mujeres de la Escena de Avanzada de los años 70 como son Paz Errázuriz, Catalina Parra, Virginia Errázuriz, Lotty Rosenfeld y Diamela Eltit. Artistas que se valieron de lo femenino para irrumpir en los discursos culturales de la dictadura militar al intentar violentar sus códigos y cuestionar su ejercicio de poder, por medio de la utilización de desechos, manualidades, fotografías de espacios marginales, intervención de la calle misma y espacios gubernamentales, y la cicatriz en el propio cuerpo como zona significante y representativa, de dolor y trauma. El arte se instaura como un nuevo ámbito de ruptura, en este caso, contra el discurso y censura dictatoriales, como también establece un espacio novedoso y propicio para los movimientos feministas de los 70 y 80, e incluso para los actuales estudios de género que anhelan establecer una matriz de unión con la cultura y el rol de la mujer en la sociedad chilena en democracia.

No cabe duda de que esta recopilación de ensayos reabre una serie de interrogantes en torno al ejercicio de la crítica feminista actual. La lucidez y claridad de la exposición de Nelly Richard, como las referencias a una serie de críticos y artistas de conocida trayectoria intelectual, permiten a cualquier lector descubrir y ahondar en los matices y conflictos que significa la crítica feminista, más allá de si su pensamiento coincide o no con los postulados planteados. Este diálogo plural que establece la autora con la cultura, la política y el arte en Chile adquiere mayor valor al dar lugar a diferentes voces e ideas, como también por la reelaboración y corrección de ensayos anteriores reunidos y anudados en función de lo femenino como punto de enunciación y como fuerza disruptiva y transformadora, se convierten aquí en un lugar para el lector

o crítico que quiera acercarse a los procesos sociales y culturales chilenos de las últimas décadas. Ahora, más allá de algunos errores ortográficos en esta edición de Palinodia, el valor teórico y también artístico de este libro es exhaustivo y completo en sí mismo, pero sobre todo es enriquecedor y fructífero en su diálogo con la cultura chilena, justamente ahora cuando nos acercamos al bicentenario de nuestra independencia, cuando los chilenos queremos indagar en nuestra identidad cultural y política.

 

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