INTRODUCCIÓN
Mantener la salud y mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas (EC) es un reto cuando se traza un objetivo terapéutico en todos los niveles de la atención en salud. En efecto, el cumplimiento de esta labor constituye un gran desafío para los sistemas de salud, ya que es necesario satisfacer necesidades variadas y complejas de todos los afectados por estas patologías1.
Actualmente, las enfermedades crónicas representan un problema de salud global2 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyectó que entre los años 2005 y 2015 morirían aproximadamente 380 millones de personas como resultado de la epidemia de las EC a nivel mundial y de ellas, alrededor de 17 millones perecerían, prematuramente, cada año. Sumado a esto, para el 2030 se proyecta que las enfermedades crónicas causarán el 69% de todas las muertes en el planeta3.
De acuerdo a lo anterior, en los últimos años se ha trabajado arduamente en la generación de orientaciones respecto a los mecanismos que se podrían implementar a nivel global para la prevención de las EC y optimizar el cuidado de los individuos diagnosticados con alguna de ellas. Se han desarrollado diferentes modelos organizativos y/o protocolos para el manejo de estas enfermedades, siendo probablemente uno de los más utilizados e influyentes, el Modelo de Cuidados Crónicos (MCC), cuyo factor nuclear es la interacción entre una persona activa e informada y un equipo de atención de salud proactivo y bien preparado4.
Así, los lineamientos actuales buscan ampliar el papel de la persona como agente responsable y gestor de su propia salud, a través del apoyo permanente por parte de profesionales sanitarios, mediante el desarrollo de estrategias y herramientas que posibiliten llevar acabo esta tarea. Con ello, se apunta a alcanzar las metas propuestas por la OMS para minimizar los efectos de las EC en la población mundial y alcanzar los objetivos del MCC4. En este contexto, la autoeficacia: "proceso cognitivo donde, a través de la influencia ambiental e influencia social, los individuos aprenden nuevos comportamientos que intervienen en su capacidad para mejorar eventos futuros"5, es un indicador clave cuando se trata de establecer estrategias para cambiar las conductas de personas que padecen una EC, porque les permite modificar estilos de vida poco saludables o hábitos nocivos, mejorar o mantener la adherencia terapéutica y evitar el surgimiento de comorbilidades6. Por ello, potenciar la autoeficacia en salud es fundamental para obtener mejores resultados e influir positivamente en la calidad de vida de las personas afectadas por una o más EC.
Una de las estrategias utilizadas para el logro de aquello y que ha generado gran aceptación en el último tiempo7, es el seguimiento a través de herramientas de telesalud. Enfermería ha sido parte, desde su propia disciplina, de la implementación de estrategias específicas de acompañamiento virtual a personas con EC para promover, entre otros aspectos, su autoeficacia. Considerando que la Teleenfermería responde a estos propósitos y es clave para brindar una atención sociosanitaria holística y de calidad en pacientes crónicos2,6, este artículo describe a la Teleenfermería como herramienta estratégica para favorecer el desarrollo de la autoeficacia en personas con EC.
DESARROLLO
Autoeficacia y Enfermedades crónicas
Los cambios socioeconómicos, demográficos y el aumento de las tasas de diagnóstico de EC generan un escenario adverso para los profesionales de salud al momento de establecer metas terapéuticas. Por ello, resulta significativo considerar aquellas tácticas que susciten la adquisición de conductas positivas en salud, en beneficio de la persona con EC, con el fin de que tengan plena conciencia de su propia salud y aumenten su grado de autoeficacia8.
La autoeficacia surge de creer en la capacidad de las personas para tener éxito en situaciones específicas o en realizar una tarea determinada9) y actúa como mediador de la motivación, porque cuando una persona tiene un alto nivel de autoeficacia logra realizar tareas más desafiantes para cumplir sus objetivos, invierte más esfuerzo, es más persistente y tiene mayor compromiso con sus metas frente a las dificultades10.
De acuerdo a ello se puede aumentar el grado de autoeficacia proporcionando al individuo instrucciones claras, apoyándolo en la búsqueda de habilidades para el autocuidado, capacitándolo en temáticas de interés y demostrando el comportamiento deseado11.
Lo anterior implica intervenir oportunamente y guiar el proceso de enseñanza y modelamiento de conductas, en beneficio de potenciar la auto-eficacia12 en las personas que deben sobrellavar una enfermedad para toda la vida.
Una de las estrategias que permite responder de manera oportuna a las diferentes demandas de este tipo, es la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos de atención en salud. Por ello, se hace imprescindible que los sistemas sanitarios incorporen nuevas y mejores estrategias para facilitar la implementación de herramientas de apoyo a personas con EC.
Telesalud y cuidado a las personas con EC
La OMS señala que, en el mundo actual, es fundamental la utilización de tecnologías de la información y comunicación (TICs) para acercar la atención de salud a la población13. Dicho esto, y frente al abordaje tradicional del cuidado de la salud de las personas con EC, se requiere ampliar la mirada e innovar con estrategias que permitan potenciar su autoeficacia en salud.
Una de las estrategias que se enmarca en estas orientaciones, corresponde a la utilización de herramientas de telesalud, es decir, "el uso de tecnologías electrónicas de información y telecomunicaciones para apoyar y promover la atención clínica a larga distancia"14, las que incluyen, entre otras modalidades, la asesoría telefónica o de videollamada.
Actualmente las herramientas de telesalud se constituyen como "una estrategia innovadora que permite optimizar el recurso humano especializado, complementando acciones y soluciones que permiten que la población beneficiaria experimente una mejora sustancial en el acceso a la atención por parte del equipo de salud"15. Así mismo, diversas investigaciones16-18 han demostrado que estas herramientas poseen un efecto positivo en intervenciones que promuevan la autoeficacia en personas con EC. Por ello, es relevante el desarrollo de este tipo de estrategias en beneficio de la optimización de los objetivos en salud, aún más cuando se trata de cuidar a usuarios con diagnóstico de EC.
En este contexto, el profesional de enfermería se encuentra en una posición única para inspirar cambios positivos y transformar la prestación de asistencia a través de distintas herramientas de cuidado19. No debemos olvidar que el rol fundamental de enfermería en la atención de la cronicidad es coordinar, implementar y llevar a cabo instancias de apoyo a la persona para dirigir su proceso de enfermedad de manera óptima, proporcionando una guía para generar los cambios en el estilo de vida necesarios para alcanzar las metas terapéuticas establecidas. Es razonable, entonces, la búsqueda de nuevas formas de llevar a cabo esta tarea con el fin de facilitar la entrega de cuidados innovadores a personas con EC.
De acuerdo a ello, la teleenfermería se constituye, hoy en día, como una estrategia efectiva para la mantención, optimización y continuidad en la entrega de cuidados por parte de estos profesionales20, porque permite generar nuevas formas de cuidado de enfermería, utilizando vías de acceso distintas a las convencionales.
Teleenfermería: herramienta para lograr auto-eficacia en personas con EC
Cualquier programa y/o intervención destinada a mejorar la calidad de vida y evitar la comorbilidad en personas diagnosticadas con EC, debe tener como eje central el manejo oportuno de un grupo de cuidado al que se necesita intervenir para promover su autoeficacia en salud.
Para que aquello ocurra, se requiere el entrenamiento de habilidades con el propósito de que las personas tengan una función activa en la gestión de su propia enfermedad, también es necesario fomentar su autocuidado y apoyarlos en la construcción de sus propios objetivos21.
Dicho esto, "es fundamental que la enfermera mantenga una relación estrecha con la persona y actúe como fuente de apoyo permanente"22, por lo tanto, la teleenfermería puede ser útil para abordar el apoyo progresivo que se requiere para este tipo de pacientes.
Los hallazgos indican que la autoeficacia de las personas con enfermedades crónicas puede mejorar con nuevas intervenciones11 y la teleenfermería, es decir, el uso de las TICs para favorecer la entrega de cuidados u orientación sanitaria individualizada, centrada en la persona y sus necesidades relacionadas con la enfermedad, ha mostrado ser una herramienta útil para ayudar a mejorar la accesibilidad a los servicios y a conseguir óptimos resultados en salud en personas con EC23.
Hoy en día la teleenfermería es una estrategia esencial para el abordaje de personas con EC24, porque permite promover la continuidad de los cuidados y mantener un vínculo directo entre el profesional de enfermería, el individuo y su familia. Con ello, se genera un puente de comunicación que permite proporcionar, tanto a pacientes como a sus cuidadores, los conocimientos necesarios para convivir con la condición crónica, se logra prevenir e identificar precozmente las complicaciones y favorecer la adquisición de conductas, como la adherencia terapéutica, que contribuyen a potenciar la autoeficacia en salud25.
Estudios realizados sobre el efecto de las intervenciones sobre la autoeficacia, basados en la teleenfermería26,27, informan que hay mejoras significativas en los parámetros de salud fisiológicos y en los comportamientos relacionados con el estilo de vida cuando se entrega educación y se monito riza a los pacientes a través de la teleenfermería. Lo anterior indica que el desarrollo de programas de intervención acompañados de seguimiento a distancia por medio de teléfono y/o videollamada por parte de los profesionales de enfermería, podría resultar en un mayor nivel de autoeficacia en las personas que viven con alguna EC.
Otro aspecto relevante que destacar es el efecto positivo que puede originar el uso de la teleenfermería en los sistemas sanitarios, debido a los bajos costos económicos que conlleva la implementación de este tipo de herramientas23. Así mismo, puede influir en la disminución del número de visitas ambulatorias y el ingreso a servicios de urgencias de las personas con EC, acortar las estadías en el hospital, mejorar la calidad de vida relacionada con la salud y disminuir los costos asociados a la atención en salud28,29.
Con todo, la teleenfermería no solo es útil para apoyar la entrega y continuidad del cuidado por parte de profesionales de enfermería, sino que además optimiza la gestión del sistema sanitario.
CONCLUSIÓN
Las tecnologías de información en salud constituyen en la actualidad una herramienta ineludible para apoyar a los equipos de salud y mejorar la prestación de sus servicios. De acuerdo a ello, la teleenfermería se convierte en una herramienta que permite complementar la gestión del cuidado, disminuyendo las barreras existentes y facilitando el acceso al sistema de salud.
En lo que respecta a la autoeficacia del propio usuario, necesaria para el manejo de las enfermedades crónicas, porque conduce a una mejor calidad de vida, el uso de la teleenfermería facilita el acompañamiento en su proceso de enfermedad, favorece la consecución de los objetivos terapéuticos, el autocontrol y la adherencia.
Es necesario continuar evolucionando en la práctica asistencial, incorporando nuevas herramientas tecnológicas, según las distintas realidades de las comunidades y equipos de salud, donde el profesional de enfermería es un elemento fundamental para la integración de estas herramientas.